El problema del trabajo productivo




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15 Ibid., p. 134.



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producción capitalista, es el trabajo asalariado que, al cambiarse por la parte* variable del capital, además de reproducir esta parte del capital (o sea, el valor de su propia fuerza de trabajo), produce plusvalía para el capitalista»16. «A. Smith da la solución definitiva al definir el trabajo productivo como aquel que se cambia directamente por capital (...) Y al mismo tiempo nos aclara lo que es el trabajo improductivo: aquel trabajo que no se cambia por capital, sino directamente por renta, por salario o ganancia y, naturalmente, por los diversos elementos que forman la ganancia del capitalista, como son el interés y la renta del suelo. (...) El primero crea plusvalía, el segundo no hace más que consumir renta»17.

Hay todavía un segundo texto en las Teorías sobre la plusvalía en el que Marx trata el tema bastante en detalle. Se trata de un fragmento del texto más amplio Produktivitdt des Kapitals. Produktive und unproduktive Arbeit18.

En él insiste Marx en la misma definición: «Sólo es productivo el trabajo que se convierte directamente en capital o, lo que es lo mismo, el trabajo que constituye el capital variable como tal, que convierte a v en v + k (en el que el signo A representa el aumento, el trabajo productivo). (...) El único trabajo productivo es el trabajo que produce plusvalía o que sirve al capital de medio para producir plusvalía y transformarse, por consiguiente, en capital, en valor productivo de plusvalía»19. «Dentro del sistema de la producción capitalista, trabajo productivo es, pues, aquel que produce plusvalía para su patrón (...), el trabajo que produce como capital su propio producto»20 . «Podemos llamar, pues, productivo al trabajo que se cambia directamente por dinero considerado como capital, es decir, por capital; por dinero que, siendo de suyo capital, se halla destinado a funcionar como capital con respecto a la fuerza de trabajo. Decir que el trabajo se cambia directamente por capital, equivale a decir que el trabajo se cambia por dinero considerado como capital y lo transforma en capital mediante esta operación»21. En los Resultados del proceso inmediato de producción, o Capítulo VI, fragmento proveniente del mismo manuscrito que las Teorías sobre la plusvalía, encontramos la siguiente batería de definiciones: «Como el fin inmediato y [el] producto por excelencia de la producción capitalista es la plusvalía, tenemos que solamente es productivo aquel trabajo —y sólo es un trabajador productivo aquel ejercitador de capacidad de trabajo— que directamente produzca plusvalía; por ende, sólo aquel trabajo que sea consumido directamente en el proceso de producción con vistas a la valorización del capital.
16 Loc. cit.

17 Ibid., p. 137.

18 Werke, ed. cit., vol. 26.1, pp. 365-368.

19 Ibid., p. 216.

20 Ibid., p. 217.

21 Ibid., p. 218, y casi lo mismo en la 219.
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»Desde el simple punto de vista del proceso laboral en general, se nos presentaba como productivo aquel trabajo que se realizaba en un producto, más concretamente en una mercancía. Desde el punto de vista del proceso capitalista de producción, se agrega la determinación más precisa de que es productivo aquel trabajo que valoriza directamente al capital, o que produce plusvalía, o sea, que se realiza —sin equivalente para el obrero, para su ejecutante— en una plusvalía [surplus valué'], representada por un plusproducto [surplus produce]; esto es, [que se realiza] en un incremento excedentario de mercancía para el monopolista de los medios de trabajo [monopoliser de los means of labour], para el capitalista. Sólo [es productivo, pues,] el trabajo que pone al capital variable, y por ende al capital total, como C+A C = C + + bv. Se trata, luego, de trabajo que sirve directamente al capital como instrumento [agency] de su autovalorización, como medio para la producción de plusvalía»22.

Vamos a entrar ahora en El capital siguiendo el orden de edición de los tres libros —pero no debe olvidarse la precisión cronológica que hicimos antes—. En el libro I volvemos a encontrar una definición ya conocida: «Sólo es productivo el trabajador que produce plusvalor para el capitalista o que sirve para la autovalorización del capital»23. A continuación viene el ejemplo aclaratorio del maestro de escuela, que trataremos aparte. Más adelante aparece también, implícita en el siguiente pasaje, la definición del trabajo productivo como aquel que se cambia por dinero en cuanto capital: «Así como las mercancías que el capitalista compra con una parte del plusvalor para su propio consumo no le sirven como medios de producción y de valorización, el trabajo que adquiere para la satisfacción de sus necesidades naturales y sociales no es trabajo productivo» 24.

En el libro II, sección I, capítulo VI, titulado Los costos de circulación, Marx analiza primeramente si es o no productivo el trabajo invertido en el proceso de circulación de la mercancía, y escribe: «Como se partió del supuesto de que las mercancías se compran y se venden a sus valores, en estos procesos se trata sólo de la conversión del mismo valor de una forma a la otra, de la forma mercantil a la dineraria y de la dinerada a la mercantil; se trata sólo de un cambio de estado. Si las mercancías se venden a sus valores, la magnitud de valor permanecerá inalterada tanto en manos del comprador como del vendedor; sólo se ha modificado su forma de existencia. Si las mercancías no se venden a sus valores, la suma de los valores convertidos perma-

22 K. MARX, El capital, libro 1, capítulo VI (inédito), p. 70 (traducción de Pedro Searon),

Siglo XXI, Madrid, 3." ed., 1973. Todos los corchetes son del traductor al castellano, para conservar los términos ingleses utilizados por Marx o para aclarar el significado de algunas frases, oscurecido a veces por la peculiar sintaxis alemana.

23 K. MARX, El capital, libro I, vol. II, p. 616 (edición y traducción de Pedro Scaron). Siglo XXI, Madrid, 2.a ed., 1965.

24 Ibid., p. 726.
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necerá inalterada; lo que es superávit de un lado, es déficit del otro»25. En otras palabras: la circulación no produce valor; luego el trabajo empleado en ella no es productivo, tanto da que sea realizado por el mismo capitalista industrial, por sus empleados, por un agente comercial independiente, por los empleados de un capitalista comercial o por el comprador de la mercancía. Tampoco importa el hecho de que tal trabajo sea necesario para la reproducción y entre en los gastos varios de la producción o en el precio de la mercancía.

«Cuando, por la división del trabajo, una función que de por sí es improductiva pero constituye un elemento necesario de la reproducción, se transforma de ocupación accesoria de muchos en ocupación exclusiva de pocos, en tarea particular de éstos, no se transforma la índole de la función misma»26. «La división del trabajo, la autonomización de una función, no la hacen creadora de valor y de productos si no lo era de por sí, es decir, ya antes de volverse autónoma»27. La utilidad de esta especialización «no consiste en transformar una función improductiva en productiva y trabajo improductivo en productivo»; «consiste más bien en que se fija en esa función improductiva una parte menor de la fuerza de trabajo y del tiempo de trabajo de la sociedad»28.

En la medida en que este trabajo comercial disminuya los gastos varios del capitalista industrial, será rentable para él, lo que no quiere decir que sea productor de valor. Por otra parte, como el mismo capital industrial necesita vender las mercancías producidas para poder volver a adquirir fuerza de trabajo, materias primas, etc., es decir, los elementos de la producción, el trabajo y el capital comerciales, en la medida en que acorten el tiempo de rotación de la parte circulante del capital industrial, le permitirán apropiarse de una masa mayor de plus valor en menos tiempo y serán, por consiguiente, indirectamente productivos —pero esto ya es otra cuestión.

No debe confundirse la circulación del valor, o de las mercancías como forma del valor, con su circulación física, es decir, con su almacenamiento, transporte, distribución para la venta detallista, etc. El valor de uso de la mercancía solamente se realiza en su consumo; por consiguiente, todas las operaciones necesarias para ponerla a disposición del consumidor aumentan ese valor de uso —o son indispensables para su realización— y, por ende, el trabajo socialmente necesario que insumen se incorpora al valor de cambio del objeto al que se aplica; se trata, pues, de trabajo productivo. (Lo mismo con respecto a los costos de conservación, etc. Pero eso no quiere decir que sean siempre productivos esos trabajos: depende de lo dicho, de que sean o no necesarios para realizar el valor de uso. El trabajo de empaquetar o embotellar
25 Ibid., libro II, vol. IV, p. 154.

26 Ibid., p. 155.

27 Ibid., p. 159.

28 Ibid., pp. 156-157.
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la leche es productivo, pero el de envolver un libro no; el almacenamiento previo al transporte del fabricante al distribuidor es trabajo productivo, pero el que se lleva a cabo para especular con la escasez de un producto no; es productivo el trabajo del cuidador que se ocupa de que un cachorro de perro no se muera antes de ser vendido, pero no el de vigilante de una fábrica.)

«La ley general es que todos los costos de circulación que surgen sólo de la transmutación formal de la mercancía no agregan ningún valor a esta última»29.

En el libro III de El capital, El proceso de producción capitalista en su conjunto, Marx trata de la transición del plusvalor a la ganancia, de la formación de la ganancia media y de la distribución de la ganancia entre el capital industrial, comercial y dinerario (interés) y la propiedad terrateniente (renta). Al hacerlo muestra cómo la ganancia de las otras formas de capital proviene de su participación en el plusvalor creado únicamente por el capital industrial, aunque a comerciantes, prestamistas y terratenientes se les antoje lo contrario. Pero en todo el libro no se añade nada nuevo al problema de base que a nosotros nos ocupa, puesto que se remite la cuestión de si un capital es productivo o no al problema de si lo es o deja de serlo el trabajo que emplea. Esta remisión es explícita y clara en un pasaje que se refiere al trabajador asalariado del comercio: «Aunque al propio agente de circulación sus entradas puedan antojársele un mero salario, un pago a cambio del trabajo efectuado, y aunque, cuando ese pago no se manifiesta de esa forma, el volumen de su ganancia sólo equivalga al salario de uno de los obreros mejor remunerados, sus entradas sólo provienen de la ganancia comercial. Esto surge del hecho de que su tarea no es un trabajo creador de valor»30.

Por lo demás, debemos señalar una omisión más que significativa: si bien en este libro Marx aborda precisamente el análisis de las distintas formas que adopta el capital y las relaciones entre ellas, tratando de manera sucesiva del capital industrial —al que identifica siempre, sin embargo, implícitamente con el capital que produce mercancías, mercancías materiales—, comercial y dinerario, en ningún momento hay un tratamiento específico del capital de servicios.

Tenemos, a la vista de estos textos de Marx, dos líneas de definición. La primera nos habla del trabajo que crea, «pone», se convierte en, se incorpora al capital, o se cambia por el capital. Todas estas variantes se pueden resumir en la definición del trabajo productivo como aquel que se cambia por capital; en contrapartida, el trabajo improductivo es definido reiteradamente como aquel que se cambia por renta, dinero como dinero, dinero como medio de circulación, etc. En la segunda encontramos todas las relaciones anteriores, pero referidas a la parte variable del capital, al capital variable, o se nos habla de trabajo
29 Ibid., p. 177.

30 Ibid., libro III, vol. VI, p. 373; el subrayado es nuestro.
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que aumenta el valor del capital, que crea o produce plusvalor. Podemos resumirlas en la definición del trabajo productivo como un trabajo que produce plusvalor, mientras que, por exclusión, el que no lo produzca será improductivo.

¿Son coincidentes estas dos definiciones? ¿Definen un mismo espacio para el trabajo productivo? ¿Trazan una misma línea divisoria entre el trabajo productivo e improductivo? Tomemos el caso del trabajo asalariado que compra y explota el capital comercial, es decir, del trabajo invertido en la circulación propiamente dicha —en la transformación formal de la mercancía— cuando es explotado por un capital. Este trabajo se cambia por capital, por dinero como capital, pues el patrón comerciante recupera como capital lo que paga como salario (el precio del trabajo necesario del trabajador) más un suplemento (el precio del plustrabajo que realiza el trabajador), sin lo cual dedicaría su dinero a otra cosa. Desde este punto de vista, el trabajo de sus asalariados es un trabajo productivo. Sin embargo, este trabajo no puede producir plusvalor, porque para ello tendría que empezar por producir valor, y sabemos, al menos desde el libro II de El capital (capítulo VI: Los costos de circulación), incluso desde el libro I (capítulo VI: La transformación del dinero en capital), que la circulación no crea valor alguno, que éste sólo puede crearse en la esfera de la producción. Desde este punto de vista, el trabajo de los trabajadores comerciales (en sentido estricto: de la circulación) es un trabajo improductivo. No obstante lo cual, su relación con el capital comercial es la misma que la del obrero industrial con el capital industrial: ambos venden fuerza de trabajo como mercancía y ambos producen un plustrabajo para el capitalista. Todo trabajo productivo se cambia por capital, pero no todo trabajo que se cambia por capital es productivo. Todo trabajo que se cambia por renta es improductivo, pero hay trabajos improductivos que no se cambian por renta. Los trabajadores comerciales, como los bancarios, pueden convertir a sus patronos en verdaderos émulos de Craso, pero no por ello producen un ápice de plusvalor, porque no crean valor alguno. Y no crean ningún valor —valor de cambio— porque no producen ningún valor de uso, con independencia de que la función que desempeñan pueda ser socialmente necesaria, por ejemplo, para acelerar el proceso de valorización del capital productivo.

Debemos insistir en que el capital no nace como tal. El dinero se convierte en capital, funciona como dinero-capital, precisamente en su relación con la fuerza de trabajo, relación que presenta dos momentos: un primero, que se desarrolla en la esfera de la circulación como intercambio de equivalentes, en el que el capitalista compra la fuerza de trabajo pagando su precio como mercancía; un segundo, que se desarrolla en la esfera de la producción, en el que pone en acto la mercancía producida y le hace crear el equivalente de lo pagado por ella más un incremento de valor (plusvalor). Si el dinero que el capitalista emplea para comprar la fuerza de trabajo procede de un ciclo
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productivo anterior que ahora va a reproducir, de una herencia familiar o de los diezmos cobrados en sus posesiones feudales, resulta de todo punto indiferente, pues es en su relación con la fuerza de trabajo donde se constituye, de nuevo o por vez primera, en capital. Y lo mismo sucede al contrario: si el capitalista industrial decide un día cualquiera vender las mercancías, los medios de producción y la fábrica, es decir, todo lo que era su capital, y gastarse el dinero en comer bien y que le abaniquen por lo que le queda de vida, entonces gasta su dinero como renta, como dinero-dinero o dinero en tanto que medio de circulación, y no como capital, y ello tanto si lo dedica a comprar discos —mercancías— como si lo emplea en recibir masajes —servicios.

Esto, que parece tan trivial, ha inducido a mucha confusión, y está en la base de la obsesión de Marx por distinguir el trabajo productivo e improductivo según que se cambie por capital o por renta. Cada vez que Marx insiste en esta forma de diferenciarlos y trata de poner un ejemplo de trabajo improductivo que produce servicios, no se fija en la eventual relación entre el trabajador de servicios y el capital de servicios que compra su fuerza de trabajo, sino en la que media entre el trabajador de servicios y un cliente capitalista que, sin embargo, como es natural, le paga con su dinero como dinero, con renta; esto es, en las distintas maneras en que puede gastar su dinero el mismo capitalista.
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