descargar 44.36 Kb.
|
El comienzo ofi cial de esta historia se sitúa en 1969, cuando la policía de Nueva York entra en un bar de homosexuales llamado Stonewall, y, según las crónicas, realiza una redada contra este colectivo, resultando contusionados algunos de sus clientes. En respuesta a este preciso hecho represivo es cómo, según las crónicas ofi ciales gays, se desencadena el movimiento de defensa de los derechos de los homosexuales que en apenas 40 años conseguirá lo nunca visto a lo largo de la Historia de la Humanidad: instaurar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aunque aparezca hasta en la Wikipedia, la historia ha enterrado un dato fundamental para entender ese singular momento: el bar Stonewall era propiedad de la Mafi a, concretamente, de la familia Genovese, y en él se mezclaban rateros, transexuales, trafi cantes y prostitutos: lo que en el argot de la época se conocía como el “lumpen”. Ese suceso represivo constituirá el pistoletazo de salida del “movimiento gay”, capitaneado en ese momento por famosos como los poetas beatnik Allen Ginsberg y William Burroughs, que se situarán, al lado del movimiento feminista y el de los derechos de los negros, como los “abanderados” en la nueva causa de la defensa de las “minorías”… incluidos los pedófi los. Unos pocos años después, concretamente en 1977, el propio Allen Ginsberg fundaría la asociación Man Loves Boy” (“Hombre ama a chico”) que defi ende legalizar la pederastia. Simultáneamente, y como un residuo del movimiento hippie cuya última derivación en su escalada hacia la “liberación sexual” fue la homosexualidad, la costa californiana, y en particular, la ciudad de San Francisco, comienza a atraer a maricas de todo Estados Unidos hasta historia oculta del movimiento gay. que se forme la primera comunidad (el primer barrio) abiertamente homosexual del mundo. Muchas coincidencias se dan en este año en el que el verano del Amor hippie de 1968 muere a base de la introducción por parte de la CIA de generosas dosis de droga adulterada (Programa Cointelpro) y, simultáneamente, emerge un movimiento urbano (en contraposición al naturalista movimiento hippie) que reivindica alterar el orden natural defendiendo que el hombre y la mujer deben ir cada uno por su lado. Sin duda, una reacción de rechazo a la moral dominante por parte de una generación que vio cómo asesinaban a John Fitzgerald Kennedy y le embarcaban en una guerra aparentemente sin sentido: la de Vietnam. Que San Francisco sea el foco desde dónde (aparte de Nueva York) se extienda la homosexualidad alberga otra gran casualidad. A unos pocos kilómetros de la urbe californiana, concretamente en el Soto de Bohemia donde crecen las sequoyas más longevas del mundo, cada verano desde hace por lo menos un siglo se reúnen jerifaltes de la “El escritor Allen Ginsberg, en el centro, inspirador del movimiento gay y de la despenalización de la pederastia. historia oculta del movimiento gay. banca, los negocios, la política y el espectáculo. Delante de una hoguera y una efi gie con forma de búho del Dios babilónico Moloch, se celebran una serie de ceremonias en las que según participantes como el ex presidente Richard Nixon, los invitados, todos del sexo masculino, se enzarzan en prácticas homosexuales. Una información que ha sido corroborada por diferentes testigos, el más importante de los cuales es el citado presidente. En un vídeo que se puede consultar en Youtube, el ex presidente Nixon -que acudió a una de esas celebraciones en las que aparecen los Rockefeller, Kissinger, Bush y estrellas como Charles Chaplin, John Wayne o Clint Eastwood- se refi ere a los allí presentes con la palabra “faggy” (maricas), aludiendo a lo que allí se cocía y, por cierto, según ha revelado la biografía “Los secretos más oscuros de Nixon”, el presidente acabó teniendo una relación con el banquero y mafi oso Charles Bebe Rebozo. [Ver vídeo por Internet, entrando en Youtube y escribiendo “Nixon, faggy, Bohemian Grove”]. Es allí, precisamente, en San Francisco, donde nace la primera comunidad pro- BOHEMIAN GROVE. “El Soto de Bohemia alberga cada comienzo de verano una reunión satánica de la élite en la que se practica generalizadamente la homosexualidad”] historia oculta del movimiento gay. piamente homosexual del mundo, nombrada con el adjetivo “gay”, una palabra que en inglés arcaico signifi ca “alegre” pero también, de modo coloquial, “disoluto”. Curiosamente, el día del Orgullo Gay que desde entonces se realizará como reivindicación de la homosexualidad, quedará fi jado a fi nales del mes de junio, coincidiendo con esta reunión de la élite homosexual del Soto de Bohemia… y con la festividad de María Magdalena (pareja ofi ciosa de Cristo). Como también es curioso conocer que las propias crónicas gays hagan alusión a que los primeros homosexuales que se asentaron en Nueva York después de la Primera Guerra Mundial en los barrios de Harlem y el Greenwich Village eran, en su mayoría, militares, que comenzaron a vestirse con la apariencia del sexo opuesto tras volver del frente. ¿Serían víctimas de un trauma tras conocer los horrores de la guerra? Un aspecto más, simbólico éste, nos da las claves del origen del movimiento gay, en un principio ligado al triángulo rosa que, según la leyenda popular, los nazis colocaban a los homosexuales, en virtud de la persecución a un “colectivo” muy relacionado, como veremos, con el romanticismo. Si el movimiento hippie caería en el ostracismo a partir de ese momento, viviendo en la marginalidad y completamente al margen de los medios de comunicación, el movimiento gay se apoderaría de la bandera arcoiris, símbolo ancestral de la vuelta a la naturaleza conectada con la espiritualidad indígena, y acabaría enarbolándola, dejando de lado el tradicional, hasta ese momento, color rosa. Contrariamente al movimiento hippie, desde un principio las celebraciones del naciente lobby a favor de la homosexualidad, contarán con el apoyo de los medios de comunicación. Primero, envuelto en un aire contracultural y, a partir de los años noventa, apoyado sin ningún tipo de ambages por la prensa, la radio y la televisión en manos del poder fi nanciero y económico que gobierna el Planeta en la sombra. Siempre, y en todo momento, vendrá envuelto en un halo de modernidad y de progresismo, pero al mismo tiempo, asociado a un supuesto pasado historia oculta del movimiento gay. glorioso, en forma de las míticas culturas griegas de Atenas, la isla de Lesbos y las Amazonas, entre otras leyendas e historias que formarán la base del revisionismo histórico homosexual. En medio de ese supuesto mundo contracultural, al margen supuestamente, por tanto, de la ofi cialidad, el movimiento gay se extendería en un primer momento principalmente por Nueva York, muy ligado al consumo de drogas y a los ámbitos del rock, de la mano de iconos como Andy Warhol o David Bowie dentro del movimiento glam, y enarbolando a travestis, yonquis y prostitutos masculinos como fuente de inspiración. Las canciones Walk on the wide side, de Lou Reed con la Velvet Underground o Lola de Th e Kinks son inmejorables exponentes de la reivindicación de la androginia como una transgresión frente a la moral dominante, sin duda uno de los puntales del ideario roquero. El movimiento “glam-rock” procede de la voz francesa “glamour”, cuyo signifi cado alude a “lo sofi sticado” y a la Moda, y será santo y seña del movimiento gay a partir de ese momento, en contraposición al abu- Lou Reed basó el principio de su carrera enarbolando la bandera del transformismo. historia oculta del movimiento gay. rrido y anticuado mundo de las relaciones entre hombre y mujer; como veremos el mundo del diseño y la ropa será uno de los focos de generación de imágenes para la creación del arquetipo homosexual. Esta corriente glam llenará el rock de los años setenta y ochenta del gusto por el transformismo y el equívoco intergenérico en el que fi guras como Elton John o Fredy Mercury, de Queen [aunque acaba de aparecer unos diarios suyos en los que se habla de que tuvo novia] se volverán abiertamente homosexuales, llegando el primero, incluso, a casarse con otro hombre. Como curiosidad, la moda de la vestimenta andrógina propia del movimiento glam procede del mundo extraterrestre, cuya manera de vestir intentan imitar cantantes como David Bowie en la creencia de que estos seres han superado la dualidad del sexo. Sin duda, el movimiento en pro de la homosexualidad nace desde un principio como una prolongación perversa del movimiento hippie: su lucha por reprimirse de los corsés sexuales impuestos por la rígida moral conservadora, llevará a algunos hippies a saltarse cualquier norma moral y, por poner un ejemplo, el líder del grupo Th e Mamas & Th e Papas, John Philips, mantendrá una relación sexual incestuosa con su hija durante más de una década. El gran consumo de drogas entre los hippies, que por entonces derivó hacia la heroína, tendrá mucho que ver, sin duda, en este salto “al lado oscuro”. La infl uencia del consumo de drogas en la extensión de la homosexualidad es un dato que no se puede obviar de ninguna manera y puede datarse mucho más atrás, en personajes como los poetas franceses Rimbaud y Verlaine, enamorados de la absenta y el opio a fi nales del siglo XIX en París, el primero de los cuales renegaría de esa época disoluta tras pasar un tiempo como trafi cante de armas en Africa. Cronológicamente, son coetáneos (fi nales de los sesenta, principios de los setenta) y, por poner sólo un ejemplo, la extensión de las drogas popper y heroína en el Nueva York de principios de los ochenta marcó el comienzo de la famosa enfermedad asociada a la bajada de las defensas (conocida como sida) y que afectó sobre todo, en un principio, a la comunidad homosexual, gran consumidora de drogas depresoras historia oculta del movimiento gay. del sistema inmune. El ambiente warholiano de Nueva York era una continuación del que había comenzado la generación beatnik décadas atrás, en el que luminarias como los citados Allen Ginsberg y William Burroughs habían materializado su búsqueda existencial en el consumo de cocaína y opio en forma de morfi na, que les llevará a la práctica de la homosexualidad. El binomio heroína-homosexualidad se hará algo habitual en los años setenta en Nueva York y la mejor prueba de que es un modelo empírico es que se repetirá en toda metrópoli en la que se mire: Londres, Ámsterdam o Madrid… La película La ley del deseo, de Pedro Almodóvar retrata a la perfección este ambiente que fusiona drogas y homosexualidad… con prostitución masculina. Canciones como Heroin, de Lou Reed o Brown Sugar, de los Rolling Stones, contribuirán a extender su consumo entre una generación de jóvenes occidentales. Muchos de ellos, se acercarán al mundo de la homosexualidad de la mano de la sensualidad propiciada por el consumo desaforado de opio, como previamente hicieron sus ídolos, el citado Reed, que vivió con un travesti, o Mick Jagger, del que la mujer de David Bowie comenta que encontró en la cama junto a su David Bowie en la época del Glam, precursor de la moda transformista] historia oculta del movimiento gay. marido, desnudos. (Posteriormente, cuando le amenazó con poner una demanda, lo negó). Donde quiera que se vea un barrio marcadamente gay se encontrará un lugar con un altísimo porcentaje de consumo de drogas, particularmente de diseño. El barrio madrileño de Chueca en los años noventa es un buen ejemplo pero el fenómeno se repite en Ámsterdam con el barrio rojo y otros similares en todo el mundo. Hoy día no cabe duda de que algunas drogas, particularmente el éxtasis, fueron concebidas en los laboratorios secretos de los gobiernos para controlar las ansias revolucionarias de la juventud, entre otras formas, estimulando a practicar el sexo… Su fundamento es que mueven a la desinhibición de los preceptos morales, en muchas ocasiones haciendo perder el sentido del Ser y moviendo a la sexualidad... con quien sea. Cualquier investigación acerca de quién ha creado esas drogas de diseño nos lleva indefectiblemente a los servicios secretos sionistas (CIA, Mossad, MI5-MI6) dentro de los programas de infi ltración en la disidencia conocidos como Cointelpro, que se pusieron en marcha durante los años 60 para desactivar a la reseñada generación pacifi sta y revolucionaria. El abastecimiento de LSD por parte de la CIA en los primeros grandes conciertos del movimiento hippie, como el de Monterrey, a través de agentes infi ltrados como el mencionado John Philips de Th e Mamas & Th e Papas está hoy fuera de toda duda, entre otras cosas porque los propios agentes lo han confesado así. Un caso que se repite con la posterior y salvaje entrada de heroína en todo el mundo occidental, que no se puede entender sin estudiar el verdadero sentido de la guerra de Vietnam: hacerse con las plantaciones de esta droga y extender su uso por el mundo. Estudiando el modo de funcionamiento del cerebro y cómo afectan las sustancias químicas a la identidad sexual y su orientación, comprenderemos a la perfección que quienes nos inundan de tóxicos por diferentes vías son los verdaderos responsables de este proyecto de homosexualización, es decir, “reprogramación de la sexualidad humana”. |