Karl popper El cuerpo y la mente




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Se puede decir exactamente lo mismo de un marco de supuestos.

Puede ser estudiado, comprendido y criticado por una persona ex terna a él. Esto hace posible que los marcos rivalicen entre sí.

Lo que podemos aprender de todo esto tal vez se pueda expresar del siguiente modo. En cada instante de nuestro desarrollo mental es tamos, corno si dijéramos, aprisionados dentro de un marco y de un lenguaje. Estos limitan rigurosamente nuestra capacidad de pensa

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miento. No obstante, se trata de una prisión entendida en sentido pickwickiano, ya que en todo momento somos libres de huir de la prisión merced a la crítica de nuestro marco y adoptando un marco mis amplio y más verdadero, así como un lenguaje más rico que esté menos plagado de prejuicios.

La huida de nuestro marco puede resultar difícil, aunque es posi ble y puede ser provocada o estimulada por el choque con otro mar co, esto es, por la confrontación. No hay nada más fructífero. De he cho, la historia de la civilización demuestra cuán fértil puede resultar dicho choque de culturas. Nuestra propia civilización occidental es el resultado de una serie de choques culturales, tales como los muchos choques ocurridos entre las culturas griega y oriental. Homero narró la historia de uno de estos choques y Herodoto la historia de otro de ellos. Ambos eran en alto grado conscientes de la importancia de aquellos acontecimientos. Estos primeros choques contribuyeron a la emergencia de la ciencia y del racionalismo griegos, esto es, a la emer gencia de la afición griega por la discusión crítica racional.

Esto en lo que respecta al mito del marco.

Y ahora pronunciaré algunas palabras finales sobre la racionalidad.

Como he indicado anteriormente, siempre somos prisioneros de nuestros prejuicios o de nuestro marco de supuestos, pero con la ayu da del método del mundo 3, que consiste en situar nuestras teorías y nuestros supuestos fuera de nosotros —o de formularlos claramente, de modo que puedan ser criticados—, siempre podemos huir de esta prisión por medio de la crítica racional.

No hay duda de que gozamos de esta libertad. Nuestra relación con el mundo 3 no se puede comprender sin ella. Cuando nos en frentamos a un objeto del mundo 3, tal como es una teoría, nuestra primera tarea consiste en entenderlo, pero entender una teoría no sig nifica aceptarla. No significa tampoco que consideremos que sea la mejor de las teorías rivales. De hecho, antes de formarnos una opi nión con respecto al hecho de preferir una teoría sobre otras teorías, primero tenemos que comprenderlas todas.

Una teoría se puede comprender a muchos niveles. El nivel más bajo de comprensión consiste en entender todas las palabras y las fra ses desde un punto de vista lingüístico. Así, se puede decir de un libro o de una conferencia: «He entendido cada palabra». Algunas veces se puede continuar diciendo: «Pero aunque he entendido cada palabra

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toma y daca entre una persona y su obra. Realizamos un trabajo y, de ese modo, nos desarrollamos a través de él de modo que pasamos a realizar un mejor trabajo—y, de nuevo, nos desarrollamos a través de ese mejor trabajo, etcétera.

Se produce una retroalimentación constante por medio de la cual el mundo 3 actúa sobre nosotros. La parte más activa del mundo 3 en esta retroalimentación es nuestro propio trabajo, el producto con el que contribuimos al mundo 3. Esta retroalimentación puede aumen tar enormemente merced a la autocrítica consciente. Lo increíble acerca de la vida, de la evolución y del desarrollo mental es precisa mente este método de toma y daca, es decir, la interacción que se pro duce entre nuestras acciones y los resultados de éstas, por medio de la cual nos trascendemos constantemente a nosotros mismos, a nues tro talento y a nuestros dones.

Esta autotrascendencia es el hecho más sorprendente e impor tante de toda vida y toda evolución y, en especial, de la evolución hu mana. Está contenida en el paso de P a P

En los estadios prehumanos es, por supuesto, menos patente y, por tanto se puede confundir con algo parecido a la autoexpresión. Pero a nivel humano, sólo se puede hacer caso omiso de la autotrascendencia por medio de un gran esfuerzo. Con nuestras teorías ocurre lo mismo que con nuestros hijos: las teorías tienden a hacerse cada vez más inde pendientes de sus padres, y lo que sucede con nuestros hijos también puede ocurrir con nuestras teorías: podemos obtener de ellos un mayor conocimiento que el que originariamente les impartimos.

El proceso de aprendizaje —de aumento del conocimiento subje tivo— es fundamentalmente siempre igual. Se trata de una crítica ima ginativa. Es así como trascendemos nuestro entorno local y temporal al intentar imaginar circunstancias que están más allá de nuestra ex periencia: al intentar encontrar, construir, inventar y prever situacio nes nuevas —esto es, situaciones de prueba, situaciones críticas—, y al intentar localizar, detectar y poner en tela de juicio nuestros prejuicios y supuestos habituales.

Es así como logramos salir por nuestro propio esfuerzo de la cié naga de nuestra ignorancia; es así como lanzamos una cuerda al aire y ascendemos por ella, si es que logra engancharse en una ramita, aun que sea de forma precaria.

Lo que hace que nuestros esfuerzos se diferencien de ios de un

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no tengo ni idea de qué trata». Con objeto de comprender en torno a qué gira una teoría, tenemos que comprender en primer lugar los pro blemas que intenta resolver dicha teoría. Hay que entender las diversas maneras que ya han sido ensayadas con objeto de resolver dichos pro blemas —esto es, las diversas teorías rivales—, ya que sin éstas no se puede comprender, en un sentido más amplio, ninguna de ellas, dado que comprender n este sentido más amplio— significa criticar o evaluar. Por supuesto, aún existen niveles de comprensión superiores, tales como descubrir por uno mismo dónde estriban las dificultades de las diversas teorías sto es, los nuevos problemas P a los que dan pie— y cómo se pueden resolver estas dificultades. Este proceso no tie ne fin, dado que cada teoría da pie, al menos, al problema de si la teo ría no podría ser explicada a su vez por medio de otra teoría situada a un nivel superior ya que ninguna teoría ofrece una explicación final.

Todo esto demuestra que nuestra evaluación de una teoría no puede estar determinada simplemente por medio de la lógica o de su estructura, a menos tal vez, que la teoría sea obviamente falsa o pos tule afirmaciones obviamente falsas _por ejemplo, que pretenda ser una teoría compieta o final— como ocurre con las teorías del fisica lismo y del paraleIism0 de las que me ocupé durante la conferencia de la semana anterior. Todo esto significa que la relación que mante nemos con el mundo 3, nuestra compremión y nuestra evaluación de las teorías se caracteriza por una gran libertad. La libertad aún es ma yor si tenemos en cuenta la creatividad humana.

Mi tesis principal es que todos los egcs están anclados en el mun do 3, pero el modo en que estamos anclados admite una amplia gama de posibilidades. Exploramos el mundo 3 y le añadimos algo prácticamente a través de todo lo que hacemos. Esto significa no sólo li bertad, sino también una gran responsabilidad.

Para finalizar, me ocuparé de la relación existente entre un hom bre y su trabajo —algo que es extraordinariamente importante para todos nosotros.

Según la teoría de la autoexpre5ió la calidad del trabajo que rea lizamos depende de cuá buenos seamos; únicamente depende de nuestro talento y de nuestro estado psicológico, y tal vez fisiológico. Considero que se trata de una teoría falsa, maliciosa y depr De acuerdo con la teoría del mundo 3 no existe una relación tan sim ple, sino que, por el contrario, se produce una interacción del tipo

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animal o los de una ameba radica únicamente en que nuestra cuerda puede conseguir un asidero en el mundo 3 de la discusión crítica, es decir, en el mundo del lenguaje y del conocimiento objetivo. Esto nos permite descartar algunas de las teorías rivales. Por tanto, si somos afortunados podemos conseguir sobrevivir a algunas de nuestras teo rías erróneas —y la mayoría de ellas lo son—, mientras que la ameba perecerá junto con sus teorías, sus creencias y sus hábitos.

Contemplada bajo esta luz, la vida es exploración y descubri miento —el descubrimiento de nuevos hechos, de nuevas posibilida des al ensayar las posibilidades concebidas por nuestra imagina ción—. En el nivel humano, este ensayo se lleva a cabo casi por entero en el mundo 3 al intentar, con mayor o menor éxito, represen tar en las teorías de este mundo 3 los mundos 1 y 2. Lo hacemos cuan do intentamos aproximarnos más a la verdad, a una verdad más ple na, más completa, más interesante, más coherente lógicamente y más relevante —relevante, por supuesto, para nuestros problemas.

Lo que yo he denominado «mundo 2» —el mundo de la mente— se convierte en el nivel humano cada vez más en el nexo entre el mun do 1 y el 3. Todas las acciones que llevamos a cabo en el mundo 1 están influidas por nuestra forma de captar el mundo 3 desde el mundo 2. Esta es la razón por la cual resulta imposible comprender la mente hu mana y el yo humano sin comprender el mundo 3, y es asimismo la ra zón por la cual no se puede interpretar el mundo 3 como una mera ex presión del mundo 2, niel mundo 2 como mero reflejo del mundo 3.

El proceso de autotrascendencia a través del desarrollo y la retro- alimentación recíprocos es algo que se puede lograr en todas las pro fesiones y condiciones sociales, así como en todos los campos; pode mos alcanzarlo en nuestras relaciones personales. Puede no depender únicamente de nosotros y puede desembocar en una decepción, pero nos enfrentamos a las desilusiones en todas las fases vitales. Nuestra tarea consiste en no ceder nunca a la sensación de no haber recibido lo que nos merecíamos, ya que mientras vivamos, siempre recibire mos más de lo que merecemos. Para darnos cuenta de ello no tene mos más que aprender que el mundo no nos debe nada.

Todos podemos participar del patrimonio del hombfr. Todos podemos ayudar a conservarlo. Y todos podemos realizar nuestra propia modesta contribución. No debemos pedir más.

EP!LOGO DEL COMPILADOR

El cueipo y la mente está basado en las Conferencias Kenan que Sir Karl dictó en la Universidad de Emory durante la primavera de 1969. Pronunció estas conferencias sin apoyarse en sus notas, y el presente libro debe su existencia, al menos en parte, a las grabaciones en cinta magnetofónica de dichas conferencias, así como a las discu siones que siguieron a cada una de ellas. Estas grabaciones mag netofónicas fueron transcritas, al parecer, a principios de los aíios se tenta. Sir Karl empezó a revisarlas entonces e incluso escribió un prefacio, al parecer con la intención de cambiarlas para darles forma de libro. Se prepararon varias versiones de cada conferencia y se so licitaron y recibieron críticas, pero el trabajo según parece no había avanzado demasiado antes de que la presión ejercida por otros com promisos obligara a Sir Karl a dejar el manuscrito a un lado. Yació en su cajón hasta 1986, momento en el que la Institución Hoover para la Guerra, la Revolución y la Paz adquirió los manuscritos de Popper y creó los Archivos Karl Popper en su biblioteca de la Uni versidad de Stanford.

El texto que aquí publicamos difiere tanto de las Conferencias Kenan, tal como fueron dictadas en la Universidad de Emory, como de los manuscritos que yo encontré en los Archivos Popper. Por tan to, mientras que este libro se basa en las Conferencias Kenan, no pre tende ser un documento histórico. Por el contrario, los manuscritos que yo encontré ya eran una exhaustiva revisión de las conferencias originales. Y lo aquí publicado es una exhaustiva revisión de lo que yo encontré. La mayoría de las revisiones por mí realizadas han sido de naturaleza estilística y concebidas para suavizar la transición de un texto oral a un texto escrito. Otras han sido más sustanciales. Y en al gunos lugares me he visto obligado a reconstruir el texto allí donde fallaban las grabaciones originales. Sir Karl me ha animado a llevar a

cabo estas revisiones y, en concreto, a simplificar su forma de expre sarse siempre que esto resultara posible sin alterar su pensamiento. No he indicado ninguna de mis revisiones en el texto a fin de no dis traer la atención del lector. Y dado que Sir Karl las ha aprobado y las da por suyas, no veo ninguna razón para indicarlas aquí. Desearía, sin embargo, agradecer a Sir Karl el que me confiara su obra, y especial mente las muchas estimulantes conversaciones que hemos mantenido al respecto.

El cuerpo y la mente es el segundo volumen publicado a partir de los Archivos Karl Popper y es el primero que se compone de material que no había sido publicado previamente. Me gustaría reconocer con gratitud el trabajo que W. W. Bartley III y la Institución Hoover para la Guerra, la Revolución y la Paz han dedicado a la creación de estos archivos.

La lanus Foundation inició en marzo de 1992 el apoyo económi co de mi trabajo en los Archivos Popper. Desde entonces me ha pro porcionado una copia en microfilm de ‘os archivos y el equipo ne cesario para utilizarlo. También ha hecho posible un exhaustivo tutorado telefónico transatlántico con Sir Karl. Desearía expresar mi agradecimiento al director científico de la lanus Foundation, Wer er Baumgartner, por su visión de un árbol popperiano y, sobre todo, por su amistad. Y también me gustaría dar las gracias al presi dente de la lanus Foundation,Jim Baer, quien se aseguró de que ob tuviese el equipo óptimo para realizar este trabajo. También desea ría dar las gracias a Elisabeth Erdman-Visser (quien fue la primera en sugerir que Sir Karl y yo mismo editásemos esta obra), Ursula Lindner y Melitta Mew (cada una de las cuales proporcionó el apo yo moral necesario), Raymond Mew (quien leyó el manuscrito y ex presó muchas indicaciones útiles), Richard Stoneman (editor jefe en Routiedge), Sue Bilton (que se ocupó del proceso de publicación de este libro en Routledge) y Victoria Peters (quien la ayudó a ha cerlo). En enero de 1994, la Soros Foundation y la Universidad Cen troeuropea asumieron el apoyo económico de mi trabajo. Quiero ex presar mi agradecimiento a George Soros por el interés demostrado por este trabajo y por su compromiso con la visión d mundo de Karl Popper como una sociedad abierta. Como mencioné anterior mente, en un principio se planeó publicar este volumen en los años setenta. jeremy Shearmur trabajó entonces sobre él y tengo con él

EPÍLOGO DEL COMPILADOR 203

una gran deuda de gratitud, ya que su trabajo ha facilitado sin duda el mío, Finalmente, debo más de lo que puedo expresar a Kira Vic torova, mi colega y esposa, quien es, en muchos aspectos, coeditora de este libro.

M. A. N0TTURN0

Chicago, 1994

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206 KARL R. POPPER

The Myth of the Framework, edición a cargo de M. A. Notturno, Londres, Routledge, 1994 (trad. cast.: El mito del marco común, Barcelona, Paidós, 1997).

Knowledge and the Body Miad Problem, edicion a cargo de M. A. Notturno, Londres, Routledge, 1994 (trad. cast.: El cuerpo y la mente, Barcelona, Paidós, 1997).
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