LOS CEREALES: Durante miles de años, los cereales han sido el alimento básico de los seres humanos y de distintos imperios. Son una extraordinaria fuente de energía y ricos en diferentes nutrientes. Además, si como hacían nuestros antepasados, combinamos bien con verduras, frutos y las legumbres, conseguimos todos los nutrientes necesarios para nuestro correcto desarrollo.
Desgraciadamente, desde hace años, sobre todo tras la segunda guerra mundial, el consumo de cereales comenzó a descender de forma rápida, y lo poco que se consume se hace de manera refinada, como el pan blanco, arroz blanco, pasta blanca… Y , desde entonces, la mayor parte de los cereales se destina a la fabricación de piensos para animales y, hoy día, incluso para biocombustibles.
Este cambio trajo consigo a que los cereales perdieran su prestigio social, al relacionarlo con la comida animal.
Poca gente sabrá hoy distinguir los diferentes clases de cereales, y menos aún, si son integrales y de grano (avena, trigo, cebada, arroz, mijo, quínoa y otros)
Parece que hoy, poco a poco, está cambiando la opinión sobre los cereales y se le empieza a dar la importancia que tienen. Ya ningún experto pone en duda que los cereales integrales son excelentes y necesarios para nuestra salud y bienestar. Los cereales son 7: El arroz, con todas sus variedades, el mijo, el trigo, la avena, la cebada, el centeno el maíz. El trigo Sarraceno, la Quínoa y el Amaranto, aunque muchos lo consideran como cereal no lo son propiamente, aunque por sus propiedades se asemejan.
Propiedades de los cereales integrales: Los cereales integrales nos proporcionan muchos nutrientes: hidratos de carbonos complejos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas (sobre todo las del grupo B), y esos nutrientes nos protegen de muchas enfermedades.
Los cereales integrales, con su fibra, también nos ayudan al buen funcionamiento de nuestros intestinos.
Al ser hidratos de carbono de absorción lenta, nos proporcionan energía para mucho tiempo, pues nuestro cuerpo libera lentamente e glucógeno acumulado en el hígado conforme vamos necesitándolo, y así evitamos la hipoglucemia.
Desde el punto de vista energético: La energía o Ki de los cereales integrales nos ayuda a estar centrado en nuestros deseos y actividades.
Su energía es como la del ser humano, hacia arriba, vertical.
Si queremos estar centrados, debemos basar nuestra alimentación en los cereales integrales.
La semilla del cereal posee la energía del sol y de la tierra, su semilla germina con facilidad y es creadora de vida, energía indispensable para nuetra salud y destino.
Como dice Roy Littlesun, el cereal integral mantiene la “Memoria de la creación”, que nos la trasmite.
Al comer Cereales debemos tener en cuenta: Que son ligeramente ácidos, a excepción del mijo, por lo que su consumo habitual no debe ser superior al 50% de nuestra alimentación.
Es muy importante que los cereales que consumimos sean integrales y ecológicos.
Al ser refinados, los cereales pierden la mayor parte de sus vitaminas, minerales y proteínas, y dejan de ser alimentos equilibrados.
Y, siendo ecológicos evitamos que nuestro, y medio ambiente, cuerpo ingieran productos químicos, dañinos.
Los cereales integrales bien utilizados nos dan centro y un punto de vista global de la vida. Por otra parte, el consumir demasiado, nos producirá vanidad, perfeccionismo y rigidez.
Los cereales integrales son ligeramente ácidos, y para bajar ese nivel de acidez, es muy importante masticarlos bien (entre 30 y 50 veces cada bocado).
Hemos de tener en cuenta que con las encimas salivares, llamadas amilasas, comienza la digestión y asimilación de los cereales, por eso la importancia de la masticación.
Los granos de cereal y las harinas: El cereal integral lo podemos diferenciar en dos grupos: Los granos y las harinas.
Cereal en grano: Los granos tienen más energía (más Ki) que las harinas, pues desde el momento que comenzamos a deshacerlos, comienzan a oxidarse y van perdiendo su energía.
Los granos nos proporcionan una visión más global de la vida. Es por ello que las civilizaciones que han basado su alimentación en cereal en grano, tienen una perspectiva más global que aquellas civilizaciones que han basado su alimentación en harinas, que han desarrollado un punto de vista más analítico y fragmentado.
Harinas de cereal: El ki o la energía de la harina es mucho más débil que la del grano.
Cuando deshacemos y desmenuzamos el grano, el cereal pierde su vida y su fortaleza, comenzando a oxidarse, convirtiéndose en un alimento muerto. Un grano lo podemos germinar, y de ahí obtener nuevos granos. Eso es imposible con la harina. Por eso son alimentos energéticamente pobres, muertos.
Otro problema que producen las harinas es, que si se consumen en exceso, pueden producir aires y mucosidades.
Las harinas nos proporcionan una visión fragmentada del mundo, de la vida. Es por ello que en el mundo occidental hemos desarrollado un punto de vista más analítico.
Por todo ello, si queremos cuidar de nuestra salud debemos consumir las harinas muy moderadamente, siendo los granos la base de nuestra alimentación.
Con ello no quiero decir que no se consuman harinas de vez en cuando 8sin que sea la base de nuestra alimentación, que será el grano), pues nos proporciona riqueza y variedad a nuestros platos.
Cereales Refinados: Los granos de los cereales integrales tienen tres partes: el salvado (rico en fibra, vitaminas y minerales), el núcleo o endospermo (compuesto por almidón y proteínas) y el germen (rico en vitaminas B y E).
Sin embargo a un cereal refinado se le han quitado la fibra, una gran parte de sus vitaminas y también de las proteínas.
Por ello, pierden energía, viveza y capacidad nutritiva, convirtiéndolo en un alimento no equilibrado.
¿Remojaremos los cereales? ¿Utilizaremos su agua de remojo?:
La respuesta no es sencilla. Las razones fundamentales para remojar los cereales son tres:
Digerirlos más fácilmente
Activar su energía
Eliminar o debilitar el ácido fítico.
Sin embargo, si utilizamos esa agua del remojo, tomaremos, aunque más debilitado, ese ácido fítico.
Hay diferentes y encontradas opiniones respecto a este tema. Egoitz es partidario de utilizar esa agua, siempre que no tengamos algún problema físico, de salud.
Es cierto que el ácido fítico inhibe la absorción de ciertos minerales (hierro, cinc, magnesio, calcio…), pero también es cierto que al dejar remojando los cereales, una parte de ellos van al agua, y al tirarlos las perdemos.
Por ello, parece razonable utilizar el agua del remojo, porque evitaremos la pérdida de los minerales que en ella se han depositado y ahorraremos agua.
También, a favor de esta opción, hay nutricionistas que aseguran que el cuerpo se adapta a ese ácido fítico, e igualmente, recientes investigaciones, avalan que el ácido fítico tiene efectos antioxidantes que impiden la absorción de metales pesados como cadmio o plomo.
Con estos argumentos podríamos concluir que la cantidad de ácido fítico que tomamos en la alimentación macrobiótica es adecuada y beneficiosa.
Ahora bien, en el caso del arroz (al igual que en las verduras de regadío), últimamente se han detectado restos de arsénico provenientes de las tierras abonadas, que nos aconsejarían en este caso desechar esta agua.
Como regla general cuando utilizar el agua del remojo:
Cuando no hay problemas específicos de salud.
Cuando nuestro cuerpo tiene exceso de peso o cuando queremos hacer una limpieza.
Cuando comemos diariamente, de manera regular, verduras, semillas y pickles.
Cuando no usar el agua del remojo:
Cuando tengamos poca energía y muy delgados.
Cuando tengamos problemas de digestión o tengamos nuestro aparato digestivo débil.
Cuando tengamos una alimentación pobre en minerales y vitaminas.
En el caso del arroz integral, por el arsénico.
Cómo prepararlos:
Limpiar siempre los cereales en un poco de agua
Dejar a remojo durante 8 horas o toda la noche. Esto activará la energía de los cereales, los digeriremos mejor y evitaremos o disminuiremos el ácido fítico.
Usar o desechar el agua del remojo en función de la condición personal.
Los cereales tienen ácido fítico, que actúa como inhibidor de algunos minerales (calcio, hierro, cinc, magnesio…) Para debilitar ese ácido fítico podemos: remojar, tostar, germinar o fermentarlos.
Si tostamos el cereal, este se vuelve más yang y alcalino. Las personas con señales de calor, exceso, flacas, serias, estresadas, ansiosas o nerviosas deberían evitar este tostar el cereal. El tostado es aconsejable para personas con señales de frío-humedad, y para el invierno.
Preparar los cereales con un poco de sal o con alga kombu (2 cm. por persona)
En función de la energía que queremos conseguir lo prepararemos con más o menos agua, con presión o cocidos.
En los cereales, una taza de café es suficiente para obtener dos raciones.
Empleo de los diferentes cereales:
DE MANERA REGULAR (diario) OCASIONALMENTE (1 a 3 veces semana)
Arroz integral de grano redondo Arroz dulce
Arroz integral de grano medio Mochi
Cebada Bulgur
Mijo Cuscús
Trigo Sarraceno Copos de avena
Trigo (Kamut, espelta) Polenta
Avena en grano Pasta, quínoa, amaranto, maíz.
EL ARROZ: El arroz es, tras el trigo, el cereal más consumido en el mundo. Es el cereal más equilibrado, tanto desde el punto de vista nutritivo como energético y uno de los alimentos más equilibrados que existe y de mejor asimilación. En sus proteínas están todos los aminoácidos esenciales, además es rico en vitaminas, minerales, oligoelementos y fibra. Es el cereal más evolucionado en el reino vegetal y su aparición como especie es coetánea a la aparición del ser humano en la tierra. Por eso le podemos llamar el rey de los cereales, es fruto y semilla a la vez.
No contiene gluten.
Es el primer cereal que daremos a un niño y consecuentemente es muy recomendable en ancianos y personas convalecientes.
En occidente el arroz siempre se cocina con otros alimentos y en oriente se acostumbra a cocerlo solo y a servirlo aparte ya que tiene la función del pan de nuestras mesas. Esta opción de usar arroz en vez de pan, energéticamente tiene muchas ventajas. El grano de arroz permanece intacto desde su recolección y el único tratamiento que sufre antes de ser comido es un hervido, donde la temperatura no sube de 100ºC que es el punto de ebullición del agua.
El arroz integral es el cereal que armoniza el funcionamiento de los pulmones y del intestino grueso, por lo que está altamente indicado como alimento de consumo diario en todos los desórdenes intestinales, como colon irritable, colitis ulcerosa y demás enfermedades intestinales. Por supuesto que la forma y el tiempo de cocción serán indicados en cada caso particular.
Como información importante diremos que una taza de arroz tiene veinte veces más fibra que una taza de fruta y cinco veces más fibra que una taza de verduras. Estos dos alimentos, las verduras y las frutas tienen mucha agua, el campeón de la fibra es el arroz integral. La proporción en que están los nutrientes en el grano de arroz, es muy semejante a la proporción en la que esos nutrientes se requieren en el ser humano.
Es muy conveniente para lograr el desarrollo intelectual y espiritual, y, al estar vinculada al elemento metal, es especialmente bueno para los pulmones y los intestinos.
Es rico en vitaminas, minerales y fibra, y también una fuente de magnesio y selenio.
Además se digiere bien, nos proporciona energía y nos aporta proteína.
Alimenta todos los órganos y funciones, especialmente cerebro, pulmones, intestinos, riñones, órganos sexuales y vejiga. Hay diversas variedades de arroz:
De grano largo: De energía ascendente y hacia fuera, enfría y seca.
De grano corto: Energía ascendente y hacia adentro, templa y humedece
De grano medio: Energías ascendente y hacia adentro, refresca y humedece
Arroz dulce: Energía ascendente y hacia fuera, calienta y humedece.
EL MIJO: Consumido en China, África y algunos países del norte de Europa. En Euskal Herria se consumía (Artatxiki) antiguamente junto al trigo y la cebada. En Francia y Alemania, se consideraba sustituto de la carne en los días de abstinencia.
Óptimo para la actividad intelectual (lecitina y colina), es considerado un verdadero producto de belleza por el ácido silícico que contiene, que fortalece la piel, las uñas y el cabello.
No contiene gluten.
Es un cereal más yang, y está relacionado con el elemento tierra, por lo que es muy adecuado para combatir las enfermedades propias del elemento tierra, como estómago, bazo y páncreas. Un buen ejemplo es la diabetes. También es bueno para los huesos y para recuperar energía.
Tiene sabor dulce, se digiere fácil y es el único cereal alcalino.
Como casi todos los cereales, contiene ácido fítico, por lo que es conveniente tostarlo o ponerlo a remojo antes de cocinarlo.
Muy rico también en proteínas y minerales (fósforo, magnesio, hierro, potasio) y en algunas vitaminas, por lo que es recomendable para las personas que hacen grandes esfuerzos físicos, para los niños, y también para fortalecer el pelo, las uñas, y para casos de anemia.
El mijo, nos templa y seca. Por ello es adecuado para combatir el frió, sobre todo en otoño e invierno. Su energía es descendente y hacia adentro, y alimenta la parte central del cuerpo: Hígado, vesícula, riñones, y sobre todo, estómago, bazo y páncreas.
LA CEBADA: Hasta el pasado siglo fue muy utilizado en el mediterráneo. Era el alimento base de los gladiadores. Se cultiva desde hace más de 8.000 años.
Ha sido utilizado desde antiguo para alimentación humana y de animales, como para preparar bebidas alcohólicas. Muy utilizado terapéuticamente.
En los últimos años, tiene mala fama por su utilización como alimento para animales.
Como he comentado anteriormente, la cebada es un cereal con muchas virtudes terapéuticas. Tiene un índice glucémico muy bajo, por eso es buena para el nivel de azúcar en la sangre. Se digiere muy fácilmente, y reduce el colesterol, por lo que es muy apropiado para los sistemas digestivo y circulatorio.
Este cereal está vinculado al elemento madera. Tiene propiedades tranquilizantes y refrescantes. El cereal ideal para eliminar grasas del cuerpo y proteínas animales (para después de comilonas festivas), muy recomendable para el hígado y la vesícula biliar.
También ideal para bazo-páncreas por su bajo índice glucémico.
La cebada nos refresca y nos humedece. Su energía es hacia arriba y hacia fuera. Esa energía alimenta el centro y lado derecho de nuestro cuerpo. (hígado y vesícula). LA AVENA: Es el cereal típico de los países fríos.
Contiene Gluten.
En un principio se utilizaba como alimento terapéutico, pasando más tarde a alimento básico en Escocia, Inglaterra, Alemania y Escandinavia.
Es muy rico en nutrientes, en vitaminas del grupo B, en minerales (hierro, calcio, cinc, silicio, yodo y fósforo), y también en proteínas.
Es el cereal que más grasa tiene, por lo que muchas personas deben evitarlo en ocasiones.
Es magnifico para deportistas, niños, mujeres que amamantan y para todos aquellos que quieran ganar peso.
Es un cereal lleno de virtudes, y muy bueno para el sistema nervioso, para relajar, reducir el colesterol, fortalecer el bazo y páncreas, y ayudar en la renovación ósea, muscular y de tendones.
Su energía, vinculado al elemento madera, templa y humedece el cuerpo. Su energía se dirige hacia abajo y hacia fuera, y alimenta el centro de nuestro cuerpo (hígado, vesícula, bazo, estómago y páncreas.) EL TRIGO: Junto a la cebada es uno de los cereales más antiguos y más utilizados. Proviene del Suroeste de Asia.
Es muy adaptable y moldeable. Se conocen más de 30.000 variedades del trigo. Muchos de ellos han sido manipulados, perdiendo su calidad. Hoy se están tratando de recuperar las variedades de calidad, como el Kamut y la Espelta.
Es muy rico en gluten.
Es un cereal que apenas se ha utilizado en forma de grano, por la mala digeribilidad de su cáscara, por lo que se ha transformado en harina (pasta, pan, sémola, cus cus, bulgur…)
Es rico en proteínas, vitaminas y minerales, por lo que es apropiado para quienes practican actividades deportivas que requiere mucha energía.
Ayuda a ganar peso, y a producir grasa, pero al ser rico en gluten deben tener cuidado quienes padecen alergias y evitarlo, sobre todo el trigo común, pues algunos celíacos toleran bien el kamut y la espelta en pequeñas cantidades.
Quienes tienen aires y malas digestiones, deben evitarlo o comerlo muy ocasionalmente.
Está bien comer trigo una o dos veces por semana, especialmente en grano y preparado con arroz integral. (70% arroz, 30% trigo).
Está vinculado al elemento madera (como la cebada y la avena).
Nos templa y nos seca y su energía va hacia arriba y hacia fuera.
Alimenta la parte central y derecha de nuestro cuerpo (hígado y vesícula) EL MAIZ: Su origen se sitúa en America central. Los nativos lo utilizaban como alimento básico desde hace más de 6.000 años.
En el consumo tradicional se somete a un tratamiento de agua de cal, comiéndolos en forma de tortillas, polenta, cornflakes, palomitas y mazorca.
No contiene gluten.
Hay que comentar que las personas cuya base de alimentación es el maíz, tiene gran riesgo de padecer la enfermedad llamada pelagra, pues la niacina del maíz (vitamina B3) no se absorbe bien, y es la carencia de esta vitamina lo que produce esta enfermedad.
Los nativos utilizaron la observación y el sentido común para evitar enfermar, comenzando a preparar el maíz con cal, con lo que aumentan el nivel de absorción de la niacina.
Hay distintas variedades, siendo las más comunes:
Maíz dulce: Utilizamos más como verduras, en ensaladas por ejemplo.
Maíz en grano: Se secan al sol sacando el almidón.
Sémola de Maíz o Polenta. Que es una harina preparada a partir del maíz (o del trigo). Se utiliza principalmente en verano
Harina de maíz: Utilizado para postres, panes y pasteles.
El maíz es rico en vitaminas C, E, y B5, en ácido fólico y en los minerales magnesio y fósforo.
Es escaso en proteínas, pero contiene muchos carbohidratos complejos y fibra.
Adecuado para el corazón, para el intestino delgado, para relajarnos cuando tenemos mucha tensión, y para cuando hace mucho calor, pues enfría.
Si comemos en exceso puede producir inflamaciones en los intestinos y diarreas.
El maíz es un cereal vinculado al elemento fuego, y su energía es ascendente y hacia fuera.
Refresca y seca el cuerpo, y alimenta la parte superior de nuestro cuerpo, como cabeza, pulmones, garganta, y, sobre todo, el corazón. EL CENTENO: Se ha consumido tradicionalmente en forma de pan. Es propio de Asia central y de los países del norte y este de Europa.
Contiene gluten.
Su cáscara es dura y de difícil digestión.
Sus propiedades son similares a las del trigo. Ayuda a regenerar los músculos, aumenta la fuerza y resistencia, limpia y renueva las arterias, ayuda en el crecimiento de uñas y pelo y fortalece el aparato digestivo. Es muy adecuado para el hígado, por su acidez. Está relacionado con el elemento madera. Calienta y seca el cuerpo. Su energía es ascendente y hacia adentro, Influye en la parte central del cuerpo, sobre todo páncreas, bazo, hígado y vesícula.
LOS PSEUDO-CEREALES: El Trigo Sarraceno, La Quínoa y el Amaranto no son cereales propiamente dichos, pero por sus propiedades se pueden asimilar a los cereales. TRIGO SARRACENO: Tradicionalmente se ha producido en China y otros pueblos de oriente y en Europa en Polonia y Rusia.
Es muy yang. Es apropiado para consumirlo en los fríos días del invierno, pero si lo hacemos en días calurosos o en verano, hay que consumirlo, preferentemente en días húmedos y en forma de ensalada, acompañado de condimentos yin, como limón rallado, vinagre de arroz o cebollino).
Las personas con una condición yang, sobre todo las que están muy secas, deberían evitar este cereal o consumirlo en forma de soba (pasta) pero ocasionalmente. No más de una vez cada quince días.
El trigo sarraceno es muy apropiado para limpiar y fortalecer los intestinos. De manera especial si los tienen demasiado yin o si están dañados. Como por ejemplo en el caso de las hernias.
También es aconsejable cuando hay exceso de líquido en el cuerpo, en forma de emplastos.
Según varias investigaciones, tiene un bioflavonoides denominado “rutin” que rebaja la presión arterial y mejora la circulación de manos y pies. Además es un buen antídoto contra los rayos X de las radiografías.
El trigo sarraceno está relacionada con el elemento AGUA. Su energía va hacia abajo y hacia adentro. Es una energía que calienta y seca el cuerpo, e incide especialmente en su parte baja (órganos sexuales e intestinos) QUÍNOA: La quínoa es técnicamente una semilla. Se ha utilizado y producido desde hace más de 4.000 años en la zona de los Andes (Ecuador, Perú, Chile y Bolivia). Ha sido su alimento básico, y los Incas lo denominaban “la madre de las semillas”.
La quínoa es una extraordinaria fuente de proteínas, rica en minerales y en vitaminas (como la B2 o la E) y en fibra.
No contiene gluten, por lo que es apta para celíacos.
Es un cereal que se digiere muy bien y apropiado para el corazón e intestino delgado.
Es un cereal relacionado con la energía fuego. Su energía es descendente y hacia adentro. Calienta y seca el cuerpo e influye, fundamentalmente, en la parte central del cuerpo. AMARANTO: Es un pariente cercano a la quínoa. Es originario de América Central, siendo uno de los alimentos más importantes para los mayas y aztecas. Fue usado también en ritos religiosos.
Con el tiempo quedó marginado, pero se ha recuperado y su consumo se está extendiendo por todo el mundo, sobre todo desde que se han conocido sus propiedades.
El amaranto es muy rico en proteínas y en calcio. Combinado con otros cereales como el arroz, mijo, trigo, cebada puede proporcionarnos la calidad de proteínas de la carne roja o del pescado.
Es muy rico también en fibra, hierro, vitaminas B2, B3, B5 y B6 y en ácido fólico.
Es muy bueno para el corazón, los pulmones y el intestino delgado.
Es una extraordinaria fuente de energía, también para quienes tienen colesterol. Para quienes hacen una actividad física importante, para los niños, embarazadas o madres lactantes.
Está relacionado también con la energía fuego. Templa y seca el cuerpo y su energía se dirige hacia abajo y hacia adentro. Influye en la parte central del cuerpo.
LA PASTA, EL PAN Y LAS HARINAS. En casi todas las culturas del mundo el cereal se ha comido integral, pero en grano, y en forma de harinas.
En Italia los macarrones y espaguetis, las pastas de soba y udon en Japón, el chapati en America latina y en la India y el Pakistán, el talo en Euskal Herria, crepes, y panes en muchos otros lugares.
Este tipo de alimentos nos proporciona una energía rápida y de calidad y son muy sencillos de preparar, a excepción del pan.
Para consumir estos alimentos es muy importante tener en cuenta que sean integrales y biológicos.
Para hacer pan, pasta u otra masa hemos de intentar hacer la harina nosotros mismos o comprarla en un lugar donde lo fabrican y pedirles que nos lo hagan cuando lo necesitemos y en la cantidad que necesitemos, pues la oxidación suele ser rápida. De esta manera lograremos que sea muy bajo.
Hoy en día existen molinos pequeños para casa y son muy buenos.
Sino, tendremos que conformarnos con las harinas que se comercializan en las tiendas de productos naturales. Respecto a las propiedades y energía, las harinas las podemos dividir en dos grandes grupos:
Pastas: (Espaguetis, soba, udon…) Proporcionan una energía fresca, flexible y rápida. Además de buena calidad, por lo que es adecuado para niños, deportistas y para el verano.
Con la pasta podemos preparar platos sabrosos y divertidos.
Energéticamente nos templa y humedece. Proporciona una energía ascendente y hacia fuera e incide en la parte central de nuestro cuerpo.
Pan: Es un alimento universal de gran tradición. En todas las culturas ha habido panes y tortas.
El pan también nos proporciona buena energía, positiva. Pero es mucho más seco que la pasta y si comemos demasiado, con frecuencia, puede perjudicar nuestros intestinos, hígado o páncreas.
Si comemos pan de calidad, hecho a partir de grano integral, sin levadura o con levadura madre, biológica, debiéramos comer una cantidad pequeña, no más de dos o tres veces por semana.
Si se desea comer más hay algunas que son menos perjudiciales como el pan de esenio, que se confecciona a base de granos germinados. El pan hecho con germinados es sabroso y se digiere fácilmente.
El pan “normal” calienta y seca nuestro cuerpo, y su energía es descendente y hacia dentro. Por el contrario, el pan hecho con germinados nos enfría y humedece, y su energía es ascendente y hacia adentro.
Otra manera, utilizada en la mayoría de culturas, es comerlo mojado, en sopas (como hacían nuestros antepasados en Euskal Herria), pues de esta manera se digiere mejor y no perjudica los intestinos.
Finalmente, hay otro buen truco para facilitar la digestión del pan y para que tenga una acción más equilibrada sobre nuestro cuerpo El secreto es poner el pan al vapor durante un minuto. Como el pan tiene una gran energía yang, equilibraremos así su calidad energética, utilizando una energía yin ascendente, como el vapor de agua. Asi, el pan, se digerirá más fácil y no nos secará tanto. DIFERENTES MODODS DE PREPARAR EL CEREAL Y SUS EFECTOS: Según el modo en que preparemos el cereal obtendremos una energía u otra: Al Vapor: Energía Yin, ascendente, fresco y flexible. Influye en la parte alta del cuerpo. Alimenta la parte derecha del cuerpo. Nos relaja. Digerimos más fácilmente el cereal. Es recomendable en personas que tienen un aparato digestivo muy débil, o una condición muy yang. También para comer en primavera y verano. Cocido: Energía ascendente y hacia adentro. Influye sobre la parte central de nuestro cuerpo. Nos calienta y nos relaja. Utilizado, sobre todo en primavera y en verano. Se prepara en una cazuela normal durante 45 minutos. Frito: Tiene una energía descendente y expansiva. Incide en la parte central de nuestro cuerpo. Nos activa y nos calienta. Es sabroso al comer. Lo utilizaremos cuando buscamos lograr energía y fuerza.
Es común preparar así con los cereales que nos han sobrado. Se saltean unas verduras, se añaden los cereales y las proteínas vegetales y en 10 minutos está preparado. A Presión: Energía descendente y hacia adentro. Influye en la parte central de nuestro cuerpo y en el interior. Nos proporcionará calor y fuerza.
Las personas de una condición muy yang no deberían utilizar este tipo de cocción. Adecuado para el otoño e invierno y para personas con una condición muy yin. El cereal en olla a presión se prepara también en 45 minutos. Al Horno: Este tipo de preparación nos proporciona una energía descendente y hacia dentro. Influye en la parte interior y central de nuestro cuerpo y nos ayuda a secarnos. No es frecuente hacerlo, pero salen muy bien. Para prepararlo existen unos recipientes especiales de barro, que son los apropiados. También podemos preparar pasteles de verduras y sobras de cereal. (Datos obtenidos del libro “Macrobiótica para ti” de Egoitz Garro)
(Datos obtenidos del libro “Macrobiótica para ti” de Egoitz Garro)
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