La voz de amhaj




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LA VOZ DE AMHAJ

TRIGUEIRINHO

INDICE
1. Hilos de luz

2. Claves del Futuro

3. Centellas del Despertar

4. Amanecer

5. El llamado - I

6. El llamado - II

7. El llamado   III

Esperaba este momento para contactarnos. La humanidad retarda fácilmente sus pasos, olvidándose de su destino superior. Mas ha llegado la hora. Mi voz debe resonar y reunir a los que pertenecen a este rayo. Os pido que comprendáis estas palabras con el corazón. No las reduzcáis a esquemas mentales primarios, armados en torno a la relación Maestro y discípulo. Me refiero a hechos interiores.

Mi rayo cruza los cielos de este planeta y convoca a los seres para el servicio supremo. Los escogidos ven su Luz. Los que duermen- y que deben despertar- lo harán por el rugido del trueno.

1. Hilos de Luz
La fortaleza del espíritu no se basa en leyes terrestres, sino en leyes cósmicas. Por ello es necesaria la ascensión. Esta se fun­damenta en la renovación de las corrien­tes energéticas y por eso el espíritu se deja absorber por la sustancia del fuego. Del Gran Imán emanan, impetuosamente, nue­vas corrientes. El corazón del discípulo res­ponde al Llamado.
1. Estáis en el umbral de una nueva raza 1. Mi tesoro os será revelado.

2. Muchos miembros de esta humanidad fueron infor­mados acerca de las razas pasadas, mas poco aprendieron de sus errores. Prosiguieron en busca de elogios, de recom­pensas y de autosatisfacción. Un muro de piedra habría res­pondido al llamado con mayor presteza. La indolente masa humana, que reniega de la luz y se complace con la materia en descomposición, precisa de ayuda pero la rechaza, per­diendo así bellas posibilidades. Mas el Tiempo regenera al tiempo. Hay quienes escuchan.

3. No hay un instante que perder. Los hombres buenos oyen el llamado, lo encuentran bonito, se emocionan; y reú­nen a los amigos para comentarlo. Dan mayor importancia a los encuentros sociales que a la salvación de un planeta a punto de explotar. Pero la fortaleza de Mi escudo será cono­cida por los que aspiran a lo Alto. El poder de Mi Rayo 2 será develado a los que persisten. El fulgor de Mi fuego resplan­decerá en los que se vuelven hacia él.

4. Os debo hablar en clave. Sabréis comprender el ver­dadero sentido de cada palabra cuando las depositéis en el corazón. El corazón debe ser cultivado como la Simiente del Tiempo. Él sintetiza lo que está arriba y lo que está abajo, y emite el sonido. El sonido despierta al fuego. Reconoced la diferencia entre una brasa y la llama ardiente, y amad la uni­ficación. Los que acogieron la simiente del futuro ya no tra­bajan con el tesoro adormecido, sino que desde lo Alto reci­ben su propio destino. Por eso, echad fuera lo que pasó.

5. Lo que está en lo Alto despierta y atrae a lo que está abajo. Lo que está abajo se abre y responde a lo que está en lo Alto. El punto intermedio vibra: es necesario ardor; es ne­cesario amar únicamente a la ley. La síntesis sublime se apro­xima a la consumación. Trasladará al elegido hacia más allá del reino de la muerte.

6. El Fuego de Amhaj está a punto de irrumpir. Solamen­te soportarán su potencia los que se hayan unificado a él. Es necesario disipar la codicia humana, que transformó en ce­nizas aquello que debería arder.

7. Muchos buscan la meditación con el fin de relajarse. Quieren el fuego de los cielos para sus hogares domésticos. Además, la palabra meditación ya no es actual. El espíritu debe estar integrado en la vida, y toda la vida debe ser su expresión. Ajustad las agujas de vuestros relojes. Cambió el ciclo.

8. Un espíritu puede residir en más de una morada. En realidad, eso hacen los Grandes. Sin descender de las altu­ras, se hacen presentes en innumerables moradas. Pero, por lo general, los vecinos no los reconocen, lo cual muchas ve­ces es una ayuda. En silencio, los Grandes siembran el Bien.

9. El espíritu rejuvenece en la ascensión. Así, retorna al origen. Sabed, sin ardor no podéis proseguir.

10. El poder emana de la sabiduría. El poder emana del amor. El poder es el guardián del futuro. En esta senda no bastan las promesas, es necesario avanzar.

11. El sendero ascendente es el camino del medio. El sen­dero ascendente es tejido con la aspiración. El sendero ascendente acoge lo inexpugnable. El sendero ascendente res­plandece. El sendero ascendente convoca a los elegidos. El sendero ascendente redime el pasado.

12. El espíritu que despertó a la luz ya no puede retroce­der. La oscuridad material ya no lo atrae, y solo en las esferas superiores encuentra aliento. Pero descubrirá que tejió fuer­tes lazos con la materia, que tendrá que deshacerlos, y que la ilusión todavía impregna sus trajes. Hay quienes cortan esos lazos y alzan vuelo, penetrando esferas superiores; hay quienes, temerosos, aguardan que lo pútrido que reina en el mun­do de las formas descomponga también sus amarras. Yo in­dico la primera vía, directa, de acceso al Reino. A ella están destinados los que aman verdaderamente.

13. El poder de este Rayo es todavía desconocido para la mayoría de los hombres. En el pasado, muchos pueblos creían que en el interior de los volcanes habitaba un dios po­deroso. En esa creencia estaban más próximos a la realidad que la ciencia actual.

14. En este universo, para alcanzar la liberación, el espíritu puede recorrer un camino rectilíneo o embreñarse en vías tortuosas. En ninguno de los casos estará exento del dolor. En el primero, sufrirá el dolor del mundo, y lo aliviará. En el segun­do, sentirá el dolor de no haber respondido satisfactoriamen­te, y sufrirá por sí mismo. La conmensurabilidad correcta de­be formar parte de los que despiertan. Por lo tanto, no os atéis a lo que debe morir.

15. La gracia concedida a los guerreros 3 los conduce a la superación de límites. Los guerreros saben el valor de la conquista, y por eso penetran la esencia del amor.

16. No os dejéis engañar por palabras, ni por conceptos que sobre ellas tejisteis. El espíritu guerrero no va a la lucha porque aprecia el combate, sino porque la justicia es el filo de su espada.

17. La mezquindad llevó al hombre a aplicar el concep­to de conquista en la vida material. Tomado por el deseo de posesión, buscó dominar a sus semejantes, y se desvió del verdadero camino.

18. No existe seguridad externa. Aun así, los hombres insis­ten en buscarla. No reconocieron que la vida prosigue en ininterrumpida transformación, y que la sucesión de imáge­nes presentadas por los sentidos es solo un diminuto ángulo de una realidad mayor, que trasciende el mundo mental y toca lo supracorpóreo. La tortuga puede sentirse segura transportando consigo su casa, pero no sabe volar.

19. La Vida habita la forma, mas la trasciende. La forma es fruto del movimiento de la Vida, y tiende a la cristalización. El discípulo de la ley no debe confundirse con la exterioridad de los hechos.

20. Dominar y trascender el atavismo que impregna sus cuerpos es una tarea del discípulo. No es simple vivir en un pozo oscuro sin tocar el lodo. Sin embargo, esto es lo que él debe hacer, y lo conseguirá en el momento en que aprenda que es en el aire, y no en el suelo, donde debe dar sus pasos.

21. Muchas personas se divierten con la Enseñanza, no reconocen la profundidad de lo que les está siendo trasmiti­do. Otros piensan que, por haber leído un libro inspirado, ya no necesitan transformarse. Ostentan palabras espiritualiza­das, ¡y hasta cambian el modo de vestir! Se asemejan más a un sepulcro blanqueado. La transfiguración no ocurre desde fuera hacia dentro. Su base debe ser forjada por el discípulo, no con superficialidades, sino con transformaciones verda­deras.

22. El discípulo ama la trascendencia, pero no se expone al peligro. Sabe que debe velar por el cáliz que le fue entre­gado.

23. La mezquindad insertó raíces profundas en la con­ciencia humana; es necesario sanar ese mal. Desde el inicio de los tiempos, este planeta abrigó entes oscuros, mas de ese modo preservó a otras regiones del cosmos del asedio de esas fuerzas. Por eso, él será redimido. Por eso, ha llegado el Tiempo de Samana 4. Por eso, le será revelado el poder de la Espada de Amhaj.

24. El brillo de las estrellas puede ser ocultado por nubes, pero no por eso deja de existir. El discípulo debe aprender a conectarse con esos mundos de pura luz, independientemen­te de las condiciones atmosféricas. En realidad, debe apren­der a estar en esos mundos, a vivir en ellos mientras cumple sus tareas en la Tierra. Eso es posible. Eso se consigue por medio de la aspiración ardiente.

25. El conocimiento de los vasos comunicantes, que trajo tantos beneficios prácticos a la humanidad terrestre, tam­bién debería ser aplicado a otros niveles de la existencia. En el cosmos, todo está interconectado; no obstante, el meca­nismo de esta interconexión se transforma en cada nivel. El discípulo sabe que las manifestaciones de la vida son relati­vas a ámbitos determinados, y así actúa con la correcta con­mensurabilidad.

26. Amad la Verdad. El poder debe nacer en vuestra esencia e impregnar vuestra labor. El poder de persistir. El poder de amar. El poder de ser justo. El poder de manifestar la luz.

27. Mi Rayo os conduce a la transfiguración. Mi Rayo os conduce a la superación de fronteras. Mi Rayo os conduce a la esencia. Rompe, mas no hiere; destruye, y así abre ca­minos. Estamos forjando el molde del nuevo hombre. Esta­mos consolidando las bases de una nueva civilización. Es ne­cesario exterminar el mal por la raíz. Es necesario acoger, plenamente, la luz que se aproxima a la Tierra.

28. Yo os traigo el impulso de la nueva ley. El discípulo percibe, en su interior, que hasta las esferas sublimes están tensionadas. Toda la galaxia pasa por una profunda transi­ción. A esa tensión yo la llamo Preparación para el Encuen­tro, pues ella atrae las combinaciones más bellas.

29. La capacidad de renacer forma parte de este Rayo. Pero solo en las etapas iniciales del camino. El discípulo per­cibirá que más allá de los sucesivos ciclos de nacimiento y muerte habita la. trascendencia continua, y hacia esta sen­da se dirige. Mi Rayo lo acompañará, y por eso es llamado El Que Vela por el Futuro.

30. El discípulo reconoce que su verdadera existencia transcurre en el cosmos, y así la materialidad de los cuerpos no es obstáculo para el vuelo de su conciencia. Sin embar­go, él también sabe que la materia debe ser pulida, y por eso trabaja con los fuegos superiores, haciendo que en ella pueda emerger la translucidez. La redención está basada en esa cualidad intrínseca de la materia, cualidad que le per­mite revelar su pureza esencial. Por eso el discípulo es llama­do el que revela la Belleza. Él ya aprendió a hacer esto, pues atravesó los primeros velos.

31. La belleza contenida en la incandescencia de un metal es poca, si se la compara con la de la armadura lla­meante del espíritu que despertó a la luz. Con su vibración ígnea, el espíritu despierto regenera la forma, y de este mo­do la hace disolverse en la esencia que la generó. La fortale­za del espíritu está fundada en el poder de las esferas subli­mes, que echan raíces en la fuente cósmica de amor. Por la gracia, el discípulo es elevado por el Maestro, y así puede bañarse en la Fuente. Por la gracia, el discípulo es conduci­do al Gran Espejo 5, y allí le son develados misterios de la Creación. Por la gracia, el discípulo trasciende límites y así acoge con gratitud aquello que desde lo Alto le es dado cumplir.

32. Muchos hombres recorren el desierto, pero no todos logran llegar a destino. Tal empresa exige determinación, firmeza, sobriedad y fe. Todos los que se internan en la senda de la luz tendrán que cruzar esa región de la conciencia, y aprender lecciones a través de sus misterios. No se puede avanzar sin transponer fronteras. Por eso Mi Rayo os trae el poder de transformar, liberar y trascender. Por eso Mi Rayo emerge, rompiendo ataduras.

33. Magnífico poder impregna la conciencia y la hace despertar. Magnífico poder penetra la materia y rompe sus velos. Magnífico poder eleva al ser y lo transmuta en luz. Sí, la libertad del espíritu pulsa en lo íntimo del ser.

34. La ascesis del espíritu está compuesta de fases deter­minadas, en las cuales él desarrolla matices específicos de la evolución. No se puede prescindir de esas fases, pero es­tas pueden ser quemadas de una sola vez. En estos tiempos, los rayos 6 emanados de diversas esferas se funden en un único rayo, fortaleciéndose unos a otros. Así como las estrellas alcanzan el máximo brillo antes de ser absorbidas rápidamen­te en su centro, el Poder llameante resurge, e imprime en la esfera material el signo de la nueva raza. Es tiempo de glori­ficar al Supremo no con promesas, sino con la rendición del ser. En Mi Manto tenéis vuestra protección.

35. Yo proclamo el advenimiento del nuevo hombre. Yo proclamo el advenimiento de la nueva raza. Yo proclamo el advenimiento de la nueva civilización. El poder del cosmos penetra la esfera terrestre. Con ese poder construimos las bases del futuro. No echéis en el lodo estas palabras, con­fundiéndolas con las barbaries perpetradas por vuestra civilización. Ese poder no es el de la dominación, acto de fuerzas macabras, sino el poder del Bien. Por eso Yo afirmo la victo­ria de la luz.

36. El héroe sublimó su existencia mediante la actuación del fuego. La aspiración ardiente abre puertas hacia el futu­ro, y por eso está ligada a este Rayo. No puede haber ascen­sión si la aspiración no está actuando, conduciendo al ser hacia realizaciones más amplias. Los tenebrosos caminan en la oscuridad. El discípulo de la ley penetra en la Gran luz.

37. Muchos se preguntan por qué repetimos tantas veces una instrucción. No perciben que en la Enseñanza no hay repeticiones. Generalmente es necesario tocar la misma nota, pero el oído afinado percibirá, cada vez, nuevos armónicos, y se regocijará ante la belleza del cosmos. La Belleza se ocul­ta en la simplicidad; la senda ardiente, en el cumplimiento de la ley. Así, aquellos que se cansan con las aparentes repeticiones no están maduros, y todavía no pusieron en prác­tica las primeras lecciones.

38. ¡Cuántos ya fueron visitados por Nuestros Agentes, pero ni siquiera los escucharon! Prefirieron el olor terrestre al sutil aroma de los jazmines celestiales. Valorizad las oportuni­dades que os están siendo ofrecidas. Aun antes que anochez­ca tendréis al Mensajero a vuestra puerta.

39. Las claves para la comprensión de la Enseñanza se encuentran en el perfeccionamiento del carácter y en la en­trega del ser. Para penetrar sus misterios no es necesario el intelecto, sino pureza y fe. Los intelectuales se alimentan de las cenizas del pasado. Los puros comparten la sabiduría de las esferas celestiales.

40. Un pez no puede volar, pero puede penetrar en aguas cada vez más profundas. A cada ser le corresponde un ámbito y también un modo de trascenderlo. Pero la mayoría de los hombres permanece caminando lentamente según el pulso de la evolución material. No obstante, también están los que avanzan con firmeza y rompen fronteras  estos pue­den conocer el poder de Mi Rayo. La magnificencia de ese Rayo no se muestra a los tibios, sino a los que sin temor em­puñan la Espada de la ley  son los elegidos, pues supieron encontrar en lo invisible el portal de la ascensión.

41. Hay discípulos que actúan en el ámbito planetario. Otros están aprendiendo a tocar la esfera solar. Sin embar­go, la mayoría lleva adelante su camino sirviendo en ámbi­tos grupales. Todos están siendo especialmente estimulados en esta época, y no hay partícula que no haya recibido el toque de Mi Rayo. Las respuestas varían en gran forma: van desde la negación y la tibieza, hasta el sí ardiente. Quienes responden positivamente reciben un nuevo impulso y pueden penetrar en esferas más amplias. En el cosmos, todo transcurre por la ley de la afinidad, y así el misterio de la re­sonancia magnética es comprendido por los que aman de verdad.

42. La mayoría de los discípulos trabaja en los niveles suti­les, pocos efectivamente cumplen tareas en los estratos concretos del mundo material. Esto se debe a que el entrena­miento para que actúen en el plano físico es riguroso, y no siempre sus cuerpos soportan la tensión requerida. Una coyun­tura que, de manera cristalina, pueda apoyar externamente el servicio planetario es rara en esta época, y a esas joyas Nosotros las llevamos cerca del corazón. Están siendo esti­muladas muchas combinaciones, pero sabemos que no to­das las simientes lanzadas podrán germinar.
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