descargar 0.58 Mb.
|
RESUMEN DE HISTORIA Fe de bautismo Estructura social y educación en las Altas Culturas Precolombinas Cuando los españoles llegaron a América se encontraron con una población a la que denominaron “indios” (por la conocida ignorancia acerca de adonde habían llegado). Esta población poseía diversidad étnica, cultural, en términos de organización social y desarrollo. Su distribución en el territorio era despareja y heterogénea, la mayor densidad se encontraba en México, la región andina y las islas caribeñas (nuestro territorio se encuentra en el área de baja densidad poblacional). También era desparejo su grado de desarrollo. Los Mexicas (aztecas) La meseta mexicana fue conquistada por Hernán Cortés, era un “imperio” que sometía a muchos pueblos vecinos, quienes pagaban tributos en forma de provisión de alimentos, hombres para la guerra y sacrificios religiosos. Era como una teocracia1 militar constituida en la clase noble. La religión gobernaba la vida de los aztecas, y sus gobernantes cumplían funciones sacerdotales. El rito religioso se basaba en el sacrificio humano. El dios mayor de los aztecas era el sol, que nace, combate y muere todos los días. Pedro Henríquez Ureña pone en duda el carácter “imperial” de la organización azteca, él la concibe como una “teocracia democrática”. La cultura tan desarrollada y compleja y el sistema religioso-político se basaban en un “sistema educativo”. La enseñanza era estatal y obligatoria con el objetivo principal de formar al ciudadano y también al soldado (desarrollo físico y adaptación a los rigores e incomodidades). El objetivo era el control político y económico y la educación era el medio de construcción de las bases sociales. Existían dos instituciones de distinto nivel: el telpochcalli (de carácter universal o popular a la que asistían los hijos de comerciantes, artesanos y campesinos) y el calmécac (para los hijos de la nobleza –sres. por linaje-). Para Saúl García Blanco la diferencia no era social sino académica: el telpochcalli era de nivel general (enseñanzas primarias) y el calmécac era de un nivel superior. Se ingresaba en los colegios públicos aprox. a partir de los 7 años, recibiendo hasta entonces la enseñanza en el seno de la familia.
El alto grado de desarrollo alcanzado en su organización política militar no puede ocultar el haberse apoyado en una estructura imperial, con la dominación y explotación de pueblos vencidos, que no se beneficiaban con esos desarrollos. Los Incas Poseían un sistema de enseñanza rígidamente organizado y estratificado, que respondía muy satisfactoriamente a los requerimientos y valores de la sociedad incaica. Impusieron un idioma único para todo su imperio porque concebían al lenguaje como un sistema de intercomunicación humana, transmisor de símbolos, percepciones e ideologías. Construyeron escuelas populares, en las que predominaba la enseñanza práctica, y establecimientos de educación superior. El sistema incásico era “segmentado y diferenciador”, esto respondía al carácter estamental y jerarquizado de la sociedad, en la que gobernaba una clase nobiliaria endogámica, descendiente del Sol. La conquista desestructuró el sistema porque desestructuró sociedad y cultura. ¿A qué llamamos desierto? La Argentina precolombina: organización productiva, social y política. Formas de aculturación. ¿Educación sistemática? En el noroeste argentino, los diaguitas eran un pueblo subsidiario del incario, es decir, mantenían cierto grado de autonomía y organización interna propia, pero debían sumisión política y tributación; alcanzaron un alto grado de desarrollo: sedentarismo, poblaciones estables en las mesetas y cimas montañosas, organización urbana, distribución parcelaria de la tierra, organización impositiva, cultivo, cría de ganado, , labranzas, sistema de riego, comercio organizado a través del trueque, artesanías, calendario astrológico, organización militar, etc. ¿Cómo se transmitía todo este haber cultural?
se puede hablar de educación sistemática, pero no de escuela. Esta sistematización se expresa en su intencionalidad (alcanzar un producto social determinado), su orden, continuidad y progresión (desarrollo en etapas), la reproducción de un modelo social y sus funciones y la selección y organización de contenidos (currículum clásico). El método se basaba en la oralidad, la repetición, la memorización, la imitación y la práctica controlada. LOS TUPIES: Durante el siglo XVI y comienzos del XVII ocupaban casi toda la extensión de la costa oriental del continente americano, desde la desembocadura del Amazonas hasta el Río de la Plata. A la llegada de los españoles este pueblo pasaba de ser una tribu cazadora y recolectora, a dar sus primeros pasos en la agricultura. Su lengua y civilización material presentaba una profunda unidad, era una sociedad homogénea. La educación se remitía a tres funciones:
No existía una educación institucionalizada, ya que los conocimientos se transmitían de manera informal o asistemática, pero de todos modos satisfacían las tres funciones básicas de cualquier sistema educativo: transmisión de conocimientos, formación de la personalidad, ajuste a la comunidad, selección y promoción de dirigentes. La educación entre los tupí (Weinberg) Educación que responde al modelo de una sociedad tradicionalista, sagrada y cerrada, en un determinado estadio de desarrollo, para asegurar "la continuidad de la herencia social a través de la estabilización del esquema de equilibrio dinámico del sistema societario". Cuando llegaron los europeos a las playas brasileñas "los pueblos tupí daban los primeros pasos de la revolución agrícola, superando así la condición de tribus cazadoras y recolectoras. Habían logrado transformar muchas especies silvestres en plantas de cultivo. Tenían grandes plantíos que les aseguraban abundancia de alimentos durante todo el año y una gran variedad de materiales para la fabricación de artefactos, condimentos, venenos, pigmentos y estimulantes. Permanecían, sin embargo, dependientes de la naturaleza para la obtención de productos de caza y pesca, también sujetos a una estacionalidad marcada por épocas de abundancia y de privación". Y para precisar su área de dispersión digamos "que durante el siglo XVI y comienzos del XVII ocupaban casi toda la extensión de la costa oriental del continente americano, desde la desembocadura del Amazonas hasta el Río de la Plata". Y aunque divididos en numerosas naciones, en guerra poco menos que permanente entre ellas, "su lengua y civilización material presentaba una profunda unidad". Estamos aquí, pues, frente a una sociedad homogénea, es decir, escasamente segmentada y poco articulada, a diferencia de las complejas que abordaremos más adelante. La educación entre los tupinambá, estaba vertebrada sobre tres puntos capitales. El primero, el valor de la tradición, que con sus contenidos sociales y religiosos contribuía a posibilitar "el conocido mecanismo de resguardar una conducta adecuada y de proteger un comportamiento de eficacia comprobada. En segundo lugar, el valor de la acción, es decir "aprender haciendo", de este modo el adiestramiento de niños y adolescentes quedaba ligado a los deberes y obligaciones del adulto, o dicho con palabras del mismo autor, "ninguno se eximía de la exigencia de convertir la propia acción en modelo para ser imitado". Y por último, el ejemplo, esto es, el "sentido del legado de los antepasados y el contenido práctico de las tradiciones". Había variaciones del proceso educativo en función del sexo y de las edades, sus denominaciones, contenidos y modalidades de adiestramiento a través de las distintas fases. Queda así demostrada la eficacia de la educación por imitación para reproducir las actividades y preferencias paternas o maternas, según el caso, desde el nacimiento hasta culminar con la madurez como jefes, algunos de los cuales podían convertirse en jefes, líderes, y a la vez entre éstos podían surgir shamanes (hechiceros). En suma, los tupinambá "necesitaban hacer su aprendizaje lentamente, participando en forma repetida de las situaciones que incluían cooperación y solidaridad, de la familia pequeña a la grande y a las familias interdependientes del grupo local o de la tribu. De esta manera las condiciones o modalidades del adiestramiento facilitaban tanto la transmisión de las pautas de comportamiento como la formación del carácter. El nivel de organización de dicha sociedad no supone, evidentemente, la existencia de una educación institucionalizada, es decir que los conocimientos se trasmitían de manera informal o asistemática, pero de todos modos satisfacían tres funciones básicas. Una, de ajuste entre las generaciones, verdadero mecanismo de control y de dominación que "permitía a las generaciones maduras y dominantes graduar y dirigir la transmisión de la herencia social, les ofrecía un mecanismo elemental y universal de dominación gerontocrática, de fundamento tradicionalista y carismático (específicamente, xamanístico)". La segunda función básica perceptible en ese proceso "es la preservación y valorización del saber tradicionalista y mágico-religioso, en cuanto a sus formas y a su contenido". La tercera función estaba determinada, por la "adecuación de los dinamismos de la vida psíquica al ritmo de la vida social". En síntesis, a pesar de su carácter asistemático, la educación entre los tupinambá lograba la transmisión de conocimientos, formación de la personalidad, ajuste a la comunidad, selección y promoción de dirigentes (que en este modelo, como queda dicho, eran de índole gerontocrática y shamánica); indudablemente, los medios empleados eran funcionales a su objetivo, puesto que aseguraban su supervivencia y su cohesión interna Hacia el sur del país, en las llanuras pampásicas y patagónicas encontramos una población más escasa y dispersa: pampas, tehuelches, araucanos, con menor grado de desarrollo ya que no desarrollaron sistemas de escritura, aunque sí “pinturas rupestres”, desarrollaron técnicas de supervivencia (alimentación y medicina), militares y políticas, y artesanales. Weinberg, Gregorio La llegada de los europeos al Nuevo Mundo significó, más que una interrupción, una fractura en los procesos de desarrollo que tenían lugar en América. La imposición de sus propios modelos por parte de los conquistadores se realizó violentando los estilos de vida de los aborígenes, quienes, de todos modos, continuaron siendo partícipes de la historia y por siglos constituyeron la abrumadora mayoría de la población. Dicho sea esto sin olvidar tampoco el exterminio al que fueron sometidos por diversos factores; de todas maneras quedaron marginados como protagonistas, desbaratadas sus instituciones, desarticuladas sus formas de organización, perseguidas sus creencias.. Y además, la historia, como siempre ocurre, la hicieron y la escribieron los vencedores. Los aborígenes, a partir de la ocupación de sus tierras y del apoderamiento de sus riquezas por parte de los europeos, pierden toda posibilidad de desarrollar sus propios modelos. Por una parte se les niega autonomía y por la otra tampoco son eficaz y totalmente asimilados. Salvo pequeñas minorías de grupos jerárquicos de las altas culturas, el resto de los indígenas enfrenta el dilema del exterminio o la marginalidad. Tanto los pueblos colonizados (en particular los de las llamadas altas culturas) como los colonizadores estaban, en la segunda mitad del siglo XV, en franco proceso de consolidación apuntando hacia formas superiores de organización política. La educación entre los aztecas (Mexicas) Al llegar los conquistadores europeos al valle mexicano encontraron un Estado todavía no suficientemente amalgamado, aunque en enérgico proceso de consolidación; tratábase de un pueblo nuevo que había logrado imponer su hegemonía. Los mexicas (es decir, los aztecas pueblo originario del norte, que se instaló primero en Tenochtitlan y que al cabo de poco tiempo se adueñó del valle y aun lo trascendió), alcanzaron un alto grado de desarrollo, pues tuvieron conocimientos avanzados en diversas materias, así de cultivos, escritura y calendario, rudimentos de metalurgia al servicio de objetos suntuarios de valor artístico, aunque desconocieron la rueda y el aprovechamiento de la fuerza animal para el transporte de carga. Este pueblo impuso un 'modelo' de dominación. No trataron de aplicar su poder directamente sobre los grupos sometidos a su autoridad sino que los fueron convirtiendo en tributarios, es decir que los vencidos obligadamente aportaban sus contribuciones bajo la forma de alimentos y también de hombres para los sacrificios rituales, aunque conservando casi siempre sus propias autoridades. Pueblo predominantemente guerrero, su vida desde el punto de vista económico fue en cierto modo "parasitaria" pues dependían de los aportes de los sometidos, del comercio y también, por supuesto, de las exacciones y botines que arrancaban durante sus campañas de carácter expansivo, belicoso y punitivo. En aquella sociedad "el hombre nacía para la guerra y la mujer para el hogar. Desde su más tierna infancia comenzaba el proceso que distinguía las actividades y funciones de ambos sexos. Los varones, desde muy niños, ayudaban en sus tareas a los padres (cultivo de la tierra, caza, pesca, etc.) y las mujeres a las madres (hilado, tejido y otras labores domésticas). La educación hogareña era severa –aún en los sectores altos de la sociedad sometían a sus vástagos a los quehaceres más humildes como técnica de formación del carácter y los castigos, duros. Pero más que la educación doméstica, predominante en la gran masa de la población que dependía del núcleo familístico-comunitario, debe interesarnos aquí la escolar, pues ella refleja adecuadamente tanto la estratificación de aquella sociedad, como su 'modelo' y sus valores. De la información disponible puede inferirse, en líneas generales, que existían dos tipos de establecimientos: el calmécac y el telpochcal1i, gobernados ambos por el Estado. La intervención del Estado es manifiesta y efectiva. No puede determinarse con precisión a qué edad ingresaban los niños o adolescentes mexicas a esos colegios, cabe destacar que:
En cuanto a la situación educativa de los pueblos sojuzgados por los aztecas: parece un tanto excesivo atribuir a aquella civilización haber logrado alfabetizar a toda su población se transparenta un esfuerzo intencional por formar, por un lado, una elite dirigente en el calmécac, y por otro, en el telpochcalli, atender a un amplio estrato social cuyo destino quedaba confinado a niveles subalternos de la milicia, la administración y el comercio. De lo expuesto conjeturamos que este sobresaliente desarrollo cultural corresponde sólo a los mexicas, y que no podría afirmarse otro tanto de los restantes pueblos sometidos de la meseta. Pero más que educadores estrictos fueron pensadores cabales, capaces de elaborar una filosofía al abordar las ideas cosmológicas, metafísicas y teológicas De todos modos este 'modelo' educativo estaba vigente durante toda la vida y no limitado sólo a la permanencia en las escuelas, concentraba los conocimientos en grupos minoritarios. El pueblo mexica sufrió la decapitación de casi toda su clase dirigente, que en su gran mayoría murió durante la guerra, como secuela de los enfrentamientos iniciales de la conquista, y además entre los sobrevivientes estaban los renegados que "se pasaron al bando enemigo". Al cabo de poco más de medio siglo casi no quedaban hombres que supiesen dar razones de sus antigüedades y tradiciones La educación entre los incas Carácter francamente minoritario y selectivo de la enseñanza institucionalizada, cuyos propósitos son los de apuntalar objetivos políticos explícitos. Empleo de su lengua (que los conquistadores llamaron quechua) como instrumento imperial de penetración y consolidación de sus instituciones. Los orígenes de los incas son legendarios. De todas maneras su foco de irradiación inicial puede localizarse en el Cuzco, mediado el siglo XIII según la mayoría de los especialistas. Sucesivas conquistas efectuadas a expensas de otros pueblos portadores de elevadas manifestaciones culturales, les permitieron constituir un verdadero imperio que se extendió, en el momento de su máximo esplendor (Siglo XV) desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Argentina y Chile, desde las orillas del mar hasta los bordes de la selva amazónica, abarcando la meseta boliviana. E1 modelo de la sociedad incaica se asentaba sobre una economía agrícola de carácter intensivo, admirablemente organizada en torno a una unidad religiosa y productiva llamada ayllu ("división en todos los pueblos, grandes o chicos... por barrios o por linajes). Cultivaban colectivamente el suelo, que aprovechaban al máximo gracias a sus obras de ingeniería: andenes, acueductos, canales de regadío; que les permitían sembrar vegetales, hasta en las escarpadas laderas de las montañas; las cosechas se distribuían entre el Sol, el Inca y los campesinos. De esta manera los excedentes, que llegaron a ser muy significativos por el desarrollo tecnológico y la selección de las especies cultivadas, posibilitaron una intensa diferenciación social el mantenimiento de ejércitos de magnitud hasta entonces desconocida y con los cuales a su vez conquistaron dilatados territorios, y también acumularon reservas alimenticias para hacer frente a eventuales catástrofes. Fue un imperio fuertemente centralizado, de carácter colectivista capaz de satisfacer las necesidades de toda la población, pero que al mismo tiempo imponía el culto solar, la lengua quechua, la edad del casamiento, disponía el vestido y prohibía los viajes y los cambios de residencia". Organización vertical y firmemente jerarquizada, la parte superior de la estructura social estaba constituida por el clan incaico –familia endogámica y en torno al cual se iban estructurando, en círculos concéntricos, diversos grupos según su relación de parentesco, de todos modos una aristocracia de sangre; luego los curacas ("...a los señores de vasallos, como duques, condes, marqueses, llamaron curacas, los cuales como verdaderos y naturales señores presidían en paz y en guerra a los suyos); y para terminar, las grandes mayorías integradas por campesinos, artesanos, esclavos. El pueblo, esto es los grupos no privilegiados, debía prestar obligatoriamente servicios al Estado, sea en el cultivo de la tierra en las minas, en el ejército o las obras públicas. Esta formidable centralización imponía su autoridad hasta en los rincones más apartados del territorio; disponía para ello de una eficiente y compleja administración, además de comunicaciones que a los chasquis permitían trasmitir con sorprendente velocidad las órdenes. Se puede establecer la existencia de un sistema de enseñanza rígidamente organizado y estratificado:
El resto de la población recibía una enseñanza predominantemente práctica, sobre todo a través de sus padres, con quienes los hijos varones vivían hasta los veinticinco años. Como no participaban de un sistema educativo formal, su socialización se realizaba a través de su vida comunitaria y, sobre todo, de las relaciones con el mundo del trabajo que desempeñaban en el campo, en los talleres artesanales, cuando no en la milicia o en otras tareas que requerían aprendizaje y disciplina. Ciertas actividades demandaban adiestramiento y calificaciones especiales: "Los orfebres, los tejedores de tapices y ropa fina, los arquitectos de templos y palacios, etc. eran preparados por 'maestros'; algunos probablemente recibían la enseñanza tradicional dentro de su grupo dedicado de generación en generación a algunas de tales artes" Además de los deberes religiosos, las costumbres, los hábitos y requerimientos de la convivencia, configuraban una suerte de moral que implicaba un sentido de responsabilidad colectiva reconocimiento de los valores impuestos por la existencia diaria, donde el trabajo ocupaba un valor central, pues en la práctica todos trabajaban y siempre: niños, mujeres, ciegos y tullidos, cada uno de acuerdo con su edad y condiciones, en las labores más disímiles. El ventarrón europeo La expansión burguesa del Siglo XV
La aparición de América transformó el mundo y fue la conclusión de un proceso que tuvo un doble protagonista: monarquía y burguesía. Apropiación territorial, deculturación Una vez descubiertos los territorios e importancia, comenzó la conquista. El nuevo continente ofrecía posibilidades de compensación para muchos y se inició apoyada en tres ejes: la experiencia bélica, el afán de riquezas y ascenso social, y la fascinación del trópico (características físicas y climáticas del Caribe). ¿Cómo fue posible y en virtud de qué factores se logró, en tan breve lapso, la posesión de este territorio tan extenso? Romano y Tenenti dicen que el descubrimiento se concreta en la toma de posesión, el punto esencial fue “valer más” en todos los sentidos: económico, moral, social, esto es lo que les impulsó fuera de Europa. ¿Cuáles fueron las consecuencias para los países conquistados? Se llega a la leyenda negra o a la leyenda rosa de la conquista. Sin duda, en los comienzos, los españoles hicieron estragos deliberados, pero no basta para explicar la enorme contracción demográfica de la población india durante el siglo XVI. Los europeos introdujeron enfermedades muy graves para la población india, que no estaba defendida contra ella por ninguna inmunización natural. Otro elemento fue las nuevas formas de trabajo a las que se somete al indio y que resultaron muy pesadas. Más grave aún les parece a los autores, la liquidación moral, social y psicológica que tuvieron que sufrir las comunidades indígenas americanas: una mayoría de hombres vieron disgregada su historia y su propio ser. Para desentrañar la acción cultural-educativa de los españoles es necesario comprender la necesidad de “desestructuración de la cultura” aborigen, de su lógica y de su psiquismo colectivo. El desarrollo de una cultura debía hacerse sobre la base del arrasamiento de la pre-existente. El paganismo era prohibido, perseguido y sancionado, con ello, cosmovisiones rituales, formas de relación social y de educación. El español que llegó a América Cuando Colón regresa a España, de su primer viaje, los Reyes Católicos llevaban a cabo un proceso de constitución del Reino de España, a expensas de los moros y sus tierras, tendiendo su hegemonía política al resto de la península, salvo Portugal. Se formó una nueva forma de Estado que llamamos moderno, que significa: concentración del poder en la persona del Rey, centralización, extensión de la administración (burocracia profesional) para que el poder del Rey llegue hasta el último rincón del reino, construcción de ejércitos y armadas reales, sistema judicial, etc.
En este contexto, ¿cuál era la situación de la cultura, y en especial de la enseñanza? El nivel menos desarrollado de la educación era el elemental, primario o popular, un amplio analfabetismo predominaba en Europa, más pronunciado entre mujeres que varones, en áreas rurales que urbanas, en zonas periféricas que centrales, inclusive dentro de la propia iglesia Podemos mencionar tres tipos de organizaciones educativas:
En el medio rural los campesinos estaban marginados de la cultura letrada en parte por su condición servil, en parte porque no la necesitaban para el medio, además no había quién la enseñara. La presencia de España en América se realizó en tres períodos con características distintas:
Es en la etapa de la colonia que se desarrolla una sistemática de educación, caracterizada por dos propósitos: cristianización y castellanización, guiados por la propia realidad y cultura españolas. En el siglo XVI España estaba transitando culturalmente el siglo de oro, la más alta expresión de la cultura española, efecto de la constitución del absolutismo, el proceso renacentista y el flujo del oro americano. Estos elementos –combinados y en tensión- delinean la estrategia de los colonizadores: el Absolutismo, la Contrarreforma y el Humanismo. Pero la cultura letrada nunca es reflejo de la cultura total, el analfabetismo cubría la península Ibérica en el siglo XVI, esta era la cultura que portaban muchos colonizadores. La alfabetización se relaciona con muchos procesos secundario que pueden estimularla o retrasarla, es necesario identificar con que procesos se vincula la cultura escrita. Carlo Cipolla reconoce tres funciones en la escritura: como consumo (las burguesías), como goce(las clases aristocráticas) y como inversión (los sectores populares, carácter utilitario). En la España del siglo de oro no había un sistema público de enseñanza, ésta corría por cuenta de las Órdenes Religiosas, la enseñanza particular, o estaba a cargo de maestros autorizados por el Obispo y el Ayuntamiento. La ciudad creaba desde sí una instrumentación a partir de necesidades reconocidas y evidentes: creación de escuelas para sustraer a niños y niñas de la vagancia y las malas costumbres, es decir que la fundamentación de la escuela fue el control social antes que el desarrollo cultural, y en estos casos la alfabetización actuó más como conservadora más que propiciadora del cambio. Todos los indicadores señalan que el siglo XVII es momento de gran recesión cultural de las masas populares urbanas, que se convirtieron en receptoras pasivas de una cultura dirigista y conservadora. La habilidad lectora cobra sentido si se lo relaciona con su utilidad concreta en el sistema de relaciones en el que vive la gente, es decir, su funcionalidad, cuando hace uso de ella por motivos económico (comercio), profesionales (escribanos, clérigos), ideológicos (proselitismo político o religioso) y de status (distinción social). Concluyendo, se puede mencionar que los españoles arribados a América, provenientes de los centros urbanos, eran totalmente alfabetizados en el nivel de nobles, hijosdalgos y clérigos; entre quienes habían desarrollado actividades artesanales la alfabetización se desarrollo entre un 40 % y 60 %; e inferior al 15 % fue el porcentaje desarrollado por el campesinado (aunque este sector proveyó pocos hombres a la Colonia). Aculturación: catequesis y escuela Hay dos etapas diferenciadas en la penetración de España en América: la primera ocupó los primeros treinta años (la conquista): ocupación territorial, sometimiento de la población aborigen y saqueo. no hubo propósito educativo definido, salvo algunos intentos de cristianización En la segunda etapa se llevó a cabo la operación de “colonización”: la creación de una “sociedad española” en América. a partir de 1530 el cisma en la cristiandad obliga a un replanteo estratégico de las pretensiones españolas. Las iniciativas religiosas de Lucero derivan en una insurrección religiosa y política contra Roma (y después militar). La expansión del protestantismo redujo la potestad del Vaticano a Italia, Francia, la Península Ibérica y la Isla de Irlanda. En este marco la colonización adquiere una dimensión religiosa, además de política y económica; la Compañía de Jesús, creada por Ignacio de Loyola, se convierte en la avanzada de la Contrarreforma. España y la Cia. de Jesús se unen, eligen el desarrollo intelectual como instrumento y la educación como medio para formar el buen cristiano y mantenerlo dentro del rebaño. El proyecto de aculturación de España se ejecutaba a través de:
Por conveniencia política, por interés económico y por vocación apostólica, la educación en las colonias americanas fue preocupación primordial. Como evangelización, como entrenamiento para el trabajo y como adaptación a la vida urbana, la educación indígena fue objeto de aspiraciones de clérigos y laicos. Los Jesuitas La orden fue creada a principios del siglo XVI por Ignacio de Loyola. Su propósito original fue la peregrinación a Tierra Santa, pero interrumpidas las rutas por los turcos se quedaron en Roma y se dedicaron a la asistencia de mendigos, prostitutas, huérfanos, para dedicarse a la predicación. Luego se orientaron a la enseñanza, quizás inspirados por Lutero, quien “construía la educación como un objeto de acercamiento a Dios”, con él compartían el origen humanista, el subjetivismo y el intelectualismo. Se constituyeron en orden religiosa, a los votos de obediencia, pobreza y castidad, agregaron el carácter secular (actuar en el mundo), un disciplinamiento al Papa, no desarrollar carrera eclesiástica (eran sólo sacerdotes) lo que les proporcionó un alto grado de confiabilidad, agregaron inclinación por el conocimiento y la reflexión intelectual. Su pedagogía: la Ratio Studiorum (razón de los estudios o método). En América encararon dos tipos de acciones religioso-políticas: la Universidad y las reducciones. Esta organización funcionó desde 1609 hasta 1778 (año de expulsión de los Jesuitas del Reino de España, por Carlos III). Lo que conocemos como “misiones guaraníticas” es la forma que dieron los Jesuitas a esas prescripciones. Los Guaraníes eran un pueblo de cazadores, recolectores, pescadores, que se hallaban en la transición a la revolución agrícola y el sedentarismo. El saldo de la labor de los Jesuitas en América fue el siguiente: - Transplantaron el orden de ideas europeo a los Guaraníes. - Catequizaron en el dogma, sin violencia ni pena de muerte, pero sí con castigos –azotes y cárcel-. - Impusieron la monogamia y la organización familiar europea. - Construyeron una sociedad aborigen igualitaria, comunitaria y con un alto grado de programación. - Organizaron la distribución parcelaria de la tierra –en privada y comunal- y de los bienes y productos. - La división del trabajo y el trabajo mismo. - Crearon un régimen político. - Conservaron el lenguaje nativo e incluso lo convirtieron a la escritura. - Introdujeron el español y el latín. - No introdujeron los cultivos pero planificaron su producción y comercio. - Canalizaron los excedentes de la producción interna hacia la exportación, importando metales y herramientas. - Explotaron la habilidad artesanal desarrollándolas a niveles artísticos. - Los Jesuitas relevaron la flora y fauna de la región y su cielo. La labor de los Jesuitas fue una tarea pedagógica de enseñanza en su más alta acepción, ejecutada sobre la colectividad en su conjunto, sin arrasar con la cultura local, sino más bien se adaptaron a ella y la readaptaron a los cánones europeos, tarea que los Jesuitas llamaron “inculturación”. En cada población establecieron una escuela, sistematizaron su acción, enseñaron lectura, escritura, cálculo, canto música, artesanías y doctrina. Los niños debían concurrir todos entre los 6 y los 12 años, aunque privilegiaban la formación de los hijos de los caciques y nobles guaraníes. |