Karl popper El cuerpo y la mente




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Fle llamado a la verdad una «idea reguladora», ya que aunque no poseamos un criterio de verdad, disponemos de una gran cantidad de criterios de falsedad. Estos criterios de falsedad no son siempre apli cables, pero con gran frecuencia podemos descubrir si algo es falso. Esta es la razón por la cual nuestra búsqueda de la verdad es una bús queda crítica. Sabemos, por ejemplo, que una teoría tiene que ser fal sa si se contradice a sí misma. En realidad, la contradicción es el prin cipal criterio de falsedad, ya que en la crítica siempre intentamos descubrir silo que va a ser criticado entra en conflicto con otra cosa. Durante mi conferencia he mencionado el contrainterrogatorio de las personas que hacen un informe. Mencioné que a las abejas no les me rece la pena contrainterrogar a una abeja que transmite información por medio de su baile. Ahora bien, ¿cuál es la finalidad de un con trainterrogatorio? Consiste en coger a la persona interrogada en al guna clase de contradicción o en una afirmación que contradiga algo que pensamos saber por alguna otra fuente. Esta es la única finalidad real de contrainterrogar a alguien. Por tanto, la contradicción es real mente lo principal merced a lo cual descubrimos la falsedad, y sabe mos entonces, al menos, que la teoría es falsa. Por supuesto, también sabemos entonces que su negación es verdadera. Pero, por lo general, eso no nos dice gran cosa debido a que la negación de una teoría que posee un gran contenido informativo siempre posee un contenido in formativo muy bajo. Cuanto mayor sea el contenido informativo de una teoría, más bajo será el contenido informativo de su negación. Así, pues, por lo general, no obtenemos una gran cantidad de verdad

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cuando refutamos una teoría, aunque, al menos, sabemos dónde no se encuentra la verdad y podemos continuar nuestra búsqueda. Por tanto, la verdad funciona principalmente como idea reguladora en la búsqueda de la verdad o en la crítica.

Interlocutor 5: ¿Es importante decir que no es tanto que el cono cimiento objetivo sea lo importante, sino más bien, como usted dice, el momento en que nos conectamos al mundo del conocimiento ob jetivo? ¿No es la penetración interna lo importante, más que el mun do objetivo en sí?

Popper: Sí, si usted quiere. Verá usted, lo que yo denomino «co nocimiento objetivo» son teorías, conjeturas, hipótesis, problemas, etc. Denomino todo este ámbito «la esfera del conocimiento objetivo en el seno del, mundo 3». El conocimiento objetivo no tiene que ser verdadero. Basta con que sea una conjetura que ha sido criticada y so metida a algunas pruebas. De acuerdo con mi terminología eso se puede denominar ya «conocimiento objetivo», como expliqué du rante la primera conferencia. Así que pienso que esto viene a ser lo mismo que lo que usted quería decir, ¿no es así?

Interlocutor 5: Supongo que sí. Otra pregunta que me gustaría plantear es un problema que usted ha explicado muy claramente:

cómo todos los niveles inferiores van bajo los niveles tercero y cuar to. Es decir, el arte expresivo y el arte comunicativo son de algún modo áreas subjetivas del saber de las que pueden participar los ani males. Supongo que aún estoy intentando llegar a... ¿no es cierto que incluso los niveles tercero y cuarto aún son subjetivos en ese sentido?

Popper: Todo lenguaje posee un componente subjetivo. En ese sentido, ni siquiera el tercero y el cuarto pueden carecer de un com ponente subjetivo, pero es el componente objetivo el que hemos ais lado en tercero y cuarto nivel. Es de eso de lo que se trata —que en la práctica todos van juntos, los cuatro niveles—. No se puede hablar, sin dar rienda suelta a los sentimientos. No se puede comunicar sin suscitar sentimientos en otras personas. Por tanto, no se puede reali zar una descripción sin expresarse a sí mismo ni suscitar sentimien tos. Pero eso no hace que la descripción en sí sea subjetiva. La des cripción es objetiva en el siguiente, y muy exacto, sentido: a saber, puede ser criticada desde el punto de vista de la verdad objetiva, y el

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resultado de la crítica —al menos eso sería lo ideal— debería ser completamente independiente del primero y segundo nivel. Por su puesto, no siempre es así, pero con gran frecuencia puede ser así en una gran cantidad de casos. Una discusión científica puede ser muy acalorada, y en ella pueden intervenir gran cantidad de emociones, pero, por lo general, en el transcurso del tiempo, en el curso de los si glos, los resultados de las discusiones científicas son en gran medida independientes del acaloramiento y de ior niveles emocionales que una vez estuvieron asociados a ellas. ¿Quién piensa hoy en día en que la teoría de Newton suscitara sentimientos nacionalistas en Francia? Sin duda lo hizo, y mucho. Verán ustedes, los franceses estaban más bien a favor de la física cartesiana que de la física newtoniana. Esta úl tima era en realidad una crítica explícita de la física cartesiana. En Francia se produjo, por lo tanto, un rechazo de la física de Newton que estaba basado en motivos nacionalistas, hasta que Voltaire inten tó divulgar la física newtoniana en un libro que fue quemado. Así pues, ¿quién conoce hoy en día todas estas cosas? Todo ha quedado olvidado, pero los resultados objetivos aún sobreviven. Nadie se aca lora ya especialmente al discutir la teoría newtoniana. Mientras hablo con ustedes, no puedo reprimir mis sentimientos emocionales y co municativos, pero con el tiempo caerán en el olvido y la teoría será so metida a prueba.

Interlocutor 6: Permítame comprobar si lo he comprendido co rrectamente. Las primeras tres funciones del lenguaje pueden ser subjetivas —esto es, expresiva, comunicativa y descriptiva— y es sólo cuando se introduce un cuarto elemento —argumentador y crítico— cuando se puede alcanzar una clase distinta de conocimiento, esto es, el conocimiento objetivo...

Popper: Que se puede encontrar en el nivel descriptivo...

Interlocutor 6: Esto es, dos personas se reúnen trayendo consigo su descripción subjetiva de un acto, y entonces se reúnen y emiten una crítica ¿y de esta interacción puede surgir entonces una nueva clase de conocimiento, el conocimiento objetivo?

Popper: Estoy de acuerdo. La objetividad del tercer nivel se al canza únicamente cuando el cuarto nivel entra en accíón, Se puede expresar de esa manera. Ahí radica la diferencia —se puedçsubdivi

dir el tercer nivel en dos niveles, a saber, el «descriptivo aún no obje tivado» y el «descriptivo objetivado», y se puede decir que las abejas han alcanzado realmente el nivel descriptivo aún no objetivado, in cluso aunque lo que dicen sea siempre verdadero o prácticamente siempre verdadero, a menos que sean engafiadas—. Pero esto es por que su instinto las educa a decir la verdad y también porque su len guaje es tan rudimentario. Por lo que sabemos, en realidad forma parte de su estructura hereditaria y es muy rudimentario. Pero pien so que usted tiene razón al decir que podemos subdividir el tercer ni vel, el nivel descriptivo, en dos partes, a saber, aquella en la que al canzamos la objetividad y aquella en la que aún no logramos alcanzarla. En realidad, lo que Bühler tenía en mente era la objetivi dad conseguida, y por eso pienso que su teoría va mucho más allá que prácticamente todas las teorías del lenguaje en las que estos niveles no son mencionados explícitamente. Tan sólo quiero ofrecerles un ejemplo. La mayoría de los que entre ustedes hayan estudiado algo de filosofía conocerán el nombre de Stevenson, un filósofo de la ética. La peculiar contribución que Stevenson ha realizado a la ética con sistió en descubrir que ésta es emotiva y comunicativa en el sentido que yo otorgo a estos términos. La denomina «teoría emotiva de la ética». Lo que él quiere decir es emotiva y comunicativa, es decir, que cuando decimos que algo es bueno, entonces queremos decir «eres un buen chico» y expresamos un juicio. Stevenson dice que proba blemente intentamos hacer que lo repita —lo cual sería comunicati vo—, aunque lo designa como la teoría expresiva de la étíca. Como ustedes pueden ver, la base de la teoría expresiva de Stevenson es una teoría del lenguaje puramente expresiva, y eso es prácticamente todo. Eso está muy bien, quizá todo lo que dice sea cierto, pero no es todo lo que es cierto. No hay duda de que la &ica es expresiva, así como tampoco hay duda de que es también comunicativa, ¿pero no desem peña asimismo funciones más elevadas? Ésa es la cuestión. Se trata de una cuestión sin resolver de la que por el momento no deseo ocupar me. Pero lo que deseo tratar es el primitivismo de este argumento. No plantea realmente la cuestión en su totalidad. A saber, «eno posee la ética otra función que la expresiva y la comunicativa?». Esto equival dría a preguntar: « es la ática sino comunicación animal?». Esto es realmente lo que la gente quiere decir. ¿Se encuentra la ética real mente en esa clase de nivel animal, en el nivel del « lo hagas!»?

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¿No contiene nada más aparte de « lo hagas!»? Me refiero a lo que puede entender un perro, ya que un perro aprende a compren der el significado de la orden « lo hagas!».

Interlocutor 7: Acerca de la misma cuestión que antes, sobre la idea y la discusión de la teoría de la correspondencia de la verdad. Hemos estado hablando, al menos —acaso no usted—, pero la gente ha estado hablando de los hechos. Cuando conocemos los hechos, ¿conocemos las proposiciones o conocemos las cosas? ¿Tiene esto al guna importancia para la descripción que usted ofrece de la realidad objetiva?

Popper: Yo diría teorías.

Interlocutor 7: Bien, ¿cuál es la relación que vincula una teoría a los fenómenos que vemos a nuestro alrededor?

Popper: Una teoría intenta describir los fenómenos tal como son. Una teoría no sólo es una conjetura sobre los fenómenos, sino sobre el mundo. No sólo los fenómenos —no describe únicamente fenó menos, en donde el término «fenómenos» significa sólo lo que apare ce en el mundo, sino hace más—. Una teoría, por ejemplo, puede no sólo describir el fenómeno de este asiento azulado, sino puede inten tar explicarlo por medio de algo como es una teoría química u óptica de la pintura y los tintes. Por tanto, no sólo trata de los fenómenos, sino que es una teoría que, por lo general, es explicativa y que, por tanto, va más allá de los fenómenos.

Interlocutor 7: Se pueden interpretar estas explicaciones o estas teorías —me refiero a las teorías científicas— como modos simbóli cos de representación y, por lo tanto, como representaciones verbales de nuestra descripción de las propiedades químicas --—o de lo que se quiera— de una silla. Pero de lo que se trata es de que en el aire se respira un nexo verbal. ¿Cuál es la relación entre ese nexo verbal y la realidad física de la silla? Me parece que hay una cierta discrepancia entre nuestro lenguaje, que es, al fin y al cabo, incompleto —ya sa ben—, que no es una herramienta simbólica perfecta, una herramien ta exosomática, o como se le quiera llamar. ¿Cuál es la relación entre esa descripción simbólica y la realidad física?

Popper: Nuestro lenguaje dista mucho de ser perfecto, pero es

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increíblemente bueno, sorprendentemente poderoso. Los matemáti cos, que inventan herramientas más y más precisas, herramientas exosomáticas cada vez más delicadas, se ocupan constantemente de sus desventajas. Es totalmente cierto que nuestro lenguaje será siem pre incompleto, así como nuestra descripción de la realidad siempre será incompleta. Todos los lenguajes son esencialmente incompletos, un hecho que, de nuevo, está relacionado con el teorema de G6del, Pero, a pesar de ser esencialmente incompleto —al fin y al cabo, ¿quién espera adquirir alguna vez un conocimiento completo?—, a pesar de ser esencialmente incompleto, se desarrolla cada vez más y es tan extremadamente apropiado para describir la realidad, que hay realmente poco de lo que quejarse y mucho de lo que asombrarse y admirarse, especialmente mucho de lo que asombrarse ante el hecho de que los seres humanos hayan producido realmente esta herra mienta tan increíblemente poderosa. Por supuesto, observamos su poder en nuestras naves espaciales y en la bomba atómica, pero hay muchas otras cosas. Por desgracia, aún no es lo suficientemente po deroso como para evitar ser mal utilizado por los periodistas, pero no creo que tengamos mucho de lo que quejamos. No creo que nadie diga nunca que el lenguaje basta para penetrar toda la realidad, pero puede penetrar más allá de cualquier profundidad dada en la reali dad, puede penetrar cada vez más profundamente. Y la teoría de la correspondencia —esta teoría tan interesante— ¿cómo podemos en tender realmente la correspondencia entre el lenguaje y los hechos? Tarski se ha ocupado de ello y lo ha resuelto de forma muy ingenio sa. Sin embargo, me temo que sea prácticamente imposible explicar aquí y ahora la teoría de la correspondencia de Tarski. En cierto sen tido es muy trivial, pero en otro sentido necesita realmente la puesta en práctica de una idea fundamental, a saber, la idea de un metalen guaje, es decir, de hablar sobre el lenguaje. Está bien, lo intentaré.

El primer paso de la teoría de Tarski consiste en que habla sobre la verdad de los enunciados, es decir, de las entidades lingüísticas. Ahora bien, si hablamos de la verdad de las entidades lingüísticas te nemos que hablar de las entidades lingüísticas. En cualquier teoría de esta clase —cualquier teoría similar a la de Tarski— tenemos que ha blar de los objetos lingüísticos como si se tratara de mesas o sillas. Esto es algo que hay que entender claramente. Un lenguaje en el que hablamos sobre objetos lingüísticos se denomina un «metalenguaje».

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Por tanto, cualquier teoría de la verdad debe ser una teoría metalin güística, ya que habla de las propiedades del lenguaje, de las propie dades de los enunciados, de los objetos lingüísticos. Los enunciados son como las sillas y las mesas; e! lenguaje se parece a una fábrica de muebles. Al decir que un postulado es verdadero decimos algo pare cido a cuando decimos que una silla es cómoda. Al decir eso debemos emplear un metalenguaje, que es lo primero que debe entenderse. Tenemos que hablar sobre un lenguaje y, para poder hacerlo, tene mos que hablar en un metalenguaje. Ahora bien, el lenguaje sobre el que hablamos se denomh «lenguaje objeto», el lenguaje en el que hablamos se designa como «metalenguaje». Por tanto, cuando desa rrollamos una teoría de la verdad tenemos que distinguir entre el len guaje en el que hablamos y el lenguaje sobre el cual hablamos, es de cir, entre ei metalen guaje —que es el lenguaje en el que hablamos— y el lenguaje objeto —que es el lenguaje sobre el cual hablamos—. Esta tajante distinción entre el metalenguaje y el lenguaje objeto, es decir, entre el lenguaje en el que hablamos y el lenguaje sobre el cual hablamos, constituye el punto fundamental de la teoría postulada por Tarski.

Una vez que esto queda claro, se ha conseguido mucho, ya que ahora se puede proceder del siguiente modo. Podemos decir que la mayoría de las personas estarán de acuerdo en partir de la verdad como concordancia con los hechos. Su problema consistirá en saber cómo poder hablar sobre la concordancia con los hechos, en qué consiste la correspondencia con los hechos. ¿Cómo puede un enun ciado concordar con ios hechos? A primera vista parece imposible. Ahora bien, ha habido muchas teorías sobre esta cuestión. Una de ellas es la teoría de Schlick, quien postuló que la concordancia con los hechos consiste en lo que los matemáticos denominarían una «co rrespondencia biunívoca». No sé si todos ustedes saben qué es una correspondencia unívoca, pero los matemáticos distinguen entre co rrespondencias de muchos a uno, correspondencias de uno a muchos y correspondencias biunívocas. Por ejemplo, se puede describir una correspondencia biunívoca —aquí tenemos ciertos objetos y allí otros objetos—; una correspondencia biunívoca consiste en que a cada objeto de esta clase le corresponde un objeto de aquélla. Hay una cosa clara, a saber, que en el lenguaje la verdad no es una corres pondencia biunívoca. A un hecho le pueden corresponder muchas
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