Entrevista a Luciano Bo




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2.3.3. LAS FEROMONAS Y EL COMPORTAMIENTO SOCIAL.

Existen dos sistemas químicos cuyos efectos modulan de manera importante la conducta de los mamíferos: las hormonas y las feromonas. Muchas especies se comunican coespecíficamente por medio de mensajeros químicos llamados feromonas, pequeñas moléculas volátiles que son secretadas en el ambiente. Los animales utilizan feromonas para informar acerca de peligros, propiedad de un territorio y disponibilidad para el apareamiento. Los insectos emplean compuestos químicos específicos para comunicarse, defenderse de los predadores y reconocer determinados alimentos.

Las feromonas se descubrieron hace relativamente poco tiempo; en los años treinta, el químico alemán Adolph Butenandt, galardonado con el premio Nóbel, intentó identificar el factor responsable de que los machos de la mariposa de seda (Bómbix mori) se sintieran atraídos sexualmente por las hembras de su especie. Hicieron falta casi veinte años y el bombicol procedente de más de 500 mil hembras para que los investigadores pudieran identificar la estructura química de esta feromona y confirmar sus efectos. Hoy en día gracias a los avances de la biología molecular, la identificación de feromonas resulta mucho más fácil, y en los últimos años se han clasificado muchas de estas sustancias.

Las feromonas se pueden transmitir de un animal a otros de diversas formas distintas: en muchos mamíferos, las feromonas volátiles contenidas en la orina u otras secreciones corporales se difunden después de depositar las secreciones corporales en el medio o restregarlas contra algún objeto. Sin embargo los peces y otros animales acuáticos se limitan a segregar las feromonas directamente en el agua. Algunos animales transmiten las feromonas a través del contacto directo con sus coespecíficos, técnica denominada trofolaxia.

Otro método de transferencia de feromonas es el que practican los cerdos domésticos (Sus domestica).Las glándulas salivares de los machos sexualmente maduros secretan una feromona que transfieren a la hembra a través de la respiración. El olor de la respiración del macho, que se parece al de la orina, parece ser muy atractivo para las hembras sexualmente receptivas.

En estudios realizados en roedores se ha demostrado que las feromonas son detectadas no solo por el epitelio olfatorio, sino en el órgano vomeronasal, que también se localiza en la pared de la cavidad nasal. La feromona se une a un receptor neuronal y activa un potencial de acción. El mensaje neural no se transmite por vías olfatorias; en lugar de ser enviado a centros cognitivos superiores del encéfalo, llega a la amígdala y el hipotálamo, estructuras que regulan las reacciones emocionales y determinados procesos endocrinos. En ratones y ratas se han identificado alrededor de 100 genes que se piensan codifican receptores de feromonas. Dichos receptores inician procesos de transducción de señales en los que participan proteínas G. Cuando en ratones vírgenes se dañan neuronas del sistema vomeronasal, estos animales no se aparean.

De acuerdo con los efectos que producen, las feromonas se dividen en dos grandes grupos:

a) Feromonas cebadoras: son aquellas que producen cambios fisiológicos en el receptor, especialmente cambios neuroendocrinos relacionados con la fisiología reproductora del receptor. Estos cambios no se manifiestan de forma inmediata, y una vez producidos influyen en la conducta del receptor durante un cierto tiempo

b) Feromonas desencadenantes: son aquellas que producen cambios inmediatos y de corta duración en la conducta del receptor

Las feromonas son muy importantes en la conducta sexual y reproductiva, así como en las diversas facetas del comportamiento social. Hay dos grandes tipos de feromonas que participan en la conducta reproductora. Las feromonas de efecto inmediato (también denominadas feromonas sexuales) que desencadenan respuestas inmediatas, comunicando atracción, receptividad sexual y eficacia biológica. Sin embargo, las feromonas de efecto diferido tienen un efecto aplazado y relativamente duradero, provocando cambios fisiológicos relacionados con la reproducción. Otros ejemplos de las feromonas reproductoras de efectos inmediato en los mamíferos, son: en el océano abierto encontramos numerosos ejemplos de espermatozoides y ovocitos que se atraen mutuamente; en los humanos las pruebas empíricas sugieren que los ovocitos y espermatozoides se atraen mutuamente mediante feromonas. Asimismo, en los espermatozoides se han identificado unos receptores similares a las moléculas proteicas especializadas en detectar olores que se encuentran en el sistema olfativo (Agosta, 1992). Finalmente la feromona materna que influye sobre la interacción entre las hembras mamíferas y sus crías.

A nivel de Conducta Social las feromonas poseen diversas funciones, y tanto los insectos como los mamíferos tienen una gran sensibilidad química y se implican en interacciones sociales complejas, por lo que es lógico que estas dos clases de animales utilicen profusamente las feromonas.

Es decir, que las feromonas sociales influyen sobre el comportamiento social de una gran variedad de animales, sobre todo los insectos sociales y los mamíferos. En los mamíferos, estos aprender a distinguir las feromonas segregadas por individuos concretos, lo que les permite responder de forma distinta a los distintos miembros del grupo.

2.3.4. Sexto sentido en los animales.

Los animales pueden percibir y ayudarse, según las condiciones externas, por sentidos desarrollados únicamente en ellos, desconocidos para los humanos. Este es el sexto sentido.

Por ejemplo, las aves migratorias usan las estrellas para guiarse. La posición del sol también es una guía para el pájaro. Cuando estas guías no son visibles recurren al sexto sentido que son las líneas magnéticas que indican los polos magnéticos de la Tierra, y con la ayuda de estas, los gansos vuelan miles de kilómetros.

Las criaturas del mar usan hitos magnéticos. Por ejemplo, el delfín, ya que a grandes profundidades las guías desaparecen.

Las rayas también pueden detectar las cargas eléctricas de otros organismos, al igual que el tiburón.

En el tema de detectar cargas eléctricas se encuentra el ornitorrinco como único mamífero capaz de percibirlas.
Toda forma de vida genera electricidad a través de los impulsos nerviosos y movimientos musculares.

En las criaturas del mar, si aumenta el voltaje, atonta a la presa; si el voltaje es bajo, lo usan para navegar.

Las aves, para migrar necesitan ciertas condiciones como:

  • presión constante

  • vientos del sur

  • temperaturas bajas

Esperan muchos días para migrar, esperan tiempos buenos, incluso pueden cambiar su curso para evitar el mal tiempo.

En el arte de volar, las grandes aves como los flamencos ahorran energía planeando y pegan aletazos distanciados para mantenerse en vuelo.

Las aves pequeñas plegan sus alas para ahorrar energía.

En las langostas, los indicadores de la velocidad del aire son sus antenas. Este método ayuda a ahorrar energía. Usan su visión para monitorear la tierra.

Algunos animales captan ondas sísmicas y de erupciones volcánicas, como las serpientes.

La araña balsa posee pelos en sus patas, los cuales son sensibles al más leve movimiento.

En los peces, las ondas se perciben a través de la línea lateral de su cuerpo, y esta también es sensible al movimiento de los depredadores cercanos.

Hay peces que no tienen ojos y a través de su línea lateral pueden detectar cualquier movimiento

En la foca, la habilidad para poder detectar a su presa se encuentra en los bigotes.

Hay animales que tienen órganos sensibles a la sangre, como el murciélago que, ante todo, detecta en la oscuridad, a través de ecos, a su presa; pone en funcionamiento su nariz, que es sensible al calor de la sangre de su víctima para atraparlo. Podrá detectar la zona de mayor concentración de sangre.

También en la serpiente existe este sistema, que aún es más desarrollado ya que tiene sensores especiales en la boca y en los ojos, característica que reduce la capacidad de camuflaje de la presa.

Hay un animal marino que reúne muchas de estas características. Es el tiburón.

Utiliza las líneas magnéticas para navegar. Detecta el movimiento muscular de las presas y a través de estos, las cargas eléctricas.

Pueden oler sangre a más de un kilómetro. Sus ojos son sensibles a la luz.

Es sensible al sonido del agua y la natación. Esta sensibilidad lo guiará a su víctima.
2.3.5.Emociones

Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente acompañada de cambios orgánicos, influidos por la experiencia y que tienen una función adaptativa (de nuestro organismo a lo que nos rodea), es un estado que sobreviene bruscamente en forma de crisis más o menos violente y más o menos pasajera.

Al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.

Existen 6 categorías básicas de emociones:

Miedo: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.

Sorpresa: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber que pasa.

Aversión: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.

Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.

Alegría: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.

Tristeza: Pena, soledad, pesimismo.

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:

Miedo: tendemos hacia la protección.

Sorpresa: ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.

Aversión: nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.

Ira: nos induce hacia la destrucción.

Alegría: nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).

Tristeza: nos motiva hacia una reintegración personal.

Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.

Tener presente el papel que juegan las emociones en la formación de la conducta debe servirnos como base para prevenir y corregir la tendencia de algunos animales a reaccionar agresivamente por temor, siendo esta la emoción más importante , capaz de desencadenar una gran variedad de sucesos, que desde la visión del animal comprometen sus chances de sobrevivir. De esta forma contribuiríamos a crear generaciones de animales de compañía que optimicen sus cualidades como mascotas, inhibiendo sus instintos de defensa, cacería o de mordida, más allá de sus reacciones naturales, aprendiendo que respuestas adecuadas, les asegurarán ser queridos, cuidados y atendidos el resto de sus vidas.

Sabemos que una amplia gama de comportamientos emocionales originan los problemas de conducta, si pensamos en las diferencias de lenguaje y motivaciones de humanos y mascotas, las ocasiones para que se produzcan malas interpretaciones, conflictos, recompensas inoportunas, castigos accidentales o mensajes confusos son infinitos.

Al aumentar nuestro conocimiento de cómo perciben la vida junto a nosotros las mascotas, se acrecienta nuestra capacidad para entender sus estados emocionales (diagnóstico) y resolver sus problemas de comportamiento (tratamiento), teniendo en cuenta las expectativas y los propios estados de ánimo de sus dueños.

En este capitulo, dedicado a los animales sobre las diferentes conductas, comportamientos, y teorías, me pareció importante incorporar un trabajo dictado por la Cátedra de Medicina Veterinaria, en donde se pretende demostrar el rol fundamental que desempeña el núcleo familiar humano en la salud del paciente animal, canino o felino, que se halla en estrecha convivencia con ellos.
“Los animales de compañía, compañeros ancestrales, ocupan un lugar preponderante dentro de la familia humana, siendo considerados en la mayoría de los casos un hijo más. Llenan el gran vacío que deja la soledad, ocupando el lugar de la pareja ideal, o permitiendo expresar la maternidad o paternidad no concretada, e indudablemente son amigos incondicionales que siempre nos escuchan, estando dispuestos a prolongar nuestra imagen y a mimetizarse con nuestra forma de ser, para satisfacer la necesidad que tenemos los seres humanos de identificarnos con nuestras "posesiones”.

Con el correr de los años hemos notado en la consulta, que los animales de compañía, han llegado ha ser, por decirlo de alguna manera, un "ÓRGANO EXTERNO DE SOMATIZACIÓN”. Ellos absorben como una esponja las emociones negativas o positivas del núcleo familiar y somatizan según su idionsincracia. También, en menor porcentaje de ocasiones, padecen afecciones similares o iguales a las de los humanos con los que conviven.
Los perros y gatos presentan desde su nacimiento hasta la vejez, diferentes grados de dependencia, sumisión, mimetización y obediencia, entre otras características, que también se encuentran en los seres humanos, pero en nosotros, a cierta edad se produce una separación del núcleo familiar logrando cada individuo su independencia dejando de ser un hijo. Con nuestros compañeros, la dependencia es permanente, llegando a ser niños eternos, que siempre están necesitando de nuestros cuidados para su subsistencia, siendo nosotros sus GUARDIANES DE POR VIDA.

El niño eterno, es como una ESPONJA , al ser un gran receptor de todas las emociones y energías que hay en la familia, por consiguiente requiere un estudio dentro de y en relación al núcleo familiar.

No podemos escindir a nuestro paciente del contexto en el que vive, esto sería ver solo una parte del problema y alejarnos de la totalidad o del concepto holístico que la verdadera medicina debe contemplar. Según nuestro parecer, para comprender el sufrimiento profundo de cada individuo o paciente en particular, es mucho mejor estudiar al animal en la casa o el departamento donde habita, para realizar una consulta con orientación SISTEMICA, que involucre a todos los miembros de la familia dentro del proceso patológico que padece nuestro compañero no humano.

Dentro del núcleo familiar es muy común encontrar entre sus integrantes o elementos, relaciones conflictivas y patológicas que están impregnadas de emociones negativas, tales como bronca, angustia, nerviosismo, temor, fobia, agresividad, dando como resultado una atmósfera de tensiones y estrés cotidiano.

La familia funciona como un sistema, cada persona interactúa y se relaciona íntimamente con los otros. Cuando un elemento dentro de este sistema cerrado está en desequilibrio, cambia y por consiguiente genera un cambio de rol en el otro; en muchas ocasiones este nuevo rol adoptado por el segundo elemento en acción, es para poner en evidencia la falta de armonía. En algunas situaciones al presentarse un cambio de roles, alguien puede asumir la patología familiar, pasando a ser la "VÁLVULA" O SÍNTOMA, donde se plasma la problemática común a todos los miembros.

Hemos observado en algunas familias que el animal es la “VALVULA DE ESCAPE” de las emociones que sus guardianes no han podido hacer conscientes. Nuestros compañeros animales, que son totalmente vulnerables y sin las herramientas necesarias para defenderse, las absorben muy rápidamente, pasando a ser víctimas de los conflictos familiares. Mencionaremos el caso de una clienta que sufrió un ataque de nervios en la casa, después de haber estado toda la mañana tratando de cobrar algo del dinero que le quedó atrapado en el "corralito" financiero. Ella vivía sola con su gato, quien presenció la exteriorización de la bronca, los nervios y demás emociones negativas. Al finalizar la exoneración, el gato comenzó a convulsivar "sin motivo aparente" y ella se asustó muchísimo, porque nunca antes había presentado esta sintomatología. Otro caso muy parecido fue el de una perra que vivía con una familia y el 20 de diciembre del 2001, día del "cacerolazo" nacional, todos los miembros salieron a participar de la manifestación, regresando a la casa con mucha ¡¡BRONCA!! Ese mismo día la perra tuvo su primera convulsión, desde entonces la medican con anticonvulsivantes y pese a esta medicación presenta un ataque por mes. Curiosamente cuando sus guardianes se fueron de vacaciones y la dejaron con la abuela, estuvo muy bien de ánimo y no tuvo ningún ataque convulsivo.

Estos casos ponen de manifiesto, la interacción estrecha que existe entre los seres humanos y los animales de compañía.
… Si consideramos a los perros y gatos como un hijo más o el único hijo del núcleo familiar, se pueden llegar a extrapolar las siguientes características de los seres humanos, tales como apego, dependencia, obediencia, identificación, mimetización, etc., las cuales favorecen la convivencia de las personas con su compañero, permitiendo que las reglas o pautas de la familia se lleven a cabo.

En la Psicología se ha estudiado minuciosamente la relación de la madre con su hijo. Algunas corrientes promueven la existencia de una fusión emocional muy fuerte entre los dos, que se va disolviendo y separando con el pasar de los años, presentándose una fisura muy profunda a los 3 años de edad del niño.

Al experimentarse esta fusión emocional, todo aquello que la madre no hace consciente o de lo que no puede hacerse cargo, lo actúa o vivencia el niño, absorbiendo de esta manera el inconsciente de la madre. El compañero animal o niño eterno también se hace cargo permanentemente de las emociones de su guardián. El fenómeno del espejo, que refleja nuestra SOMBRA, se pone en evidencia; el otro experimenta emociones y al no tener las herramientas necesarias para metabolizarlas puede llegar a somatizar. Esto se ve muy claro cuando una madre está triste y trata de ocultarlo, pero su bebé no para de llorar o termina enfermándose, llora por ella, o somatiza su síntoma.” EL ÓRGANO EXTERNO DE SOMATIZACIÓN


TERCERA PARTE

HERRAMIENTAS PRÁCTICAS
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