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MODELOS DE COMUNICACIÓNModelo de comunicación de Shannon, Weaver y Schramm El modelo de proceso de comunicación más utilizado en nuestros días es el que se deriva de la evolución de los primeros trabajos de Shannon y Weaver (1949), así como de los de Schramm (1953) cuando se desarrolla una teoría de la información. Estos investigadores se preocuparon por describir el proceso general de comunicación de una forma que pudiera ser útil en todo tipo de situaciones. El modelo que se deriva de sus trabajos nos ayuda a comprender la comunicación. Sus elementos básicos son un comunicador, un codificador, un mensaje, un medio para transmitirlo, un decodificador, un destinatario, retroalimentación y los ruidos. Esto queda representado en la figura 5.3.2. Figura 5.3.2 : Modelo de comunicación de Shannon, Weaver y Schramm ![]() Comunicador Es desde donde provienen las ideas, intenciones, información, y cuyo objetivo es comunicarse. Codificación Teniendo en cuenta quién vaya a ser el comunicador, puede darse un proceso de codificación que convierta las ideas del comunicador en un conjunto sistemático de símbolos, en un idioma que exprese el objetivo que éste persigue. La principal forma de codificación es el idioma. Mensaje El objetivo que persigue el comunicador se expresa en forma de mensaje, ya sea oral o no oral. En consecuencia, el mensaje es lo que una persona espera comunicar a un destinatario. Su forma exacta depende en gran medida del medio habitualmente utilizado para transmitirlo. Medio utilizado para transmitir el mensaje El mensaje puede ser transmitido a través de teléfono, e – mail, por medio de reuniones de grupo, por fax, memorándum, definición de la política a seguir, sistemas de premios, calendarios de producción o teleconferencias por vídeo. Decodificación / Receptor Para que se complete el proceso de comunicación, el mensaje deberá ser decodificado en lo que respecta a su receptor. Decodificar, término técnico que se aplica a los proceso mentales del receptor, supone interpretar. Los receptores interpretan (decodifican) el mensaje en base a sus anteriores experiencias y marcos de referencia. Retroalimentación Los procesos de comunicación de una sola dirección no permiten ningún tipo de retroalimentación receptor-comunicador, lo que incrementa las posibilidades de que se produzca alguna distorsión entre el mensaje buscado y el recibido. Una conexión de retroalimentación supone abrir un canal para recibir una respuesta del mensaje por parte del receptor que permita al comunicador establecer si se ha recibido su mensaje y si ha dado lugar a la respuesta buscada. Ruidos En el marco de la comunicación humana, el ruido se puede definir como cualquier factor que distorsiona la intención que perseguía el mensaje. Pueden producirse ruidos en todos los elementos de la comunicación. Por ejemplo, un dirigente que se vea muy apremiado por el tiempo puede verse forzado a actuar sin comunicación o bien comunicarse precipitadamente transmitiendo información incompleta. También puede suceder que un subordinado dé a una palabra o a una frase un significado que no era el que pretendía el dirigente. Ambos son ejemplos de ruidos en el proceso de comunicación. Modelo de comunicación de David Berlo El modelo de Berlo centra su atención en el concepto de fidelidad que se relaciona estrechamente con el concepto de ruido introducido por Shannon y Weaver en su Teoría de la Información. La fidelidad se refiere al grado en que el comunicador ha logrado afectar según su propósito al receptor. El ruido afecta a la fidelidad en cuanto introduce distorsiones en el mensaje enviado. La eliminación del ruido aumenta la fidelidad y, por lo tanto, la efectividad de la comunicación dependerá de la medida en que se pueda aislar el ruido. Existen ciertos factores en los componentes de la comunicación que determinan la efectividad de ésta tal como se señala en la figura 5.3.3. Figura 5.3.3 : Modelo de la comunicación de Berlo ![]() En la fuente encargada de emitir el mensaje en un determinado código, se distinguen cinco factores que influyen en la fidelidad.
Respecto del decodificador-receptor, es necesario considerar que para lograr una comunicación efectiva se debe reconocer al receptor como el eslabón más importante del proceso de comunicación. No es posible hablar de comunicación si el mensaje enviado por la fuente no llega al receptor. Las funciones de fuente y receptor son complementarias e intercambiables. Aquel individuo que en un momento dado hace de receptor, se transforma en fuente, en el momento siguiente. Por lo tanto, todas aquellas características de la fuente mencionadas anteriormente se aplican también al receptor. Al analizar los factores del mensaje que influyen en la fidelidad de la comunicación es necesario analizar el código y el tratamiento que recibe el mensaje.
Finalmente, es necesario considerar las características del canal durante el proceso de comunicación. El canal es definido como los sentidos a través de los cuales un decodificador receptor puede percibir el mensaje transmitido por la fuente codificadora. La función del canal es permitir la comunicación al unir la fuente con el receptor. Todo mensaje debe ser transmitido a través de un canal. La fidelidad de la comunicación será mayor si se eligen los canales apropiados para el mensaje o si éstos se combinan, como en el caso de los mensajes audiovisuales. Los sistemas sensoriales forman parte tanto del receptor como del canal, por lo cual podrían ser considerados canales o decodificadores. Modelo de comunicación de Jakobson Román Jakobson (1896 - 1982), un lingüista nacido en Rusia y nacionalizado norteamericano en 1941, hacia mediados de la década de los sesenta elabora su modelo de la comunicación basado en la teoría matemática de la información que Shannon y Weaver habían desarrollado en 1949. El modelo de Jakobson es hexagonal; esto es: debemos considerar, por lo menos, seis factores que se asocian a seis funciones del lenguaje. Dichos factores son las siguientes. Emisor: En todo proceso comunicativo existe un polo que es la fuente y el transmisor un determinado contenido informacional. El emisor es quien selecciona signos de un sistema y los combina para producir la información. El emisor, por lo tanto, es el que codifica la información; por ello, a veces se le llama codificador. Destinatario El destinatario constituye el polo que se correlaciona con el emisor; este segundo polo es el que recibe la información. Dicho de otro modo; es destinatario o receptor es el decodificador de la información. Entre emisor y destinatario debe existir un sistema de signos que sea común a ambos, por lo menos parcialmente; pues, de otro modo la comunicación es imposible. Código Es el sistema de signos que permite la relación entre un emisor y un destinatario. Un código es un conjunto finito y abstracto de unidades; que se combinan según ciertas reglas o leyes de composición para producir un número ilimitado de operaciones o mensajes. En términos estrictamente lingüísticos, el código es el sistema lengua. MensajeEl mensaje es la secuencia de signos seleccionadas de un código; combinados según ciertas reglas instituidas por el código; y transmitidas por un emisor a un destinatario a través de un canal. Obviamente, la secuencia de signos implica un hecho de significación, lo que permite que el destinatario decodifique e interprete un mensaje. Desde el punto de vista lingüístico, el mensaje es la realización del código; es decir, el mensaje es el habla. ContextoEl contexto es el referente del mensaje, el tema o asunto del que trata el mensaje. Es la realidad referida por una secuencia de signos. Es un mundo percibido o imaginado al que pueden referirse un emisor y un destinatario. Contacto El contacto o canal es lo que permite establecer y mantener la comunicación entre el emisor y el receptor. El contacto es el medio a través del cual se transmiten los mensajes. Puede tratarse de soportes físicos (hilo telefónico, sistemas electrónicos); o bien puede tratarse de un contacto psíquico y físico, como en la situación conversacional “fase - to – fase”. Cuando algún elemento perturbe el paso de la señal a través del canal, de algún tipo de interferencia, hablaremos de ruido. El ruido implica una en la transmisión del mensaje y puede tener muy variadas causas. El modelo de Jakobson puede aplicarse a cualquier proceso comunicacional, no solamente a la comunicación lingüística. Así, en un nivel de abstracción superior, podemos aplicar el modelo de Jakobson a los medios de comunicación de masas o a la comunicación no verbal, etc. Si pensamos en términos lingüísticos, el proceso de comunicación se asocia a seis funciones inherentes al lenguaje, que se deducen de los factores del modelo de Jakobson,
Esta función está enfocada sobre el emisor, y permite que quien habla o escribe manifiesta sus sentimientos; de modo que los enunciados del sujeto son autorreferentes y ponen de relieve sus connotaciones sicológicas y sentimentales. Citemos como ejemplos clásicos las interjecciones y las oraciones exclamativas: ¡Ya me aburrí! ; ¡Ay, qué dolor!; ¡Qué delicioso este plato!; etc. En todos estos casos se advierte la actitud del sujeto con respecto a aquello de lo que habla.
Esta función del lenguaje está orientada hacia el destinatario y se hace evidente en el imperativo, en el vocativo y las frases interrogativas. Esta función enfatiza la persona del oyente, sobre el que se quiere llamar la atención, dar órdenes, etc. Así, por ejemplo; una pregunta como: ¿Qué hora ese?, espera de parte del receptor la realización de una acción; en este caso concreto, una respuesta que representa la entrega de una información dada. Lo mismo ocurre cuando damos una orden como: ¡Cierre la puerta, por favor!. Es evidente que se espera del oyente una conducta muy precisa.
Esta función del lenguaje es el uso denotativo o cognitivo que hacemos de las palabras. Este es el nivel corriente en que un mensaje transmite una información sobre el mundo; es decir, el lenguaje enfatiza el contexto. Encontramos este tipo de función en las frases en que se afirma algo del mundo (o se niega). Por ejemplo: El hombre es un animal racional; El lenguaje es un instrumento de la comunicación, etc. En todos estos casos, el lenguaje representa una realidad, nos informa sobre algo, comunica conceptos e ideas acerca del mundo.
Encontramos esta función en aquellos mensajes que hacen del código el contenido u objeto de la comunicación. Se usa el lenguaje para hablar, precisamente, del lenguaje; aclarar o verificar términos que se están usando. Este tipo de función es recurrente en el lenguaje infantil: Papá, ¿qué significa comunicación?. Cada vez que preguntamos por un elemento del código, por una palabra, estamos poniendo en evidencia la función metalingüística. Otro caso muy corriente del uso de esta función es en el aprendizaje de una lengua extranjera. Se utiliza la función metalingüística en las definiciones; de hecho, podemos pensar un diccionario como una antología de definiciones. El proceso inverso se llama denominación, y es otro ejemplo de esta función, es el caso de los puzzle.
Esta función del lenguaje enfatiza la estructuración misma del mensaje, el modo cómo se expresa. Lo que interesa aquí es la disposición, la forma, los recursos expresivos que condicionan el mensaje. El mejor ejemplo lo constituyen todas las grandes figuras de la .
La función fática pone el acento en el canal que sirve a la transmisión del mensaje. Esta función concierne directamente a la comunicación entre emisor y destinatario; por ejemplo, la expresión cliché para responder al teléfono ¿Aló? que no posee otra significación que la apertura del canal de comunicación. Hay fórmulas para comenzar la comunicación, “Buenos días" para terminarla, Hasta luego, para interrumpirla, Perdón; y por último, para continuar una conversación: Como le decía.. Debemos aclarar que un mensaje corriente mezcla todas las funciones, lo que ocurre es que se puede afirmar que un mensaje es predominantemente referencial o emotivo, etc. Es muy difícil encontrar situaciones ideales o puras que cumplan una sola función. De todas maneras, todo mensaje establece una suerte de jerarquía de funciones en que algunas son subsidiarias o accidentales, en tanto que otra se hace central o predominante. El lingüista norteamericano Dell Hymes (citado por Álvaro Cuadra, 1996), ha introducido una modificación al modelo de Jakobson. El punto de Hymes es que la noción de contexto se refiere tanto al tema o asunto tratado por un mensaje como a la situación o circunstancia concreta en que se da el mensaje. Así, Hymes propone una séptima función del lenguaje que él llama función situacional y que se refiere al cuándo y dónde se efectúa la comunicación. El mismo Hymes sugiere una serie de preguntas para esclarecer un proceso de comunicación; de esta manera, el modelo de Jakobson se torna mucho más operacional. Una síntesis del modelo de Jakobson y el aporte de Hymes se representa en la figura 5.3.4. Figura 5.3.4 : Modelo de Jakobson ![]() Como propone Álvaro Cuadra: “Pensemos en un caso concreto de comunicación como es la exhibición de una cinta cinematográfica. La secuencia de preguntas y respuestas podríamos resumirla de la manera siguiente: ¿Quién lo dice? El emisor es el que codifica el mensaje: en el caso de un film, el emisor es el director. ¿A quién se lo dice? El destinatario de una cinta es el público espectador. ¿Cómo lo dice? Es lógico pensar que cada director posee rasgos estéticos que lo hacen único, así, hay películas Fellini o Scorsesse. Todo film tiene un montaje. ¿De qué se está hablando? Aquí tendríamos que dar cuenta del tema que aborda el film. ¿En qué lengua lo dice? El lenguaje cinematográfico emplea varios lenguajes, los resumimos bajo la etiqueta lenguaje cinematográfico. ¿Lo dice por teléfono? El cine establece contacto por la proyección luminosa de imágenes animadas. ¿Cuándo y dónde lo dice? Situación concreta: sala X de cine en Santiago.,un día de otoño. |