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Gráfico n 2. Evolución del PBI, la industria manufacturera y la relación industria manufacturera sobre PBI. 1997-2008 (1997=100) ![]() Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y MECON. Sin embargo, si bien el crecimiento del sector industrial fue central luego del abandono del plan de convertibilidad, su rol ha ido declinando ligeramente como motor del crecimiento y ha sido paulatinamente reemplazado por el sostenido incremento de otros sectores lo que ha derivado en que la participación de la industria manufacturera en el PBI luego de recuperarse en casi dos puntos porcentuales se ha estancado en valores que rondan el 16% de la producción total del país. Esta importante recuperación económica provocó una significativa mejora en todos los indicadores laborales, permitiendo al país, desde el 2002 a la fecha, generar más de cuatro millones de puestos de trabajo. En esta dinámica el sector industrial ha nuevamente ocupado un lugar destacado y como podemos apreciar en el gráfico n 3, desde el 2001, el incremento sostenido en los niveles de producción han sido acompañados por aumentos del orden del 30% en los niveles de productividad laboral y en la cantidad de obreros ocupados por el sector. Gráfico n 3. Evolución de la producción industrial, obreros ocupados y productividad. 2001-2008 (2001=100) ![]() Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y MECON. Esta nueva dinámica de crecimiento del nivel de empleo generado por el sector se vio favorecida y sustentada por una importante contracción en los niveles salariales y en el costo salarial asociado a la producción del sector. Para dar cuenta de este fenómeno, analizamos en el gráfico n 4 la evolución del salario real, costo salarial y productividad laboral de la industria manufacturera para el período 2001-2009. Gráfico n 4. Evolución del salario, costo salarial y productividad laboral en la industria manufacturera. 2001-2009 (2001=100) ![]() Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y MECON. Como podemos apreciar, la crisis de comienzos de siglo significó una enorme transferencia de recursos de los asalariados a los dueños de los medios de producción. En un contexto de estancamiento y luego leve incremento de la productividad laboral a lo largo del período bajo análisis, el costo salarial y el salario real promedio ven reducido su valor en los dos primeros años, un 51% y 28% respectivamente para luego a partir del 2003, recuperarse a lo largo del período. En el 2009, el costo salarial está 27% por debajo de lo que estaba en el 2001 y el salario real está un 4% por encima de su valor del mismo año, en gran medida como resultado desde 2007 de un sostenido aumento en los niveles de precios. Esta dinámica evidencia que el abandono de la convertibilidad significó una importante transferencia de recursos que a su vez se vio favorecida en gran medida por una formidable reversión e incremento en los niveles de rentabilidad de las empresas que operan en el sector industrial. Como podemos apreciar en el gráfico n 5, durante los años de paridad entre el peso y el dólar, la rentabilidad de las empresas industriales que cotizan en Bolsa fue negativa, revirtiendo esta tendencia a partir de la crisis del 2001 y ubicando la tasa de rentabilidad de estas empresas en valores superiores al promedio de la economía. Gráfico n 5. Evolución de la rentabilidad total e industrial de las empresas que cotizan en Bolsa. 1995-2009 ![]() Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y MECON. Por último, otro de los elementos novedosos del actual período de crecimiento viene dado por el desempeño del balance comercial. Históricamente, el crecimiento económico en Argentina ha estado asociado con fuertes desbalances en materia de comercio exterior lo que daba cuenta de la importante dependencia externa de nuestro sistema productivo, que se manifestaba en sucesivos “cuellos de botella” en materia de divisas, que limitaban a su vez las posibilidades del crecimiento económico (Santarcángelo y Pinazo, 2009). Durante la década del noventa, casi todos los años de crecimiento (con la excepción de 1996) estuvieron asociados con situaciones deficitarias en materia externa; sin embargo, el actual período de crecimiento, combina altas tasas de crecimiento con situaciones sostenidas de superávit comercial. En lo que refiere al sector industrial, en el gráfico n 6 podemos apreciar la evolución de las importaciones, exportaciones y saldo comercial. Gráfico n 6. Evolución de importaciones, exportaciones y saldo comercial industrial. 1997-2009 ![]() Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y MECON. Como podemos apreciar, la sistemática tendencia deficitaria que había exhibido el patrón de convertibilidad en términos de comercio exterior de manufacturas, se vio revertida drásticamente a partir de la devaluación y en donde las importaciones y exportaciones se incrementan más de un 150% a lo largo del período bajo análisis y arrojando déficit comercial solo en el año 2008. Es así como podemos apreciar que a medida que se ha ido consolidando el ritmo de crecimiento de la actividad económica, se ha ido erosionando progresivamente el superávit comercial, pasando a depender casi exclusivamente del saldo del sector productor de alimentos y bebidas (Santarcángelo y Pinazo, 2009). Es interesante señalar que esta dinámica se encuentra estrechamente vinculada a la histórica incapacidad que tiene el aparato productivo local para satisfacer las necesidades derivadas del crecimiento industrial (Azpiazu y Schorr; 2010) y a la creciente articulación que proponen los grandes capitales industriales que operan con dinámicas regionales de acumulación y que como resultado provoca un creciente articulación entre los aparatos industriales de Brasil y Argentina. En este sentido, si bien las exportaciones e importaciones industriales argentinas tienen como principal destino y origen el Brasil en un 23% y 31% respectivamente, los niveles de integración son mucho mayores en otras ramas como la Terminal automotriz, donde las exportaciones e importaciones llegan a ser del 86% y 75% respectivamente lo que a las claras da cuenta de un desarrollo articulado. IV. La industria Brasileña en el siglo XXI Brasil al comienzo del siglo XXI exhibe numerosos elementos de una economía emergente dinamica, hecho que se ve reforzado por ser la séptima mayor economia del mundo (en terminos del PBI) y por ser miembro de los BRICs. Tal vez uno de los más importantes este relacionado con el crecimiento de la Bolsa de Valores de Sao Paulo (Bovespa), y el interés que despierta en los operadores financieros internacionales, atraídos por la economía que tiene la mayor tasa de interés del mundo lo que es sumamente atractivo para la llegada de inversiones extranjeras (especialmente desde el período de Cardoso). En relación a la producción real de bienes y servicios, existe un cierto consenso general de que Brasil, producto del trabajo de varias décadas, ha logrado consolidar un fuerte sector industrial que opera y lidera las actividades industriales de la región. Sin embargo, muchos analistas externos al país, no saben que el país está inmerso en un debate sobre el creciente proceso de desindustrialización que está viviendo el país en los últimos años. En este sentido, es importante remarcar que si uno toma como medida del nivel de desarrollo industrial la proporición del PBI representado por el sector manufacturera (indústria de transformação, en Brasil- fn) uno puede ver (en el gráfico n 7) que la industria manufacturera alcanzó su auge del porcentaje del PBI en 1986 con un 32% y desde entonces la tendencia es declinante, pero desde cayó hasta 20% en 1998 está comenzando a recuperarse y llegó a 23% en 2005. (necesito actualizar). Y lo dramático de esta tendencia es que la misma se registra cuando uno analiza la evolución del valor agregado.5 Gráfico n 7: Participación de Industria Manufacturera como % del PBI, Brasil, 1950-2006 ![]() Gráfico n 7: Producción, empleo y productividad industrial. Brasil- 1997-2006 Fuente: Elaboración propia en base a IPEA. Fuente: Elaboración propia en base a IGEB. Este fenómeno esta dando cuenta de un declive permanente? No necesariamente, aunque los cambios en la constelación de la economía brasileña fueron significativos y la misma no hace más que generar creciente preocupación sobre las posibilidades futuras de desarrollo económico. Pero antes de presentar el diagnóstico, analicemos algunos patrones registrados en años recientes. Una preocupación clave para Brasil y que es compartida por Argentina, concierne al aumento en el grado de dependencia del sector industrial del desarrollo de la agroindustria en detrimento de la industria manufacturera. En este sentido, en ambos países, las tasas de crecimiento de la agroindustria son altas que se ha visto potenciado porque los mercados de commodities tuvieron un período reciente muy fortuito, de notable incremento de los precios. El problema central es determinar como podría evolucionar esta tendencia en el mediano o largo plazo. Por ejempo, en años recientes, los sectores con mayores tasas de crecimiento en Brasil fueron la soja y la producción ganadera (talvez como nota- con aumentos del 180% entre 1990 y 2006) siendo particularmente elevadas las tasas registradas en la región amazonica.6 De todas maneras, esto no significa que no hubo un importante crecimiento de otros sectores de la industria. Para dar cuenta de este fenómeno, presentamos en el gráfico n 8, la evolución de la producción, empleo y productividad de la industria en términos agregados. Gráfico n 8: Producción, empleo y productividad industrial. Brasil- 1997-2006 (1996-100) ![]() Fuente: Elaboración propia en base a IPEA. Como podemos apreciar, tomando como base al año 1996, vemos que la producción se incrementa en un 300%, la productividad en un 200% en tanto que el nivel de empleo generado por el sector solo aumenta en un 45%. De este modo, podemos apreciar que la industria brasileña exhibe un significativo aumento en sus volumenes de producción especialmente desde 1998 donde los aumentos de productividad permiten despegar la evolución de la trayectoria seguida por el empleo. Sin embargo, el aumento en los volumenes de producción no fue homogeneo entre las diferentes ramas industriales. Como podemos apreciar en el gráfico n 9, durante el período 1996-2007, los sectores que más crecieron en términos absolutos fueron el sector de alimenticios y bebidas, que ha crecido casi 280% desde 1996 y ha alcanzado R$ 2,5 mil millones en terminos de valor brutro de producción en 2007. Está rama se encuentra seguida por el desempeño de la industria química con más que R$ 1,5 mil milliones, luego la producción de automoviles con aproximadamente R$ 1,5 mil milliones y refinación del petroleo con valores por apenas debajo de esa cifra. Gráfico n 9: Industrias de Alta Crecimiento en Brasil; Valor Bruto 1996-2007 (mil Reales) ![]() Fuente: Elaboración propia en base a IBGE - Pesquisa Industrial Anual Empresa, 2011 Más alla de la importancia del crecimiento de los sectores industriales claves, hemos visto que el empleo vinculado al sector ha aumentado en casi un 45% en los niveles que tenía en 1996. Para dar cuenta de la distribución del empleo por sector, analizamos en el gráfico n 10 como ha evolucionado el empleo en las ramas industriales de alto crecimiento para el período 1996-2007. Gráfico n 10: Empleo en las Industrias de Alto Crecimiento en Brasil; 1996-2007 ![]() Fuente: Elaboración propia en base a IBGE, 2011 Como podemos observar, el sector que genera mayor volumen de ocupados es, por lejos, el sector de alimentos y bebidas, que pasó de representar el 18% de todo el empleo industrial en 1996, a significar casi el 21% del mismo en el año 2006. El segundo sector más significativo en materia de generación de empleo es la rama indumenitaria y accesorios, que pasa de generar el 7,6% del empleo total del sector, a representar el 8% del mismo al final del período bajo análisis. Los otros sectores significativos en terminos de porcentaje general del empleo industrial son por orden decreciente de importancia las ramas vinculadas a la producción de químicos, caucho y plasticos, productos metales, maquinaria y equipos y producción automotriz. Esta dinámica da cuenta del cambio de orientación que experimentó la economía brasileña desde fines de los años ochenta, y lo preocupante de esta tendencia, es que la misma refleja un determinado tipo de inserción en la economía gobal, principalmente como productor de bienes primarios con poco valor agregado. Sin emabrgo, los enormes beneficios que ha generado la industria en estos últimos años no han sido distribuidos de modo homogeneo al interior de los actores que se desempeñan en la misma. Para dar cuenta de este fenómeno, examinamos en el gráfico n 11, como ha evolucionado la productividad, el salario real y la rentabilidad del sector industrial desde mediados de los años 90s a la actualidad. Gráfico n 11. Productividad, salario real y rentabilidad– Brasil 1996-2007 ![]() Fuente: Elaboración propia en base a IBGE, 2011 Como podemos apreciar, el gráfico evidencia dos tendencias diferentes. Por un lado, podemos apreciar que el nivel de productividad y rentabilidad exhiben importantes tendencias crecientes terminando con aumentos del 200% para todo el período bajo análisis. Asimimsmo, la evolución del salario real, da cuenta de un llamativo nivel de estancamiento y leve descenso en los valores que registraba para recuperarse desde el 2004 en adelante y cerrar con valores similares a los registrados a mediados de los años 90s. En términos concretos, si bien el salario minimo aumento en los últimos años de R$ 112 a R$ 545 en términos nominales, los trabajadores manufactureras recibían en 1999 en promedio 5 salario mínimos (SM), en tanto que en el 2009, recibían 3.5 SM. (tengo que mejorar el análisis aquí, con referencias a la región ABC) La contracara de este fenómeno, lo expresa la rentabilidad que si bien se mantiene en valores crecientes pero estables hasta 1998, a partir de ese año se dispara su evolución hasta el año 2004, momento en el que con valores cercanos al 200% de incremento se estanca hasta el último año bajo análisis y traccionado por la recuperación en el nivel de los salarios reales. V. Reflexiones Finales A partir del análisis que hemos realizado sobre el desarrollo industrial de dos de los países más industrializados de América Latina, podemos apreciar que el optimismo de ciertos sectores basado en el desempeño reciente de los países, debe ser repensado con mucha cautela a la luz de los desafíos que se le presentan a cada uno de los países. En relación a los elementos que tienen en común ambos países, los países no estuvieron exentos de los cambios operados en el capitalismo mundial, y que concretamente se traducen en sectores industriales fuertemente influenciados por las dinámicas de acumulación transnacionales, y por una importante dominación de las empresas transnacionales (TNCs) cuyas intereses estan crecientemente menos identificadas con las dinámicas de acumulación especificas de los estado-naciones. En este sentido, es importante remarcar el mayor papel desempeñado por la OMC y los asuntos respecto de comercio, tarifas arancelarias, subsidios, etc., que provocaron que los países tengan mucha menos flexibilidad y márgen de maniobra para establecer sus propias políticas orientadas a fomentar su desarrollo nacional. Aunque en Argentina el sector industrial ha vuelto a crecer a tasas mayores al promedio nacional por primera vez desde el abandono del modelo de industrialización por sustitución, y el sector se ha transformado en un importante generador de empleo; gran parte del éxito ha estado baseado en salarios significativamente más bajos (a pesar de un mejoramiento reciente) y en un esfuerzo importante para mantener el tipo de cambio competitivo. Asimismo, como numerosos trabajos evidencian (Azpiazu, 2010, Santarcángelo, 2010 y 2011) este proceso ha sido acompañado por un importante aumento en el nivel de concentración de la cúpula empresaria (entendida como las 500 principales empresas de mayor volumen de ventas del país) y este proceso es aún mayor en la cúpula industrial (entendida como las 200 principales empresas de mayor volumen de ventas que operan en el sector). Asimismo, no solo no se evidencia un cambio significativo en el perfil de especialización productiva del país; sino que por el contrario se consolida, siguiendo la tendencia general de la economía en las últimas décadas, un perfil productivo estrechamente vinculado al sector primario que genera poco valor agregado y articulado en relación a actividades con poco contenido tecnológico. Por su parte, en el caso de Brasil, el objetivo de política económica fue diferente y consistió en intentar mantener un tipo de cambio que favoreciera la atracción de flujos de inversión extranjera directa (IED), especialmente inversión financera através de los mecanismos de tasa de cambio y tasa de interés. Aunque esta tactica ha conseguido un nivel de inversión significativa en el país sobre todo desde el período del Cardoso, también ha perjudicado a la industria local y a los consumidores del Brasil. Y como resultado se ha consolidado un lento pero constante proceso de desindustrialización que ha derivado en un doble fenómeno: por un lado, un fuerte traspaso desde la industria manufacturera a la industria vinculada al agro-negocio; y por el otro, en un traspaso desde la producción manufacturera de mayor valor agregado hacia desarrollos industriales de menor valor agregado, como es la producción de alimentos y bebidas. En este sentido, es importante remarcar que los sectores que más fuerte han crecido en el último tiempo han sido los vinculados a la agro-industria y a la producción de otros productos primários, como minerales y petroleo. Esto se debe entre otras cosas, a las políticas del PAC (Programa de Aceleração do Crescimento) que fueron muy importantes para revertir la caída de la inversión en infraestructura industrial (ver Carneiro, 2010); aunque la mayor parte del gasto aún continúa orientada a la producción de los productos primarios de la economía. En terminos del futuro de la industria en Brasil, lo que pasó en la región ABC del São Paulo (uno dos polos industriales más concentrados del mundo) al respecto de caida fuerte de empleo industrial y después la caida de salarios industriales en el transcurso de las últimas dos décadas, debería ser percibido como un aviso importante para repensar el rumbo futuro del sector en el Brasil. Lo que resulta evidente del trabajo es que a pesar de la recuperación económica y crecimiento que han experimentado Argentina y Brasil en los últimos años, la dependencia del sector de los mercados de commodities que ambos países registraban en términos industriales no solo no se ha revertido; sino que por el contrario se ha profundizado, en un contexto en el que las empresas líderes del sector son empresas TNCs (situación que es mucho más apremiante en el caso Argentino que en el Brasilero) y sus dinámicas de acumulación responden a lógicas de valorización que están determinadas crecientemente por fuera de los respectivos países. Asimismo, en términos tecnológicos y de capacidad de innovación, muchas de estas capacidades han sido desmanteladas (efecto que también es más fuerte en Argentina que en Brasil) y a pesar de la aplicación de ciertas políticas de desarrollos de actividades científicas y tecnológicas (como por ejemplo algunas actividades del BNDES o el incremento presupuestario en el CONICET) no han sido capaz de revertir algunos de los legados mas nefastos de las políticas neoliberales. En el caso de Brasil, todavia tiene cierta capacidad que puede servir de base para un cambio futuro, pero hay ciertas limitaciones de voluntad política, en tanto que sus intereses económicos están más vinculados con actores y mercados globales que con actores internos del Brasil. Llama también la atención la evolución en paralelo que han mostrado los volumenes de producción, productividad, salario reales y rentabilidad de ambos países. Si bien los incrementos registrados por Brasil son significativamente mayores a los de Argentina (el valor bruto de producción crece 300% y 60% en Brasil y Argentina respectivamente; y la productividad laboral lo hace un 300% y un 30% en Brasil y Argentina respectivamente), la evolución de los salarios reales guardan un llamativo nivel de estancamiento para ambos países (aunque en Argentina el incremento en los últimos años ha sido un poco más significativo). Esta situación ha dado lugar a un significativo incremento en la masa de rentabilidad que en el caso Argentino se ha visto acompañado desde el abandono de la convertibilidad en un salto significativo en sus margenes producto de la variación en los precios relativos. Por último, en lo que respecta a la relación industrial entre ambos países, resulta evidente la enorme dependencia industrial argentina del desarrollo manufacturero brasileño. En este sentido, resulta ilustrativo remarcar que Brasil es el principal proveedor de importaciones industriales que en el año 2009 representaban el 31% de las importaciones totales del sector, en tanto que el principal destino de las exportaciones argentinas también están destinadas al país hermano (23% del total de las exportaciones del sector tienen como destino Brasil). Esta situación es mucho más apremiante en algunos sectores en particular como el sector automotriz, que ha sido en los últimos años un pilar insustituible del desarrollo industrial argentino. En este sector y para el año 2009, el 86% de las exportaciones de Argentina tienen como destino el país hermano en tanto que el 75% de las importaciones del sector provienen del mismo, lo que da cuenta de un nivel de integración altísimo, más áun si la relación ente importaciones sobre consumo aparente es del 77% para el año 2009. En línea paralela, el mercado principal para las exportaciones manufactureras brasileñas es el mercado argentino y en menor medida otros países del Mercosur, dado que el país no tiene la capacidad para competir en los mercados globales más industrializados. (Añadir datos de artigo de SEP) Asimismo, podemos remarcar que a pesar de cierto incremento de las exportaciones manufactureras de Argentina a Brasil en los últimos años, en general Argentina exporta principalmente productos primários al Brasil en tanto que éste país, exporta princpalmente productos manufactureros a Argentina. En este sentido, la dinámica de interacción entre ambos países no ha variado significativamente en los últimos años sino que ha profunidzado algunas de sus más salientes características. Quizás el desarrollo de una política industrial regional conjunta entre ambos países que enfatice mucho más las complementaridades que la competencia, podría brindar cierto margen de acción para el desarrollo comercial e industrial de ambos países. Suponer que los países de manera individual pueden expandir su capacidad manufacturera en el mercado global sin una política fuerte de integración parece tener pocas perspectivas de concretarse. |