Porn rerservas Naturales de Sevilla




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3. CARACTERIZACIÓN Y DIAGNÓSTICO

3.1. CARACTERIZACIÓN FÍSICA Y BIÓTICA

3.1.1. Encuadre Geográfico


La Reserva Natural se localiza en el extremo sur de la provincia de Sevilla, entre los 36º 53' de latitud norte y los 5º 53' de longitud oeste, en los términos municipales de Lebrija y Las Cabezas de San Juan.

El complejo endorreico está formado por las lagunas de la Cigarrera, Galiana, Peña, Pilón y Taraje, así como la de Charroao, también conocida como de Bujadillo o de la Herradura, situada más al norte. Todas ellas son de carácter temporal excepto la del Taraje. Estas lagunas son las últimas que se conservan en el área sevillana del extenso sistema lagunar, del que formaban parte lagunas tan importantes como Val de Ojo, Vocesa, Malagueño, Moro, etc., y que antaño se extendía por esta zona de campiña a caballo entre las provincias de Sevilla y Cádiz, donde se sitúan también las lagunas de Espera.

3.1.2. Geología


El Complejo Endorreico de Lebrija-Las Cabezas se sitúa en el contacto entre las unidades sedimentarias del Valle del Guadalquivir y las series externas de las Cordilleras Béticas.

Los materiales son de origen alóctono correspondientes al Olistostroma o conjunto de materiales formados por importantes masas triásicas procedentes del subbético, que se desplazaron durante el Mioceno hacia los bordes de la cuenca de subsidencia del Guadalquivir a medida que ésta se hundía por la acumulación de sedimentos. Los materiales desplazados estaban en su mayor parte constituidos por la formación margo-yesífera del Trías, que se desplazó hasta su posición actual (de ahí su origen alóctono), y que en su desplazamiento arrastró y englobó a los materiales que descansaban sobre él y los que se estaban depositando en ese momento. Aparece así, sobre esta masa margo-yesífera, y entre ella, una serie de materiales de edad comprendida entre el Cretáceo Inferior y el Mioceno, que son los Olistolitos.

Los materiales que afloran en la Reserva Natural pertenecen pues al Triásico, atribuibles al Keuper, si bien no de forma categórica, a falta de criterios paleontológicos o estratigráficos. Su potencia no es ni tan siquiera estimable. Está constituida esta formación por margas abigarradas, yesos rojos y blancos con frecuentes "Jacintos de Compostela", depósitos de sales y areniscas rojas y pardas.

Estos materiales son de gran plasticidad y movilidad, lo que ha originado un relieve ondulante con un substrato impermeable, propiciando así la formación de las lagunas endorreicas.

Intercalados entre la masa margo-yesífera aparecen en la zona diversos afloramientos de calizas y calizas dolomíticas de tipos muy diferentes, entre las que podemos distinguir: calizas dolomíticas grises y negras, de tipo carniola, brechoide, calizas gris parda, calizas pardas, etc.

3.1.3. Geomorfología y Relieve


El Complejo Endorreico se desarrolla a una altitud comprendida entre los 48 y los 114 metros, presentando un relieve alomado y de pendientes, por lo general, suaves, resultado de la erosión de los materiales margosos sobre los que se asienta. Las mayores pendientes se localizan en pequeñas áreas distribuidas por toda la zona, especialmente en las proximidades de la laguna del Taraje, si bien sólo muy eventualmente superan el 20%, desarrollándose entre pendientes inferiores al 10%.

El principal agente geomorfológico responsable del modelado del relieve lo constituye la escorrentía superficial, responsable de la erosión de los materiales situados en las áreas elevadas y su deposición en las zonas bajas donde se sitúan las lagunas.

La red fluvial de estas cuencas está escasamente estructurada y mal jerarquizada, de forma que son frecuentes los procesos de acarcavamiento de laderas. Se trata de vertientes regularizadas, en las que existe un predominio de la arroyada difusa o en manto.

Los procesos erosivos se muestran particularmente intensos en el borde oriental de laguna de Peña, así como en la vertiente sur de la laguna de Charroao y noreste de Peña, acentuándose el problema en estas lagunas por la ausencia de vegetación perilagunar que actúe como pantalla de retención.

Las seis lagunas que componen el complejo endorreico poseen una morfología y origen estepario. Como en otros casos similares, el origen endorreico de estas lagunas viene determinado por tres factores esenciales: una morfología plana que favorece la interrupción del drenaje de las aguas, la existencia de litofacies impermeables y un régimen climático de semiaridez local o regional.

3.1.4. Edafología


Según la clasificación de la Soil Taxonomy, los suelos presentes en el Complejo Endorreico de Lebrija-Las Cabezas pertenecen a los órdenes Vertisoles, Entisoles y Alfisoles, estando los primeros más ampliamente representados. En función de sus características y su evolución edáfica podemos diferenciar diversos grupos: Vertisol Chromoxererts entic, Vertisol Chromoxererts aquic y Vertisol Pelloxererts crómicos.

El primero de ellos constituye un suelo desarrollado sobre los materiales triásicos en las zonas de pendientes largas y suaves. Se trata de un suelo de textura muy arcillosa, desarrollado en profundidad, con fuertes caracteres vérticos, presentando un perfil Ap, Bv y C.

En las zonas más deprimidas este suelo evoluciona hacia un Vertisol Chromoxererts aquic. Son suelos que presentan un perfil A, B, BC, Cg, bien desarrollado, con una buena actividad biológica en los horizontes A y B, presentando hidromorfismo en profundidad. En las áreas perilagunares este suelo se hace más oscuro, dando lugar a un Pelloxererts crómico. Presenta un perfil A, B, Cg profundo, con concentraciones salinas y yesos en profundidad, apareciendo el perfil más lavado en carbonatos que en el grupo anterior.

Los suelos del orden Entisol son clasificados como Entisol, Xerorthents. Se desarrollan a partir de las margas y yesos triásicos del Keuper en las zonas más elevadas del relieve. Se caracteriza este tipo de suelo por su gran impermeabilidad, debido al carácter arcilloso de los materiales, presentando caracteres vérticos no muy acusados. Presentan un perfil muy elemental con un horizonte A y un horizonte C apenas evolucionado.

Los Alfisoles, clasificados como Haploxeralfs vérticos, se desarrollan en aquellas zonas donde las pendientes son más fuertes. Constituyen suelos con perfil poco desarrollado, presentando un perfil A1, B, C.

Los Vertisoles son suelos con una clara vocación agrícola sin limitaciones de cultivos (clase agrológica I), siendo especialmente aptos para cultivos de secano. La erosión no es muy alta debido a las escasas pendientes y consistencia dura.

Los Entisoles y Alfisoles son suelos sin vocación agrícola, aptos para aprovechamiento de pastos y forestal (clase agrológica VI), aunque tradicionalmente se han utilizado para cultivos de secano. Su susceptibilidad a la erosión es media-alta, siendo además potenciada por las pendientes abruptas sobre los que se desarrollan.

3.1.5. Climatología


El área donde se ubica el Complejo Endorreico se encuadra dentro del clima mediterráneo seco con influencia atlántica, con dos estaciones bien marcadas, una cálida y seca, que comprende de mayo a septiembre, y otra lluviosa y húmeda entre octubre y abril.

Régimen Térmico


Los valores medios de temperaturas mensuales muestran un clima suave, aunque con tendencia hacia cierta continentalidad. Los meses en los que se registran las mayores temperaturas son de julio a septiembre y las menores se alcanzan de diciembre a febrero. La temperatura media se sitúa en los 17°C, con una oscilación térmica media anual comprendida entre los 15,6°C y los 16,6°C.

Las temperaturas máximas se alcanzan en julio con valores medios de las máximas que se sitúan alrededor de los 34,7°C. Las temperaturas mínimas se dan en diciembre y enero, registrándose algunas heladas de muy poca intensidad.

Régimen Pluviométrico


Las precipitaciones medias anuales se sitúan en torno a los 603,2 mm, con un pico centrado en el mes de enero, donde se registran valores próximos a los 100 mm. A lo largo del año, estas precipitaciones se distribuyen de forma desigual, registrándose un período de máxima pluviometría, entre noviembre y enero, en el que se concentra cerca del 50% de las precipitaciones totales. El período de sequía coincide con los meses de verano, de junio a agosto, siendo las lluvias caídas durante julio y agosto prácticamente inexistentes.

Balance Hídrico


Los altos valores de evapotranspiración generalizados a lo largo del año, junto con un largo período seco sin precipitaciones determinan un balance hídrico claramente deficitario, especialmente acentuado en los meses de verano, cuando se alcanzan los máximos valores de evapotranspiración.

A partir de abril, el balance entre aportes por precipitaciones y salidas por evapotranspiración comienza a ser deficitario, teniendo que hacer uso de la reserva hídrica del suelo. Ya en el mes de junio los valores de evapotranspiración son muy superiores frente a las escasas precipitaciones, lo que hace que terminen agotándose las últimas reservas del suelo y comience la estación propiamente seca. Esta situación explica el comportamiento estacional de las lagunas, a excepción de la del Taraje, ya que al no disponer de aportes subterráneos relevantes suelen secarse a comienzos del verano.

3.1.6. Hidrología


Las lagunas del complejo endorreico se caracterizan por poseer vasos lacustres de reducida extensión y escasa profundidad, siendo en general lagunas de aguas bastante someras, si bien el nivel de las mismas depende fundamentalmente de los aportes directos de las precipitaciones.

Las características climáticas del área, con precipitaciones moderadas, fuerte insolación y altos índices de evaporación, condicionan el carácter estacional de la mayoría de las lagunas. A comienzos de noviembre, cuando las lluvias comienzan a ser significativas y la reserva de agua del suelo deja de ser deficitaria, las lagunas comienzan a acumular agua, permaneciendo inundadas normalmente hasta finales de junio.

La alimentación de las lagunas por escorrentía superficial se produce sobre todo mediante arroyada difusa, lo que condiciona una red muy incipiente donde no existen arroyos bien estructurados o marcados sobre el relieve de las cuencas vertientes. Se trata más bien de suaves vaguadas que dan lugar a regajos de funcionamiento esporádico, siendo el más importante el que desemboca en la laguna del Taraje por su extremo norte.

En todas las lagunas, las salidas del sistema se realizan por evapotranspiración real, que comprende la evapotranspiración real en la cuenca y la evaporación sobre la laguna. Esta evapotranspiración suele constituir entre el 70 y el 80% de las precipitaciones totales que vierten a las lagunas.

Morfología y morfometría de las lagunas


La morfología que presentan las lagunas es variable. Las del Taraje y del Pilón presentan formas ovaladas, mientras que las de la Cigarrera, Peña y Galiana presentan formas irregulares, más o menos circulares. Por último, la laguna de Charroao posee una típica forma de herradura, por lo que es también conocida por este nombre.

Hidrogeología


Los diversos materiales que constituyen el complejo endorreico poseen un diferente comportamiento hidrogeológico. Las margas y yesos desarrollan un comportamiento impermeable a nivel general, sirviendo de substrato donde se acumula el agua superficial. Algunos rasgos hacen pensar en la posibilidad de que en dichos materiales se den procesos de karstificación. Estos procesos consisten, a grandes rasgos, en la disolución de las formaciones yesíferas, produciendo una serie de huecos donde el agua puede circular o acumularse.

Los afloramientos e intercalaciones de calizas y dolomías son permeables por fracturación y fisuración. Su reducida superficie no da lugar a que tengan tratamiento de acuífero, pero pueden llegar a formar ciertos embalsamientos de agua de relativa importancia según su potencia o extensión.

Así pues, las cuencas de las lagunas aparecen constituidas fundamentalmente por materiales margosos de comportamiento acuitardo y calizas y dolomías de comportamiento acuífero. Las características hidrogeológicas de estos materiales, junto con la karstificación de los materiales yesíferos, favorecen un flujo subsuperficial y subterráneo hacia las lagunas, flujos que coinciden con el descenso de niveles y el incremento del coeficiente de evaporación.

Estos flujos estacionales suponen unos aportes adicionales durante el estiaje que contrarrestan en parte los efectos de la evaporación.

3.1.7. Vegetación y Flora


Corológicamente, la Reserva Natural se incluye en la Provincia Bética, Sector Hispalense, Subsector Hispalense.

En este contexto, la vegetación potencial del Complejo se desarrolla, en función de las características climáticas, en el Piso Termomediterráneo, siendo la única serie presente la Serie Termomediterránea Bético-Algarviense y Tingitana seco-subhúmeda basófila de la Carrasca (Smalici mauritanicae-Querceto rotundifoliae s.).

Esta serie tiene como especie dominante la encina carrasca (Quercus rotundifolia), junto con acebuches (Olea europea var. silvestris), así como algarrobos (Ceratonia siliqua) en los biotopos rupestres y quejigos africanos (Quercus x marianica) en las depresiones y zonas frescas.

Hay que mencionar, además, la existencia de la serie de los acebuchales (Tamo-Oleeto sylvestris s.), debido a la presencia de vertisuelos que suponen un factor limitante para el enraizamiento normal de la encina por el flujo y movimiento de las arcillas en la base del suelo y la hidromorfia temporal que presentan estos suelos.

Junto a esta vegetación regional que potencialmente rodea las lagunas del complejo, encontramos la vegetación perilagunar, dentro de la cual se diferencian, teóricamente, las siguientes comunidades distribuidas desde el interior de las lagunas hasta los suelos más secos:

- Vegetación acuática sumergida (Potamogetum sp.).

- Helofíticas que permanecen inundadas por agua dulce poco profunda (Glycerio declinatae-Eleocharidetum palustris).

- Comunidad de helófitos vivaces y flotantes (Scirpo fluitantis-Juncetum heterophyllae).

- Tras estas comunidades helofíticas se instalan los juncales higrófilos (Junco-Eleocharidetum palustris, Juncetum rugoso-effusi) y menos higrófilos (Galio-Juncetum maritimi), que entran en contacto con los pastizales ubicados en suelos compactados.

- En biotopos secos con encharcamiento temporal aparecen comunidades de terófitos efímeros (Loto subbiflori-Chaetopogonetum fasciculatae) alternando con formaciones vivaces de Armeria gaditana, Centaurea exarata, Gaudinia fragilis (Centaureo exaratae-Armerietum gaditanae) y con comunidades de Suaedo-Salicornietum ramosissimae, Scirpetum maritimi y Polygono-Tamaricetum africanae que marcan un carácter subhalófito.

Secuencia evolutiva y caracterización de la vegetación y la flora


Sobre la Depresión del Guadalquivir se han asentado históricamente un conjunto de civilizaciones que han determinado la práctica desaparición de la vegetación natural, utilizándose el terreno para labores agrícolas intensivas.

Este hecho comenzó en el área del complejo lagunar en época temprana, como lo atestigua la presencia, en las cercanías de la laguna del Taraje, de restos de un asentamiento rural romano.

En la actualidad, sólo existen restos de las etapas de sustitución de la vegetación potencial de encinares que se extendía por la zona; así aparecen pequeños rodales y manchas de acebuches y matorral mediterráneo de coscojas, lentisco, etc., que se localizan en las zonas más abruptas, junto a pies aislados de encinas que aparecen diseminados por la Zona Periférica de Protección.

Por su parte, la vegetación perilagunar también se ha visto fuertemente impactada por la presencia humana. De las seis lagunas que forman el complejo, la de la Cigarrera es la que presenta el cinturón de vegetación mejor conservado. Destaca en ella la presencia de un extenso tarajal, distribuido por toda la periferia de la laguna, que constituye la única formación de estas características en el conjunto del complejo endorreico. Junto al taraje aparecen diversas especies como Juncus acutus, Juncus bufonius, Juncus maritimus, Chara sp., Phragmites australis o Zannichellia palustris.

En la laguna del Taraje aparecen diversas manchas de eneas distribuidas de modo irregular por la periferia del vaso lacustre. Por encima de ella existen pequeñas manchas o pies aislados de tarajes, que dan paso posteriormente bien a las zonas cultivadas o bien a acebuchales. Entre los macrófitos encontramos Potamogeton pectinatus y Lemna gibba. Asimismo dentro de la zona sumergida se desarrollan diversas algas como Enteromorpha intestinalis, Chladophora lactevivens y Chara sp.

En la laguna del Pilón es la enea la especie más abundante, desarrollándose profusamente por todo el vaso lagunar, encontrando también algunos pies aislados de tarajes en las zonas más elevadas así como Juncus sp., Scirpus sp. y Phragmites australis aunque sin llegar a formar manchas definidas. Los macrófitos más corrientes son Myriophyllum sp., Najas marina y Potamogetum sp.

La laguna de la Galiana desarrolla en su vaso lagunar una pequeña comunidad de carrizos (Phragmites australis), mientras que la periferia de la laguna aparece altamente degradada. Tan sólo las zonas más elevadas, sometidas a encharcamiento periódico, aparecen cubiertas por un denso pastizal, de porte bajo, salpicado por especies herbáceas de mayor altura.

La laguna de Peña conserva algunos pies aislados de tarajes, aunque, en general, la vegetación se encuentra muy degradada. Destaca la presencia en su margen oriental de un pequeño grupo de eucaliptos. Al igual que en el caso anterior, el lecho lagunar sometido a inundaciones periódicas aparece recubierto de un denso pastizal.

La laguna del Bujadillo o de Charroao presenta en el interior del vaso una densa formación de carrizos, mientras que en el borde no conserva prácticamente restos de vegetación perilagunar, apareciendo casi toda ella dedicada a cultivos de secano excepto en su parte norte donde se desarrolla una pequeña área de vegetación de pastos y matorral.

Es de destacar, por su rareza y singularidad, las siguientes especies presentes en el complejo lagunar: Alisma plantago, Chara globularis, Chara vulgaris, Eleocharis palustre, Myriophyllun verticillatum, Ruppia drepanensis, Scirpus lacustris, Scirpus maritimus, Zannichellia obtusifolia, Zannichellia palustris.

En la Reserva Natural existe un hábitat de interés natural según la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres: Matorrales termomediterráneos y pre-estépicos.

Valoración de la vegetación y la flora

Dentro del Complejo Endorreico, la que reviste un mayor interés ecológico es la propia vegetación lagunar y las formaciones de vegetación perilagunar que se conservan. Estas últimas juegan un papel ecológico fundamental como fijadoras del suelo, ya que actúan de pantalla de retención de los materiales arrastrados por la escorrentía, frenando de este modo la colmatación del vaso lagunar. Por otro lado, desarrollan un papel fundamental actuando como refugios y favoreciendo el anidamiento de las diversas especies de avifauna que visitan el complejo.

En función de las diversas especies que se desarrollan en estas lagunas, las de la Cigarrera, del Pilón y del Taraje se catalogan como de importancia nacional (Cirujano et al. ”Criterios botánicos para la valoración de las lagunas y humedales españoles Península Ibérica y las Islas Baleares”. 1992).

La presencia de manchas de vegetación mediterránea aportan una mayor diversidad ecológica al espacio, jugando así mismo un papel fundamental en la fijación del suelo al cubrir las zonas más abruptas y menos aptas para el cultivo. A pesar de estar constituidas por formaciones de degradación, alcanzan una gran relevancia en el conjunto del espacio y permiten su colonización por especies de rapaces y mamíferos características del bosque mediterráneo.

3.1.8. Fauna


La importancia faunística de la Reserva Natural radica, sobre todo, en su función como área de sustento de una interesante avifauna, ya que constituye una zona de cría, reproducción y escala durante las migraciones para numerosas especies de aves. Esta importancia se ve acentuada por su proximidad a las marismas del Guadalquivir, lo que hace que durante el período de inundación funcione como un hábitat alternativo y complementario de las marismas de Doñana.

Debido al carácter estacional de la mayoría de las lagunas, la presencia de la avifauna no es constante, estando condicionado tanto por el nivel de encharcamiento como por la disponibilidad de alimento, principalmente macrófitos acuáticos, que constituyen la base alimenticia principal para la mayoría de las aves acuáticas. En este contexto, adquiere una especial relevancia la laguna del Taraje, al ser la única permanente del complejo y donde se concentran durante el estiaje y años secos un importante número de aves.

Atendiendo a su cuantía, son las anátidas y los rálidos las especies más abundantes, sobre todo la focha común (Fulica atra). Pero en lo que se refiere a especies de alto interés faunístico, destaca la presencia de algunas tan importantes como la focha cornuda (Fulica cristata), cuya presencia se ha detectado ocasionalmente en algunas de las lagunas del complejo y ha llegado incluso a anidar en la de Galiana. Otra es la malvasía (Oxyura leucocephala), que suele frecuentar estas lagunas durante el período invernal, nidificando regularmente en la laguna del Taraje, ocasionalmente en las de Peña y la Cigarrera, y de forma más esporádica en la del Pilón.

En la clasificación realizada en la Revisión de Daimiel en 1988, sobre los criterios elaborados por Amat (“Criterios de valoración de zonas húmedas de importancia nacional y regional en función de las aves acuáticas”. 1985) y la SEO (1987), las lagunas del Taraje, de Peña y del Pilón aparecen clasificadas como Zonas Húmedas de Importancia Nacional para la avifauna, mientras que las del Charroao, la Cigarrera y la Galiana se incluyen entre las de Importancia Regional.

Entre las especies invernantes y migratorias que podemos encontrar destacan el abejaruco (Merops apiaster), la abubilla (Upupa epops) la agachadiza común (Gallinago gallinago), el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), la avefría (Vanellus vanellus), la cigüeñuela (Himantopus himantopus) y el martín pescador (Alcedo atthis); ardeídos como la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), la garza real (Ardea cinerea) o la garceta grande (Egretta alba); así como numerosos ánades tales como la cerceta común (Anas crecca), el pato cuchara (Anas clypeata), y el porrón moñudo (Aythia fuligula). El calamón (Porphyrio porphyrio) suele ser más frecuente en la laguna del Pilón.

Respecto a las aves nidificantes merece destacarse entre las anátidas el ánade real (Anas platyrhynchos). En las del Taraje y la Peña, podemos encontrar, además, el ánade friso (Anas strepera), el porrón común (Aythia ferina) y en menor medida el pato colorado (Netta rufina) y la malvasía. Pero la especie nidificante más numerosa en todas las lagunas es, sin duda, la focha común (Fulica atra).

Otras aves que nidifican regularmente son el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) en la mayoría de las lagunas, el somormujo lavanco (Podiceps cristatus), la polla de agua (Gallinula chloropus), la cigüeñuela (Himantopus himantopus), el calamón (Porphyrio porphyrio), y el zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis). Entre los paseriformes, el carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y tordal (Acrocephalus arundinaceus) y la cogujada común (Galerida cristata).

El resto de los grupos de fauna están escasamente representados. Entre la herpetofauna aparecen diversas culebras, como la bastarda (Malpolon monspessulanus), la de herradura (Coluber hippocrepis) y la viperina (Natrix maura), asociada a los lechos de las lagunas, así como el lagarto ocelado (Lacerta lepida). Los anfibios no son bien conocidos, detectándose la presencia de la rana común (Rana perezi), el sapo común (Bufo bufo), el sapo corredor (Bufo calamita) y el de espuelas (Pelobates cultripes).

Los mamíferos, por su parte, son escasos, frecuentando el espacio zorros, comadrejas, ginetas, tejones y meloncillos, especialmente en las densas manchas de matorral que envuelven a la laguna del Taraje.

En la laguna del Taraje, la comunidad de crustáceos planctónicos aparece representada por especies adaptadas a condiciones salinas y altas concentraciones de sulfatos, como Moina rosea, Arctopditimum salinus y Machritrix rosea. En la laguna de la Peña, son especies características Trochocyclops prasinus y Copidodiaptemus numidicus.
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