descargar 115.09 Kb.
|
PASTOREO RACIONAL PARA EMPRESAS GANADERAS![]() Foto archivo: Ganadería “Andalucía”, Cundinamarca – Colombia, Michael Rúa, Año 2008 – 2009. Por: Michael Rúa Franco, Zootecnista, Esp. en Nutrición Animal Director de Cultura Empresarial Ganadera – Presidente del Instituto André Voisin sede Colombia culturaempresarialganadera@gmail.com - www.culturaempresarialganadera.ning.com Tel: (1)6735164 – Cel: 3173840509 Introducción al tema Para una gran mayoría de los ganaderos en Latinoamérica, “no conocer” es sinónimo de “no hacer”. Para los demás, quienes representan una pequeña minoría pero con una gran actitud, “no conocer” es sinónimo de “hay algo nuevo que aprender”. Los primeros creen y se sienten muy seguros de que ya saben TODO sobre ganadería y que no hay mucho que aprender para mejorar. Los segundos, están absolutamente convencidos que hay mucho camino por recorrer, y mantienen viva la esperanza de que el futuro es más prometedor que lo hecho hasta ahora. Los primeros siempre temen fracasar al intentar hacer algo diferente y nunca se salen de sus prácticas tradicionales. Los segundos, son irremediablemente innovadores, aunque eso signifique correr riesgos. Los primeros, están destinados al fracaso seguro. Los segundos, han tomado el camino correcto hacia el éxito. Entonces podemos clasificar a los ganaderos de Latinoamérica en dos grandes grupos:
La ganadería tradicional afronta en el presente una de sus etapas más difíciles de toda la historia. Los pastos parecen estar agotándose y los ganados aguantan física hambre, especialmente en las épocas de verano intenso y prolongado. Las ganancias de peso del ganado son muy bajas (por debajo de 300 gramos diarios) y también la producción de leche (menos de 1000 litros por vaca en cada lactancia). Los problemas reproductivos abundan, y los porcentajes de mortalidad incrementan. ¿A qué se debe este aparente estancamiento o retroceso de la ganadería latinoamericana? ¿Por qué las utilidades del negocio ganadero actual ya no son las mismas que en el pasado? ¿Por qué en vez de divertirnos con la ganadería, ahora lo que abundan son las preocupaciones? ¿Por qué cada vez hay más ganaderos que se quejan de lo difícil que se ha vuelto este negocio? Con el fin de darles un nuevo aliento a los ganaderos que ya están dando el último suspiro, con el propósito de devolverle la fe a nuestro gremio de que hay un mejor porvenir, queremos a través de este artículo convocar a la reflexión y replanteamiento de la forma como estamos haciendo ganadería en Latinoamérica, y proponer una alternativa que en el 100% de los casos en los que se ha puesto en práctica ha generado resultados muy positivos y han enrutado al ganadero al éxito en su negocio. No es una técnica nueva, pero si es una técnica simple y fácil de ejecutar en cualquier ganadería, sin tener que hacer altas inversiones, pero si con excelentes resultados demostrados y a la que muy pocos ganaderos le han prestado la debida atención. La clave está en perfeccionar el cultivo, uso y mantenimiento de las pasturas y forrajes, los cuales son la base de cualquier ganadería en el mundo, pues el bovino es exclusivamente rumiante, propiedad que les ha conferido el creador para ser la única especie capaz de convertir eficientemente los materiales fibrosos vegetales, en carne, leche o crías, entre otros subproductos, para beneficio del ser humano. Características del ganadero tradicionalista
![]() Fotos adaptadas de Internet
![]() Fotos de archivo: Regiones ganaderas de Colombia, Michael Rúa, Años 2007 – 2009.
![]() Fotos adaptadas de Internet
![]()
Estos rendimientos de cosecha son muy bajos para el tipo de gramíneas que producimos en el trópico. Un rendimiento normal estaría alrededor de 30 toneladas por Ha, y un rendimiento ideal sería alrededor de 50 toneladas por Ha. El rendimiento es un tanto menor en las gramíneas que forman macollas, y más alto para gramíneas de crecimiento rastrero.
![]() Cuando hay poca comida en el potrero, el animal intenta sobrevivir de algún modo, incluso, si le es posible, consume hasta la basura como se ve en esta fotografía.
En primera instancia, el término “cabeza” no es una unidad de medida. Para poder tener un parámetro equilibrado se debe hablar de Unidades Gran Ganado (UGG) que en otros países e conoce como Unidad Ganadera Mayor (UGM). Una UGG o UGM, equivale a un animal de 450 a 500 Kg. de peso corporal en pie (vivo), según el biotipo de animal. Sin embargo, en Colombia, se acepta la UGG de 450 Kg. para cualquier biotipo presente en el país. Significa esto que la carga animal de 1 Ha de superficie en ganadería tradicional no logra superar los 1800 Kg. totales de peso corporal en pie. En segunda instancia, en el caso de Colombia, las estadísticas nacionales reportan como carga animal promedio 0,67 cabezas por Ha (24 millones de cabezas que conforman el inventario bovino nacional, distribuidas en 34 millones de hectáreas pastoreables). Si el término se expresara en UGG, el valor sería de aprox. 0,3 UGG/Ha, que también podría expresarse como 135 Kg. de peso corporal en pie, lo cual es irrisoriamente insignificante, pero real. Y eso que Colombia entre los países de Latinoamérica, es uno de los que posee mayor inventario bovino y mayor área pastoreable. En consecuencia, todos los países del continente necesitamos intensificar nuestras ganaderías nacionales, porque estas cargas son sumamente ineficientes para poder competir con los mercados nacionales e internacionales. Uno de los parámetros más importantes para que un país pueda pensar en exportar, es que su inventario ganadero debe ser mayor o por lo menos igual a la población residente en ese país. Para el caso de Colombia, que registra una población nacional de 45 millones de habitantes, el inventario bovino debe ser de 45 millones de cabezas o más. Con ello será capaza de satisfacer el consumo interno y participar sólidamente en los mercados internacionales. El ejemplo de esto es Brasil, el principal exportador de carne en el mundo, en el cual el inventario poblacional bovino está alrededor de 192 millones de cabezas, mientras cuenta con aprox. 190 millones de habitantes.
El ojo es subjetivo y engañoso. No es el ganadero ni el mayordomo según su acomodo, quien debe decidir cuántos animales ocuparán el potrero y/o por cuánto tiempo. Eso lo debe decidir la disponibilidad de pasto al momento de ingresar los animales. En otras palabras, es el aforo (medición de la cantidad de pasto disponible en un área determinada) el que determina la carga animal que será capaz de soportar un potrero y/o por cuánto tiempo.
Estas son apenas unas aproximaciones descriptivas para que nos hagamos una idea de lo mal que estamos manejando nuestras ganaderías actualmente en Latinoamérica. Quedan para la imaginación las reflexiones acerca del interés que un ganadero tradicionalista le presta al manejo sanitario de su hato, al manejo de la genética, a la rutina higiénica del ordeño, a la infraestructura para manejo rutinario del ganado, a llevar registros y a procesar la información debidamente, y demás por el estilo, que por supuesto están más descuidadas que las descritas anteriormente. Para decirlo de una manera más cruda pero a la vez más honesta, los ganaderos tradicionalistas estamos patrocinando una ganadería mediocre, miserable y sin futuro. Es por esta razón que el ganadero tradicionalista ya está:
Es pues necesario hacer un alto en el camino, reflexionar, analizar y replantear la cultura y el modelo de ganadería tradicional y la necesidad de su inminente y urgente transformación hacia un modelo de ganadería más industrial. En atención a esto, y teniendo en alta consideración que la producción, uso y manejo de los pastos y forrajes son la más importante tarea del ganadero agricultor para poder tener un producto de excelente calidad y en cantidades abundantes para alimentar a sus animales a plena satisfacción, toda vez que no sólo estos son el mejor y más importante alimento para los bovinos desde el punto de vista fisiológico y nutricional, sino también el más económico que puede producir y suministrar el productor a fin de lograr mejores resultados tanto en la producción como en la economía del negocio, se presentará entonces a continuación el proceso evolutivo de los sistemas de pastoreo en el mundo hasta proporcionar conceptos ideas de los sistemas de pastoreo más modernos y exitosos en la ganadería mundial. ¿Qué es el pastoreo? Voisin y Lecomnte, autores del libro “La vaca y la hierba” publicado en los años 70’s, y forjadores de los más modernos modelos de pastoreo para ganadería bovina en Francia y para el mundo, definen el pastoreo simplemente como el encuentro entre el bovino y la hierba que consumen. Esta es una buena definición, pero para lograr que el ganadero tenga un concepto más acertado aún, habría que agregar a esta definición de Voisin y Lecomnte, que para hablar de “pastoreo” dicho encuentro debe llevarse a cabo directamente en el potrero, pues en los modelos de “feed lot” (confinamiento), el bovino también tiene un encuentro con la hierba que ha de consumir pero esta vez el encuentro no se da en el potrero sino en un establo dotado con comederos, a lo cual se le ha denominado en Latinoamérica como “estabulación”, en cuyo caso quien realiza el pastoreo no es directamente el bovino sino un operario que lo hará manual o mecánicamente y luego lo transportará al establo, lo ubicará en los comederos y dirigirá al grupo de bovinos hasta allí para que se dé el encuentro para que se alimenten. ![]() |