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Juan Gelman Una breve autobiografía ![]() Juan Gelman fue hijo de inmigrantes rusos, nació en Buenos Aires en 1930, en el barrio de Villa Crespo. Orientado por su hermano Boris, muy afecto a la lectura, se inició en la poesía desde muy pequeño. Tras abandonar la carrera de Química, trabajó como camionero, traductor y periodista. En 1956 publicó Violín y otras cuestiones, donde la experiencia y las vivencias cotidianas se expresan a través de elementos líricos en interacción con anécdotas y motivos que aluden al barrio, el amor, la infancia. Esta obra fue prologada entusiastamente por Raúl González Tuñon y recibió inmediatamente el elogio de la crítica. En el juego en que andamos (1959), Velorio del solo (1961) y Gotán (1962), anticipan ya su relación con el habla coloquial —habla literaria que constituye su etapa posterior—. En Cólera Buey, publicado en Cuba en 1965, esta relación logra su síntesis, como también en los “poemas conversados”, De madrugada (1964) y Cuerpo me querés (1968), con música de Juan Carlos Cedrón. Con este músico prepara la ópera Las tripas generales. Otras obras suyas son: Los poemas de Sidney West (1969), Fábulas (1970), Salarios del impío (1993), Sombra de vuelta y de ida (1997), Incompletamente (1997) y Salarios del impío y otros poemas (1998). Considerado por muchos como uno de los más grandes poetas contemporáneos, su poesía prefigura un lenguaje ceñido cada vez más a los hechos, hasta transformarlos, por sola enunciación, en actos poéticos. En este contexto se sitúa también el elemento político. La apertura hacia otras modalidades, la singularidad de un estilo, de una manera de ver el mundo, la conjugación de una apertura verbal que no descarta el compromiso social, conjugan su poesía con las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Durante la última dictadura militar se exiló a México. Un hijo y su nuera embarazada forman parte de la dolorosa multitud de "desaparecidos". Recibió en 1997 el Premio Nacional de Poesía en Argentina, el Premio Juan Rulfo en el 2000, en el 2004 el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde, y en el 2005 los Premios Iberoamericanos Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía. Su obra ha sido traducida a diez idiomas. Reside actualmente en México, aunque "Volver, vuelvo todos los años, pero no para quedarme. La pregunta para mí no es por qué no vivo en la Argentina sino por qué vivo en México. Y la respuesta es muy simple: Porque estoy enamorado de mi mujer, eso es todo". La ciudad de Buenos Aires lo honró recientemente con el título de ciudadano ilustre. GOTÁN Esa mujer se parecía a la palabra nunca, desde la nuca le subía un encanto particular, una especie de olvido donde guardar los ojos, esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo. Atención atención yo gritaba atención pero ella invadía como el amor, como la noche, las últimas señales que hice para el otoño se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos. Dentro de mí estallaron ruidos secos, caían a pedazos la furia, la tristeza, la señora llovía dulcemente sobre mis huesos parados en la soledad. Cuando se fue yo tiritaba como un condenado, con un cuchillo brusco me maté, voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre, él moverá mi boca por la última vez. MARÍA LA SIRVIENTA Se llamaba María todo el tiempo de sus 17 años, era capaz de tener alma y sonreír con pajaritos, pero lo importante fue que en la valija le encontraron un niño muerto de tres días envuelto en diarios de la casa. Qué manera era esa de pecar de pecar, decían las señoras acostumbradas a la discreción y en señal de horror levantaban las cejas con un breve vuelo no desprovisto de encanto. Los señores meditaron rápidamente sobre los peligros de la prostitución o de la falta de prostitución, rememoraban sus hazañas con chirusas diversas y decían severos: desdeluegoquerida. En la comisaría fueron decentes con ella, sólo la manosearon de sargento para arriba, pero María se ocupaba de llorar, los pajaritos se le despintaron bajo la lluvia de lágrimas. Había mucha gente desagradada con María por su manera de empaquetar los resultados del amor y opinaban que la cárcel le devolvería la decencia o por lo menos francamente la haría menos bruta. Aquella noche las señoras y señores se perfumaban con ardor por el niño que decía la verdad, por el niño que era puro, por el que era tierno, por el bueno, en fin, por todos los niños muertos que cargaban en las valijas del alma y empezaron a heder súbitamente mientras la gran ciudad cerraba sus ventanas. EL ÁRBOL De la violenta madrugada un hombre entra a su casa y el olor de sus hijos le golpea la cara, los olvidos, la furia, ahora cierra la puerta con doble llave y se saca la gente, la ropa con cuidado, apaga los gritos de la camisa o los ojos del camarada que brillan en la cárcel y oye cómo se mueve la ternura en la pieza, bajo sus ramas dormirá todavía una noche, bajo sus ramas yacerá cuando caiga. LA VICTORIA En un libro de versos salpicado por el amor, por la tristeza, por el mundo. mis hijos dibujaron señoras amarillas, elefantes que avanzan sobre paraguas rojos, pájaros detenidos al borde de una página, invadieron la muerte, el gran camello azul descansa sobre la palabra ceniza, una mejilla se desliza por la soledad de mis huesos, el candor vence al desorden de la noche. UNA MUJER Y UN HOMBRE Una mujer y un hombre llevados por la vida, una mujer y un hombre cara a cara habitan en la noche, desbordan por sus manos, se oyen subir libres en la sombra, sus cabezas descansan en una bella infancia que ellos crearon juntos, plena de sol, de la luz, mujer y un hombre atados por sus labios llenan la noche lenta con toda su memoria, una mujer y un hombre más bellos en el otro ocupan su lugar en la tierra. BASTA... basta no quiero más de muerte no quiero más de dolor o sombras basta mi corazón es espléndido como una palabra mi corazón se ha vuelto bello como el sol que sale vuela canta mi corazón es de temprano un pajarito y después es tu nombre tu nombre sube todas las mañanas calienta el mundo y se pone solo en mi corazón sol en mi corazón PREGUNTAS ya que navegas por mi sangre y conoces mis límites y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo y eres furia de mí paciencia para mí dime qué diablos hago por qué te necesito quién eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única patria contra las bestias el olvido OCUPACIONES al alba es que me levanté con tu nombre y lo repetí como una buena noticia y lo dije entre los peces y los tigres y lo canté o mostré su resplandor contra los rostros del país y lo guardé como una espada piedritas sol rehenes de tu nombre que se me haga paladar LO QUE PASA Yo te entregué mi sangre, mis sonidos, mis manos, mi cabeza, y lo que es más, mi soledad, la gran señora, como un día de mayo dulcísimo de otoño, y lo que es más aún, todo mi olvido para que lo deshagas y dures en la noche, en la tormenta, en la desgracia, y más aún, te di mi muerte, veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras, y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz. HACIA EL SUR te amo señora/como el sur/ una mañana sube de tus pechos/ toco tus pechos y toco una mañana del sur/ una mañana como dos fragancias de la fragancia de una nace la otra/ o sea tus pechos como dos alegrías/ de una alegría vuelven los compañeros muertos en el sur establecen su dura claridad/ de la otra vuelven al sur/vivos por/ la alegría que sube de vos/ la mañana que das como almitas volando/ almando el aire con vos/ te amo porque sos mi casa y los compañeros pueden venir/ sostienen el cielo del sur/ abren los brazos para soltar el sur/ de un lado les caen furias/del otro/ trepan sus niños/abren la ventana/ para que entren los caballos del mundo/ el caballo encendido de sur/ el caballo del deleite de vos/ la tibieza de vos/mujer que existís/ para que exista el amor en algún lado/ los compañeros brillan en las ventanas del sur/ sur que brilla como tu corazón/ gira como astros/como compañeros/ no hacés más que subir/ cuando alzás las manos al cielo/ le das salud o luz como tu vientre/ tu vientre escribe cartas al sol/ en las paredes de la sombra escribe/ escribe para un hombre que se arranca los huesos/ escribe la palabra libertad/ SONETO es una gran tristeza señora no verla por aquí/llueven las penas los huesos empapados piden paz y el aire es guerra con su gran batalla de hálitos pasados donde su boca tembló como el verano y ahorita apenas es recuerdo o penas que llueven absolutamente/sos eso que eras/noche encaminada a la másvida en esta noche como cuatro paredes de la soledad o respirás acostadita clara dormida entre los tiros de la noche clavada a estos corajes como vos MADRUGADA Jugos del cielo mojan la madrugada de la ciudad violenta. Ella respira por nosotros. Somos los que encendimos el amor para que dure, para que sobreviva a toda soledad. Hemos quemado el miedo, hemos mirado frente a frente al dolor antes de merecer esta esperanza. Hemos abierto las ventanas para darle mil rostros. NO QUIERO OTRA NOTICIA SINO VOS... no quiero otra noticia sino vos/ cualquiera otra es migajita donde se muere de hambre la memoria/cava para seguir buscándote/se vuelve loca de oscuridad/fuega su perra/ arde a pedazos/mira tu mirar ausente/espejo donde no me veo/ azogás esta sombra/crepitás/ sudo de frío cuando creo oír/ te/helado de amor yago en la mitad mía de vos/no acabo de acabar/ es claramente entiendo que no entiendo FÁBRICAS DE AMOR I Y construí tu rostro. Con adivinaciones del amor, construía tu rostro en los lejanos patios de la infancia. Albañil con vergüenza, yo me oculté del mundo para tallar tu imagen, para darte la voz, para poner dulzura en tu saliva. Cuantas veces temblé apenas si cubierto por la luz del verano mientras te describía por mi sangre. Pura mía estás hecha de cuántas estaciones y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos. Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos. Qué infinito de besos contra la soledad hunde tus pasos en el polvo. Yo te oficié, te recité por los caminos, escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra te hice un sitio en mi lecho, te amé, estela invisible, noche a noche. Así fue que cantaron los silencios. Años y años trabajé para hacerte antes de oír un solo sonido de tu alma. II Alza tus brazos, ellos encierran a la noche, desátala sobre mi sed, tambor, tambor, mi fuego. Que la noche nos cubra como una campana que suene suavemente a cada golpe del amor. Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor, límpiame el aire: yo quiero amarte libre. Tú destruyes el mundo para que esto suceda, tú comienzas el mundo para que esto suceda. III Me has amado las manos y caerán con el otoño. Has amado mi voz y está arrasada. Mi rostro ha reventado sobre ti como una piedra impura. Me has amado y amado para que huya de mí, señor de sombras. Me has destruido para que yo sea luz humana cantando como las criaturas de tu sangre. IV Que del recuerdo suba el olor de tu cuerpo y se haga tu cuerpo. Que la noche devuelva tu dulzura. Que tus manos sean dadas por el temblor que dieron. Que tus ojos regresen de todo lo mirado. Paloma del amor en vez asciendes pura en libertad giras y cantas como el cielo vas invadiendo el mundo. V Como un niño te canto bajo la noche oscura. Cofre de los secretos, juegos hondos, temblores del otoño como pañuelos rápidos, te canto allí para que seas. Señora del candor, con boca limpia digo uno a uno tus nombres, pongo mi rostro en la penumbra que de ellos desciende, hago un gran fuego con tus nombres bajo la noche oscura. En realidad quiero decir: me haces andar contra la muerte. FOTOGRAFÍAS Mirando en viejas fotos mi rostro en que no estás, la mejilla en que estás como dolor, olvido, pienso qué harán en China ahora con tanta tristeza como se me caía, o crecerá como otro otoño humano lleno de oros, de dulzura, con un fuego en el medio como tu nombre, o sea crepitarás entre los lotos de Hangchaw bajo setiembre como cuando encontré la justicia en el mundo y era como tu rostro, mejor dicho: te amo. Todo el día viví con tu ausencia mejor dicho... todo el día viví con tu ausencia mejor dicho todo el día viví de tu ausencia ya que los terremotos otros desastres internacionales no me distrajeron de ti yo soy un hombre mundial me interesa la revolución en Pakistán la falta de revolución en el Yorkshire donde una vez vi que lloraban de hambre o de rabia nomás ¿cómo es posible entonces que entre las tempestades o sus calmas que vienen a ser lo mismo desde cierto punto de vista yo no haya olvidado tu valor la suave apariencia que adquirís y todo sea como tu olor después de haber amado antes de haber amado sea como tu olor? ORACIÓN DE UN DESOCUPADO Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente. Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas, que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón, yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuello por que no puedo más, tengo riñones y soy un hombre, bájate, qué han hecho de tu criatura, Padre? un animal furioso que mastica la piedra de la calle? Si dulcemente si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas del que se tiró al mar/ ¿qué pasa con los hermanitos que entierraron?/¿hojitas les crecen de los dedos?/¿arbolitos/ [otoños que los deshojan como mudos?/en silencio los hermanitos hablan de la vez que estuvieron a dos tres dedos de la muerte/sonríen recordando/aquel alivio sienten todavía como si no hubieran morido/como si paco brillara y rodolfo mirase toda la olvidadera que solía arrastrar colgándole del hombro/o haroldo hurgando su amargura [(siempre) sacase el as de espadas/puso su boca contra el viento/ aspiró vida/vidas/con sus ojos miró la terrible/ pero ahora están hablando de cuando operaron con suerte/nadie mató/nadie fue muerto/el enemigo fue burlado y un poco de la humillación general se rescató/con corajes/con sueños/tendidos en todo eso los compañeros/mudos/ deshuesándose en la noche de enero/ quietos por fin/solísimos/ sin besos ALZA TUS BRAZOS Alza tus brazos, ellos encierran a la noche, desátala sobre mi sed, tambor, tambor, mi fuego. Que la noche nos cubra con una campana, que suene suavemente a cada golpe del amor. Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor, límpiame el aire: yo quiero amarte libre. Tú destruyes el mundo para que esto suceda tu comienzas el mundo para que esto suceda. LA ECONOMÍA ES UNA CIENCIA En el decenio que siguió a la crisis se notó la declinación del coeficiente de ternura en todos los países considerados o sea tu país mí país los países que crecían entre tu alma y mi alma de repente duraban un instante y antes de irse o desaparecer dejaban caer sábanas llenas de nuestros sexos que salían volando alrededor como perdices. ¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor dejábamos nuestros sexos allí, y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas? Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas con subordinación y valor para que los jugos de la noche pasada no inauguraran el pasado y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros para ordenarnos el hoy porque el alma amorosa es desordenada y perfecta tiene mucha limpieza y lindura se necesita todo un Dios para encerrarla como le pasó a Don Francisco que así pudo cruzar el agua fría de la muerte. Es bien raro eso de nuestros sexos volando pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia y dulzura y valor me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos como amor encendiendo otro amor, o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban y se ponían a dar vueltas entre ellos como maripositas encandiladas por el fuego y se querían morir de nuevo buscando incesantemente la libertad y había un país entre la vida y la muerte donde todo era consolación y hermosura y no poseíamos nuestro corazón y nuestros sexos se perdían como almas en la noche y nunca más los volvíamos a ver para entender estudio los índices de la tasa de inversión bruta los índices de la productividad marginal de las inversiones los índices de crecimiento del producto amoroso otros índices que es aburrido hablar aquí y no entiendo nada. La economía es bien curiosa al pequeño ahorrista del alma lo engañan en wall street los sueldos de la ternura son bajos subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor, el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes, eso no le da dicha ni desdicha en medio de las razones las redenciones las resurrecciones. Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo mejor dicho de más allá todavía de todo lo que valías o brillabas o eras y dabas como jugos de la noche. NIÑOS un niño hunde la mano en su fiebre y saca astros que tira al aire / y ninguno ve yo tampoco los veo / yo sólo veo un niño con fiebre que tiene los ojos cerrados y ve animalitos que pasan por el cielo pacen en su temblor yo no veo esos animalitos / yo veo al niño que ve animalitos y me pregunto por qué esto pasa hoy ¿pasaría otra cosa ayer? / ¿se sacaría el niño mucha pena del alma ayer? / yo sólo sé que el niño tiene fiebre tiene el alma cerrada y la hunde en las cenizas que dejará porque ardió pero ¿es así? / ¿hunde su alma en las cenizas de sí / un árbol mira detrás de la ventana al sol hay sol / detrás de la ventana hay un árbol en la calle ahora por la calle pasa un niño con una mano en el bolsillo del pantalón está contento y saca la mano del bolsillo abre la mano y suelta fiebres que ninguno ve yo tampoco las veo / yo sólo veo su palma abierta a la luz y él / ¿qué ve? ¿ve bueyes que tiran del sol? yo no sé nada / no sé qué ve el niño de la mano en el pantalón ni el niño que tiene fiebre y ve los huesos del Atlántico y los huesos de todos los mares revueltos en su corazón yo no veo nada / no sé nada ni sé en qué día nací / conozco la fecha pero no el día en que nací ¿o ese día es este día en que muero por enésima vez? ¿es este día en que todos los que han muerto se vuelven a morir conmigo? / ¿o yo con ellos? ¿en esta luz dulcísima y abierta? / ¿y qué hace el niño con esta luz en su palma? ¿mientras todos trabajan para hacer dinero fuera de esta luz? ¿encerrados afuera de esta luz que es imposible mirar sin una luz adentro? / ¿sin un amor con pena adentro? ahora pasan las cartas que nunca me escribiste hijo / vos / que tanto nacés de esta luz / tus cartas tienen fiebres de las que no sé nada y nunca sabré nada / parecen pajaritos que vuelan con su serenidad astros que tiraste al aire y ninguno ve / yo no los veo ni los ve mi dolor inseguro pensabas en una vida más limpia que ésta una vida que se podía lavar tender al sol de tu bondad / una vida llena de rostros como viajes ¿dónde están esos rostros / esos viajes? la vida está desnuda como un mar sin orillas y no puedo volver la vida atrás llevarla hasta tu cuna ni llevarla adelante / yo soy menos real que la mesa donde como yo como para ser real como el árbol detrás de la ventana ahora un niño se le paró al lado / saca la mano del bolsillo del pantalón abre su palma a la luz y piensa que la muerte es la muerte y no más que eso (ESO) |