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La Tierra un sistema natural y cultural Sistema natural El sistema natural se ha formado durante miles de millones de años y está formado por una parte viva (biótica) y otra no viva (abiótica), que le sirve de base y sustento. Se dice que es un sistema cerrado porque proporciona especies de animales, cantidad de alimento, reservas de agua y aire limitadas, de frágil equilibrio y fácilmente agotables. La parte biótica está compuesta por los animales, las plantas y los microbios. La base abiótica lo está por la materia orgánica y subproductos de la actividad orgánica y de los procesos de descomposición, más elementos inorgánicos, como el agua, el anhídrido carbónico, el oxígeno, los carbonatos, los fosfatos y, finalmente, una serie de factores físicos, tales como, la radiación solar, la temperatura, la humedad, los vientos Los diferentes elementos --tanto bióticos como abióticos-- de la biosfera están en un proceso permanente de interacciones mutuas. Así, lo que se conoce como ambiente natural es un complejo de sistemas interactuantes físicos, químicos y biológicos, que se acostumbra denominar sistema ecológico o ecosistema. Los ecosistemas permiten la sobrevivencia biológica del ser humano, proporcionándole además los recursos esenciales para sus actividades económicas y productivas. El proceso económico es, en gran medida, la actividad orientada a transformar los recursos del sistema natural de forma que se puedan utilizar por la sociedad para la satisfacción de sus necesidades. Con el desarrollo de la humanidad, y sobre todo con el crecimiento económico acelerado, la generación de bienes y servicios a partir de la naturaleza tiende a aumentar. El sistema natural no es algo estático e inmutable. Tiene una dinámica que hace posible recuperar los elementos que son extraídos por el hombre en su actividad productiva, y al mismo tiempo garantiza la preservación de las condiciones mencionadas. Dicha dinámica descansa en algunos procesos básicos que son:
La fuerza motriz, tanto para los procesos biológicos como físico-químicos proviene de una sola fuente: el sol. Es la energía radiante en forma de luz solar la que --transformada en energía química a través de la fotosíntesis-- inicia todo el proceso ecológico. La energía química es a su vez convertida en energía mecánica y térmica mediante el metabolismo celular. La energía solar --fijada mediante el proceso de fotosíntesis y retenida brevemente en la biosfera antes de ser irradiada de nuevo al espacio en forma de calor-- es una parte pequeñísima de la cantidad total que llega a la tierra, no alcanzando más que 0.09% del total recibido. La expresión «pérdida de energía» ha sido utilizada para señalar el hecho de que una cierta cantidad de la misma no se utiliza. En realidad y de acuerdo con la primera ley de la termodinámica, la energía no se pierde, no se destruye, sino que es transformada en cada nivel trófico, degradándose a una forma no utilizable de calor. Si no existiera una fuente externa de energía, el sistema se movería hacia la desorganización total, es decir, hacia una situación de entropía máxima, de acuerdo con el segundo principio de la termodinámica. El suministro continuo de energía, que emana del sol, permite mantener cierto equilibrio dinámico y la sobrevivencia del sistema. La unidireccionalidad del flujo energético significa que la energía captada por los autótrofos no vuelve al sol ni aquella de los heterótrofos vuelve a los autótrofos; es decir, la energía que pasa por cada nivel trófico no puede ser reutilizada por los niveles anteriores. Por consiguiente, la sobrevivencia del sistema está supeditada a la existencia de esta fuente constante de energía, cuya pérdida provocaría el colapso definitivo del sistema natural y del sistema social que en él se sustenta. Sin embargo, la energía por sí sola no es suficiente para la vida, que además necesita una serie de otros elementos imprescindibles a la dinámica de todos los procesos vitales. Estos elementos se utilizan en los diferentes procesos biogeofísicos, pero son parte de un sistema perfectamente delimitado; a diferencia de la energía, no provienen de un sistema externo, y son objeto de transformaciones que pueden ser reversibles o irreversibles. El flujo energético se complementa así con un ciclo biogeoquímico que, utilizando parte de la energía solar recibida, permite la recuperación y circulación de los elementos esenciales a la vida, dentro de un ciclo ecológico de nutrientes. Kormondy señala tres ciclos principales: el primero es el hidrológico, que es básicamente un ciclo de compuestos, y los otros dos son ciclos de elementos biogeoquímicos de nutrientes gaseosos y sedimentarios. La velocidad de estos ciclos es variable, dependiendo de múltiples factores, entre ellos, en forma cada vez más importante, la actividad humana, que altera su funcionamiento normal. El agua es el compuesto inorgánico y el elemento más abundante en la naturaleza, también es el medio en que se desarrollan todos los procesos biológicos. Los ecosistemas permiten la circulación del agua a través de la materia viva, incorporando cierta cantidad en la síntesis protoplasmática y devolviendo, a través de la transpiración, otra parte a la atmósfera. Básicamente, el ciclo del agua consiste en el intercambio que se efectúa entre la tierra y la atmósfera por medio de evaporación y precipitación y el paso a través de la materia viva. El volumen total de agua representa una parte relevante de la tierra, estimándose en 1,500 millones de kilómetros cúbicos, de los cuales entre 95% y 97% está en forma líquida y salada en los mares, que cubren 70% de la superficie terráquea. Del resto, aproximadamente cuatro quintos, están en forma sólida en los casquetes polares y glaciares, queda solamente 1%, aproximadamente, para uso humano. De este porcentaje, 98% es agua subterránea y sólo 2% es agua superficial. De los ciclos bioquímicos, el más importante es el del carbono, que comienza con la fijación del anhídrido carbónico de la reserva atmosférica, mediante la fotosíntesis. En este proceso, el anhídrido carbónico y el agua reaccionan para formar carbohidratos, liberando oxígeno. Parte del carbono se consume directamente para proporcionar energía a la planta, y el anhídrido carbónico así formado se libera a través de las hojas y raíces. Aquella parte fijada por las plantas es consumida por los niveles tróficos superiores, que respirando vuelven a liberar anhídrido carbónico; finalmente, el carbono fijado en los tejidos --mediante el proceso de descomposición llevado a cabo por los microorganismos del suelo-- se oxida y regresa a la atmósfera. Las necesidades energéticas de formas superiores de vida se logran por un metabolismo de tipo oxidativo que encuentra en el oxígeno su elemento fundamental. El proceso se llama respiración y consiste en la descomposición, en presencia de oxígeno, de los combustibles que se han formado en el proceso de fotosíntesis. El oxígeno es componente básico de la materia viva, representa un cuarto de sus átomos y se genera en el proceso de fotosíntesis, recirculándose una vez cada 2 000 años al ritmo actual. Nuevamente es la actividad humana la que ha alterado este proceso vital, pues ha reducido las cantidades de oxígeno, aumentando las de anhídrido carbónico al quemar combustibles fósiles y reducir las áreas verdes, procesos que a su vez se ven favorecidos por otras actividades del hombre.11 El nitrógeno representa 79% de la atmósfera. Sin embargo, el que utiliza directamente los elementos vivos corresponde básicamente al nitrógeno fijado en compuestos inorgánicos --el amoníaco, los nitritos y los nitratos-- o en compuestos orgánicos, como la urea, las proteínas y los ácidos nucleicos. El ciclo del nitrógeno requiere la fijación inorgánica y, acto seguido, la fijación biológica, que consiste, en términos simples, en la combinación con hidrógeno u oxígeno, lo que permite su asimilación por las plantas que posteriormente sirven de alimento a los animales. Lo anterior caracteriza al sistema natural, no como un agregado de elementos, sino como un sistema de organismos interactuantes, de factores y niveles organizativos que van más allá de los de la comunidad biótica. El ecosistema incluye la transformación, circulación y acumulación de energía y materia mediante el funcionamiento de los organismos vivientes y sus actividades. La necesidad de considerar el entorno con el cual cada ecosistema específico está conectado ha dado origen a la discusión del medio ambiente, que no debe considerarse exclusivamente en sus dimensiones naturales. Las alteraciones en los sistemas naturales, tal como se ha señalado, se originan en forma creciente por la acción de la actividad social. Sistema Cultural. La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Por eso, se asegura que la cultura es un sistema abierto, porque esta sujeta a cambios, influencias, transformaciones, evolución e involución. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología. La Unesco, en 1982, declaró: … que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden. Aunque muchas de las concepciones sobre cultura en el lenguaje común tienen su origen en el debate de las ciencias sociales, o bien, existieron primero en el habla cotidiana y luego fueron retomadas por las segundas, aquí se presenta un repaso sobre la construcción histórica del concepto de cultura en las disciplinas sociales. Clasificación En forma más detallista la cultura se clasifica, de acuerdo a sus definiciones, de la siguiente manera:
La cultura puede también ser clasificada del siguiente modo: Según su extensión
Según su desarrollo
Según su carácter dominante
Según su dirección
Elementos de la cultura La cultura forma todo lo que implica transformación y seguir un modelo de vida. Se dividen en:
Dentro de toda cultura hay dos elementos a tener en cuenta:
Los cambios culturales: son los cambios a lo largo del tiempo de todos o algunos de los elementos culturales de una sociedad (o una parte de la misma).
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