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SISTEMAS CREATIVOS: ¿Qué hace que tengamos más o menos ideas? La pasión por la creación de nuevos mundos visuales y el placer de mirar-los. Dos temas, un diálogo. Juan Rodrigo (JR) y Katja Tschimmel (KT) desarrollan en una conversación dos áreas temáticas que acaban siendo una: la de la capacidad creativa de un sistema. KT: Juan, nos han invitado a los dos para que hablemos del fenómeno de la creatividad. Tú sobre lo que hace que tengamos más o menos ideas, posicionando tu reflexión en la perspectiva sistémica de la creatividad, y yo sobre lo que hace que unos se sientan tan motivados por la creación de nuevos mundos visuales, y otros por la admiración de estos nuevos mundos. Tal vez estaría bien que comenzáramos nuestro diálogo con la explicación de nuestro abordaje del concepto de la creatividad. Pues, como tú bien sabes, hay muchas y muy diferentes maneras de interpretar y definir la creatividad y algunas son claramente contradictorias. Buscaremos entonces un punto de partida común para nosotros dos. Desde el punto de vista etimológico, 'creatividad' tiene que ver con el acto de dar origen a algo nuevo, antes desconocido. Tiene que ver con creación y evolución. Alguien produce algo que él mismo no tenia conocimiento antes de esta forma. Produce una combinación nueva al nivel de las imágenes, de los objetos, de los espacios, de los procesos, de los servicios, etc. ¿Querrías ahora tu explorar un poco quién puede ser este “alguien”, este sistema creativo? JR: Vale. Directamente al ojo del huracán. Sin rodeos. No cabe duda de que lo que pensamos en cada momento sobre la creatividad viene determinado por los paradigmas que manejamos, y por las interpretaciones que hacemos de la información que tenemos. Y no cabe duda de que hasta que consigamos que se active una ciencia de la creatividad, la CREATOLOGÍA, tendremos dificultades para contrastar y falsar las afirmaciones que hacemos. El paradigma imperante todavía en “la academia“ viene directamente del discurso inaugural de Guilford [1950 en la American Psychological Association], y ese discurso, como todos, es hijo del conocimiento y los valores de su época. Y de la profesión de Guilford. Psicólogo. Hoy, en muchos ámbitos ya, la aproximación sociológica gana terreno. Las organizaciones, las ciudades, y las regiones y los países comienzan a ser conscientes, de forma intuitiva con frecuencia, de que el entorno, el grupo, la sociedad, son determinantes en la generación de ideas en sus espacios de responsabilidad. Y comienza a plantearse una aproximación desde la Teoría General de los Sistemas y desde el propio pensamiento sistémico. El concepto de sistema creativo hace referencia a ese apunte que tú haces. ¿Quién es el sistema? Pero las cuestiones importantes, al menos las que a mi me interesan, son las de QUÉ son y CÓMO son los sistemas creativos. Las personas son, de momento, elementos centrales de esos sistemas. Pero no será para siempre así. La inteligencia “artificial” abre nuevas posibilidades. Y creo que llegará el día en que conciencia e inteligencia sean capaces de desarrollarse y evolucionar sin la participación directa de ningún ser humano. A mi me parece muy posible que en el futuro existan sistemas creativos sin implicación humana. Ya hay máquinas que hacen música. Que pintan. Que escriben. Y que aprenden. Y el mundo de la robótica nos sorprende cada día con nuevas habilidades. De momento todo lo vemos como simples máquinas que hacen cosas sin saber lo que hacen. Pero eso cambiará. Las herramientas, las máquinas, forman parte de los actuales sistemas creativos. De los actuales sistemas de conocimiento. Y creo que podemos pensar que algún día podrán hacerlo sin nosotros. KT: Esa visión del futuro, de los robots creativos, la comparten diversos investigadores de IA, pero confieso que a mi me asusta mucho. Me gusta más la idea (probablemente ilusoria) de que nosotros, los seres humanos, somos indispensables para la innovación. JR: Si entendemos la innovación como la resultante de la ejecución de una idea, creo que tenemos todavía un periodo en el que le resultaremos “útiles” a la naturaleza. Pero si lo dejamos en la capacidad de “hacer cosas nuevas”…la naturaleza no nos necesita…necesariamente. Está en cambio permanente y en continua generación de novedad. Y nosotros somos un producto más del azar. Podríamos no existir. Podríamos no haber existido. Ni como individuos ni como especie. Esa es una de las principales señas de identidad de un paradigma que asume que estamos en un universo y en un planeta que no son “mundos creados y acabados”, sino sistemas en permanente generación y cambio a través de la interacción y la recombinación. Y en los que nosotros hemos nacido con la posibilidad de ser conscientes e inteligentes. Para mi es fascinante pensar que esas opciones futuras vienen de la mano de nuestra participación. Pero no me inquieta que podamos hacerlo. Al contrario. Además me parece inevitable. Y creo que será fantástico. Aunque a veces sintamos el riesgo del vacío y de lo desconocido. Pero está en la base de la ideación. KT: Pues no se Juan. Pero coincido contigo en que existen muchos elementos implicados en la emergencia de ideas nuevas y existen diferentes tipos de sistemas creativos. Uno es claramente la naturaleza. Otros son los individuos y los grupos de personas. Y como tú apuntas, un sistema creativo también son las instituciones, las empresas, las ciudades, los países y podríamos alargar todavía más. Y lo que diferencia a la persona individual de un grupo de individuos no es únicamente la multiplicación de perspectivas, ideas y opiniones, sino también la nueva dinámica que se crea, y que influencia el proceso creativo y su resultado. Pues, cada sistema existe a través de la interacción de sus componentes. De ahí resulta que las relaciones de los elementos singulares entre ellos y las interacciones que proceden son mas importantes que el número de componentes o su dimensión. Sustituyendo una única persona en un grupo o una institución puede (o no) tener un enorme efecto sobre toda la dinámica del grupo. Una obra de arte colectiva, por ejemplo, es el resultado visual (y perceptible por otros sentidos) de la interacción de los miembros del grupo, su conocimiento semántico y técnico, sus experiencias artísticas y personales, sus motivaciones, sus valores, sus actitudes, sus emociones, etc. Pero también al nivel de la persona singular hay que considerar muchos elementos del sistema individuo y sus conexiones. Unos de estos elementos ya identificados por varios investigadores de la creatividad [Amabile, Guntern, Gardner, Csikszentimihalyi] son el conocimiento específico del individuo, sus bases culturales, su motivación intrínseca en una determinada actividad, sus habilidades del pensamiento creativo (de estas habilidades me gustaría hablar concretamente un poco mas tarde), sus actitudes al respecto de la novedad, su estado emocional, etc. Consecuentemente, para entender la capacidad creativa de una persona, y para incentivarla, hay que tener en cuenta la intersección y interacción de todos estos elementos. Cual de todos estos componentes tiene más influencia sobre la calidad y originalidad de los resultados de un proceso creativo, todavía no esta empíricamente comprobado (y tal vez nunca lo estará). Y todavía no hablamos de la importancia de la interacción del pensamiento individual/colectivo con un contexto socio-cultural. JR: Cuando pienso en Sistemas Creativos, pienso en sistemas que generan conocimiento nuevo y útil. Sistemas que generan ideas con valor. Sistemas que tienen la capacidad de recombinar el conocimiento disponible para generar más conocimiento. Y, específicamente, conocimiento que podría no existir. Que podría no haberse recombinado. La creatividad es la capacidad de generar conocimiento contingente. Y por ahí anda la diferencia entre invento y descubrimiento. Hay un concepto central en la Teoría de Sistemas, y en el Pensamiento Sistémico, que es el de Emergencia. Un Sistema Creativo es un sistema del que emergen, surgen, ideas. Las ideas son emergencias sistémicas de los sistemas de conocimiento. Y surgen como resultado de la interacción de los elementos que componen el sistema y de los procesos que ejecuta y recorre. Y eso hace, desde mi punto de vista, que el elemento central de un sistema creativo sea el sistema de conocimiento en el que opera. Porque sin conocimiento no hay creación. Y con la misma base podríamos afirmar que sin trabajo, sin proceso, no hay ideas. Y de ahí se deduce la importancia del entorno en el que el sistema (individuo, grupo, organización, cultura…) opera, porque es el entorno el que aporta en conocimiento de base, el punto de partida. El que alimenta el sistema de conocimiento. Y también de ahí, la importancia del trabajo, el famoso 90% de transpiración, y la afirmación compartida entre los grandes creadores cuando dicen que “el genio es trabajo”. Creo, como tú apuntas, que no llegaremos a saber cuál o cuales de las partes de un sistema tiene más influencia en los resultados, porque la diversidad de las interacciones que pueden producirse es lo realmente determinante en la producción de la emergencia, de la idea. La psicología ha profundizado en algunos de los elementos determinantes del “sistema persona”, y del “sistema grupo”. Pero las personas son a su vez una parte de esos sistemas más amplios que podemos designar como sistemas de conocimiento. A mi me gusta trabajar con un acrónimo para recordar algunos de los elementos que me parecen fundamentales. Que incluye el Entorno, la Motivación, los Objetivos, el Conocimiento, las Inteligencias implicadas, las Operaciones y Habilidades de Proceso, la capacidad de Negación y rebeldía, la Acción y el Trabajo, y las condiciones de Libertad y Limitaciones en las que se mueve el sistema. No son todos, pero son los suficientes para entender el concepto y para comenzar a profundizar en una nueva y espero que mejor forma de acercarse al fenómeno creativo. Y sus iniciales dan lugar a una palabra que además está en la literatura sobre la creatividad con un valor determinante y con demasiada frecuencia equivoco: E.M.O.C.I.O.N.A.L. Tengo que decir que en mi intención no está el asociarla con ningún significado de lo que en psicología pertenece al terreno de lo emocional (cualquier cosa que eso sea), sino potenciar su capacidad para memorizar y hacer memorizables esos elementos centrales. O sea, que no me atrevería jamás a decir que la creatividad es una capacidad EMOCIONAL, porque llevaría sin duda a demasiados equívocos. KT: Me gusta la idea de un acrónimo. Y quieres explicar un poco más estos elementos que enumeras como fundamentales para la emergencia de algo nuevo. JR: Son prácticamente los que están descritos y explicados, como elementos “determinantes”, en la literatura sobre creatividad e innovación. Y provienen tanto del campo de la psicología, como de la sociología o de la antropología cultural. Y en el acrónimo, desde luego, no están todos, aunque espero que si los más importantes para entender el carácter sistémico de la creatividad. El modelo sería mucho más complejo. En todo caso, me gustaría señalar ahora la importancia de dos en especial, porque creo que añaden claridad a este paradigma sistémico. El entorno, y la inteligencia. O, mejor dicho, el entorno y las inteligencias. Mario Bunge, que afirma que un sistema social humano es un sistema constituido por personas y sus artefactos, propone un esquema para explicar un sistema mediante la terna < composición, entorno, estructura >, o CME en forma abreviada. Y dice que “La representación más simple de un sistema concreto en un momento dado es la lista de su composición, entorno y estructura. m(s) = < C(s), M(s), E(s) > La composición (C) es la colección de las partes del sistema (s). El entorno, el medio, (M) es la colección de cosas que no están dentro del sistema y que están conectadas con partes del sistema. La estructura de s (E) es la colección de relaciones entre los miembros de s más las relaciones entre estos y los de M(s).” El sistemismo considera el entorno como un elemento fundamental, porque es en él donde se concretan las posibilidades de cambio de cualquier sistema. Un sistema que no interactúa con su entorno es un sistema cerrado, y un sistema cerrado es un sistema que no evoluciona, que no cambia. Es, literalmente, algo imposible, pero todavía estamos atados a formas de pensar que rechazan la importancia del entorno como elemento explicativo de la evolución y el cambio. Y, en concreto en el ámbito de la creatividad, poniendo el acento de forma casi exclusiva en los procesos intrapsíquicos. Desde una concepción sistémica, el entorno es uno de los elementos fundamentales al considerar cualquier sistema. Porque sin él es imposible comprender y explicar el funcionamiento de ningún sistema. Y, en concreto, hablando de sistemas de conocimiento, es imposible entender sus cambios sin considerar la interacción con el entorno en que los sistemas concretos operan. La otra cuestión que me ha interesado vivamente es el tema de las inteligencias. Porque tiene una importancia fundamental para entender los procesos de generación de ideas. KT: Supongo que te refieres al concepto de las Inteligencias Múltiples de Gardner que a mi me ha ayudado mucho a comprender mejor mi propia capacidad creativa y la de mis hijas y de otras personas de mi proximidad. JR: Sí, Para mi fue como una revelación, porque me permitió entender por qué algunas personas que se manifestaban como manifiestamente “inteligentes” eran incapaces de algunas tareas que otras, significativamente “insuficientes”, acometían con éxito con una facilidad pasmosa. Supongo que la idea de esas inteligencias múltiples estaba por ahí, flotando, y únicamente hacia falta contrastarla y documentarla científicamente. Porque desde antiguo se habla de los talentos. Y siempre hemos admitido que hay gentes con talentos especiales. La inteligencia, tal como la entendíamos (y sobre la que nunca existió un consenso definitivo), hace referencia a la capacidad de comprender y adaptarse al entorno, y a las habilidades para manejar ideas complejas, aprender de la experiencia, razonar, reflexionar, planear, resolver problemas, pensar de manera abstracta,… Habilidades, operaciones y procesos que están íntima y profundamente relacionados con la capacidad creativa, con la capacidad de idear. Hasta hace realmente muy poco, manejábamos el concepto como si la inteligencia fuera una única y definitiva entidad. Ahora, gracias a Howard Gardner y su equipo de la Universidad de Harvard, pensamos que ese esquema no era especialmente acertado. Gardner ha identificado ocho tipos de inteligencia: Lingüística, Lógico-Matemática, Espacial, Musical, Cinestésica, Intrapersonal, Interpersonal, y Naturalista. Y lo importante para nosotros, más que el que esas inteligencias sean más o menos de ocho, es la aportación que abre para una reflexión sobre la genialidad y sobre la creatividad “sectorial”. Sabemos que las inteligencias, como la propia capacidad creativa, son diferenciales. No hay dos seres humanos iguales en esas capacidades. Y ahora podemos explicar lo que hace poco sólo podíamos intuir: Por qué existen individuos y grupos altamente productivos en un determinado campo, y prácticamente inútiles para otros. Por qué algunos son capaces de desarrollar grandes obras en un área de conocimiento y se muestran incapaces de llevar esa capacidad a otros ámbitos vitales. No se puede ser músico sin inteligencia musical. Ni arquitecto sin inteligencia espacial. Ni bailarín, o coreógrafo sin inteligencia cinestésica. No podemos crear en áreas que están lejos de nuestras inteligencias específicas. Los análisis que han intentado relacionar el CI con la creatividad parecen demostrar que no hay una relación lineal entre ese CI y la creatividad, y que a partir de un CI próximo a la media la capacidad creativa no correlaciona con esa medida. Me gustaría saber cuales serían los resultados de esos estudios si se realizaran sobre la base de esas inteligencias concretas, específicas, y se relacionaran con los logros creativos en campos concretos. Pero bueno…hay que volver. Tal vez me esté alejando demasiado de la cuestión que planteabas, y deba retomar el tema que nos ocupaba. La aproximación sistémica a la creatividad. Algo en lo que, como comentabas, han trabajado tanto Teresa Amabile como Csikszentimihalyi, desde el campo de la psicología, o Richard Florida desde la sociología. Este último habla de las tres Tes que tiene un sistema creativo: Talento, Tecnología y Tolerancia. Amabile habla de Conocimiento, Motivación y Habilidades de pensamiento. Y Mihaly plantea también un modelo con tres elementos. Pero él si incluye el entorno en su modelo de sistema. KT: Personalmente me convence mucho este último modelo a que te refieres, el modelo de la creatividad de Mihaly Csikszentimihalyi [2004]. Este modelo explica la acción creativa como la interacción de tres elementos fundamentales: 1. una cultura que engloba reglas simbólicas, 2. una persona que produce algo nuevo para un dominio simbólico y 3. Un grupo de peritos que reconoce y aprueba una nueva propuesta. El resultado es un cambio en un dominio simbólico de la cultura. Consecuentemente, si no hay un cambio de ideas, de conocimientos, de valores o de emociones en una comunidad cultural, para Csikszentimihalyi no se trata de un resultado proveniente de una acción creativa. Me recuerdo que tú también me hablaste una vez de un concepto que inventaste, el concepto del cambio 3. JR: Lo del Cambio 3 fue en realidad un juego para explicar a mis clientes del mundo de la empresa el carácter simbólico de las ideas, y relacionarlo con los dos tipos de cambio que desde una concepción sistémica podemos definir. El cambio 1, un cambio adaptativo, incremental, en el que el sistema cambia pero sigue siendo sustancialmente el mismo. El cambio 2 es un cambio de sistema. Un cambio radical. Un cambio en el surgen nuevos sistemas y nuevas emergencias. Por explicarlo tal vez con demasiada simplicidad pero espero que con total claridad, el cambio 1 sería el cambio que experimenta el agua cuando sube de temperatura. El cambio 2 cuando el agua entra en ebullición, y se convierte en vapor, o cuando se congela y se hace hielo. El cambio 2 hace referencia a la aparición de nuevas recombinaciones, de nuevos sistemas. El cambio 3 es el cambio en el mundo de las ideas. El cambio simbólico. Y, lógicamente, incluye tanto el cambio 1, la evolución de las ideas ya existentes, como el cambio 2, y la aparición de ideas radicalmente nuevas por recombinación de elementos o interacciones nuevas. El nombre viene como una especie de guiño al Mundo 3 de Popper. Lo que él explicaba como "El mundo…de las ideas en sentido objetivo, el mundo de los objetos de pensamiento posibles: el mundo de las teorías en sí mismas y sus relaciones lógicas, de los argumentos y de las situaciones problemáticas tomados en sí mismos". “El mundo de los productos de la mente humana”. Y pensé que sería explicativo asociar el concepto de cambio al cambio en el mundo de las ideas. El mundo 3. Es, sin más, una herramienta conceptual. Un instrumento para explicarme y hacerme entender. Pero…volviendo a los sistemas, recuerdo que el modelo de Csikszentimihalyi incluía algunos matices sobre la cuestión del entorno que tal vez sea interesante comentar. ¿Te parece? KT: Pues, Csikszentimihalyi hace hincapié en el concepto de dominio. Y por dominio entiende un campo especializado, como por ejemplo la arte, que a su vez puede ser subdividido en los dominios de la pintura, la escultura, la arte digital, etc. Cada dominio está anclado en una cultura que comparte un conocimiento simbólico. Lo nuevo sólo nace a partir de lo existente y en comparación con lo antiguo. Así, una acción creativa, y consecuentemente un resultado original, solo puede emerger cuando hay una desviación o una ruptura con las reglas establecidas en una cultura y en un dominio específico. Y quien reconoce un desvío y decide que algo nuevo tiene valor para una determinada comunidad porque incentiva la evolución cultural, son los especialistas del dominio. En la arte son los críticos y otros periodistas, los comisarios de exposiciones, los directores de museos, los coleccionistas y otros compradores, etc. Así, en el modelo de Csikszentimihalyi el individuo no es un sistema creativo completo, sino solo un sub-sistema, que actúa creativamente cuando desarrolla una idea nueva a partir de los símbolos de un dominio de conocimiento y cuando esta nueva idea es reconocida por los respectivos peritos del dominio de conocimiento. Otra implicación de su perspectiva es que la innovación en un área específica no depende solo del conocimiento y de la capacidad creadora del individuo, sino también del conocimiento y de la capacidad de reconocer, apreciar y divulgar lo nuevo por parte de los especialistas. Y también depende del acceso al dominio y de su posicionamiento en el ambiente cultural. E igualmente depende de la receptividad de la sociedad que puede en un determinado momento histórico estar cerrada a nuevas ideas, por motivos socio-culturales o políticos. JR: En definitiva, del entorno. El terreno, el sistema, en el que realmente se produce la innovación. Innovar es generar cambios nuevos y útiles para el entorno y para el sistema que los produce, y el entorno tiene que aceptar esas propuestas de cambio para que podamos hablar de innovación. La innovación es un hecho social. Y se produce en el sistema en el que el sistema creativo existe. Los especialistas, los expertos, son parte de ese entorno. KT: Pues si, y de esta manera, el modelo sistémico de Csikszentimihalyi explica las frecuentes oscilaciones en la evaluación de obras innovadoras. Pensamos, por ejemplo, en artistas como Rafael, Van Gogh o Warhol que alternadamente fueron considerados artistas marginales y pintores consagrados. Sólo fueron reconocidos como individuos muy creativos cuando un número suficientemente importante de peritos quedó convencido de que sus obras representaban una contribución importante para el dominio del arte. Actualmente se puede observar en el dominio del arte contemporáneo y en otros dominios visuales como el diseño, la publicidad, el webdesign, etc. una enorme receptividad para nuevas ideas y productos. Pienso que es una tendencia socio-cultural al nivel global en las sociedades de consumo y de abundancia, por la demanda de los mercados (la gente busca nuevos entretenimientos y nuevos símbolos de estatus) y gracias a la fluidez económica de muchas personas. JR: Esta idea de los expertos del campo siempre me ha parecido inquietante. Como ya hemos comentado el entorno es determinante, y los expertos de algunos campos lo son sin ninguna duda para quienes generan las ideas. Y es muy cierto que a veces el tiempo de las ideas no es el tiempo del entorno y se producen desajustes que dificultan las innovaciones. En el mundo del arte, con frecuencia las ideas van por delante de los expertos. Y también por delante de los intereses de esos expertos. Y algo así sucede en el mundo de la tecnología, plagada de afirmaciones de “autoridades” que vaticinaban la inutilidad del cine, del teléfono, del ferrocarril…y de prácticamente cualquier cosa que se adelantaba al tiempo del experto. En el nivel humano, de los creadores, esa capacidad de bloqueo de los expertos, auténticos guardabarreras (gatekeepers) del campo en el que trabajan es sin duda dolorosa y a veces cruel. Y otras veces también tramposa. Pero desde una visión sistémica, quienes proponen y generan las ideas, (los “ideantes”), son partes de un sistema de conocimiento en acción, en el que se generan múltiples opciones que el entorno tiene que seleccionar y priorizar. Y ese es un papel fundamental. La psicología pone el acento en los individuos, pero si miramos el sistema más amplio que podemos considerar, el “sistema humanidad”, empezamos a comprender el papel de las partes de forma diferente. Somos un inmenso sistema creativo en el que los individuos somos partes de otros sistemas en los que vivimos, en los que trabajamos, y en los que contribuimos a una realización mucho más amplia que la individual. La psicología se centra en los individuos, y desde ahí hace sus propuestas y sus valoraciones. Pero la labor de esos individuos es mejor comprendida si la contextualizamos, si la enmarcamos, si la comprendemos como perteneciente a la acción de un sistema mas amplio. Esto es muy notorio en nuestros días, con los medios de comunicación que disponemos. Especialmente en Internet es perfectamente visible la presencia de un sistema formado por multitud de individuos que literalmente están construyendo nuevas formas y nuevas culturas desde aportaciones que parecen minúsculas, pequeñas, intranscendentes, pero que sumadas y acumuladas a las de otros individuos y grupos están haciendo emerger a toda velocidad montañas de nuevo conocimiento. Nuevos lenguajes, nuevos procesos, nuevos productos que literalmente invaden el mundo “virtual”, y que se van decantando en nuevo conocimiento que se consolida y realimenta el conocimiento existente. Un ejemplo claro de sistema creativo masivo en acción, que la velocidad de Internet permite comprender. Y un sistema en el que el entorno se ha quitado de encima a los expertos, gracias al contacto directo entre los productores y los consumidores del conocimiento nuevo. Un sistema que está cambiando hasta lo más intocable del sistema de conocimiento que conocemos: la propiedad intelectual. Y que está alumbrando una cultura nueva del conocimiento, con valores también nuevos en los que el conocimiento se percibe como un bien cultural abierto, libre, y sin dueños. Un sistema que cumple casi al pie de la letra las condiciones que Arieti relaciona cuando describe una cultura “creativogénica”: disponibilidad de medios materiales y culturales, apertura a los estímulos de la cultura, hincapié en el futuro y no sólo en el presente, libre acceso de todos a los medios culturales, sin discriminaciones, posibilidad de expresar opiniones libremente, contacto con otras culturas y valores, tolerancia hacia las opiniones divergentes, interacción e intercambio entre individuos creativos, y la promoción y recompensa de las aportaciones creativas. Internet y las nuevas tecnologías son un inmenso y magnifico laboratorio para el estudio de los sistemas creativos. KT: Pero además de todo eso, existe un factor que pone en marcha la energía necesaria para crear. Y así llegamos al tema de la pasión. Pienso que el mayor motor para la creación de algo nuevo es - aparte de la simple supervivencia y reproducción - el placer y la sensación de felicidad y satisfacción que un individuo siente, cuando está en medio de un proceso creativo, en medio de un nuevo descubrimiento o una nueva invención. La pasión surge de este placer y también del orgullo de ser parte de un sistema que hace emerger nuevas ideas, nuevos artefactos y nuevo conocimiento. Es el placer de la transpiración que hablas arriba. Y la motivación de continuar transpirando, lo que podemos llamar dedicación. Para al final recibir el aplauso cuando el resultado surge. El aplauso de si mismo y de otros espectadores. Como un atleta que ha llegado a su meta. Y el público aplaude, porque obtuvo placer al mirar la carrera. O también el placer al mirar el resultado. Lo que impulsa a un sistema a crear no es principalmente la busca del éxito, del dinero o de otra recompensa (claro que también lo es), sino sobre todo la posibilidad de hacer algo que le gusta y convence. Ya has mencionado arriba el concepto de la motivación intrínseca de Amabile, que entiende por motivación intrínseca el sentimiento de placer en realizar una tarea sin ningún motivo externo. Otro impulso para la creación también es la busca de nuevas experiencias estéticas y éticas. De lo que se puede enorgullecer. La pasión se encuentra en el proceso de descubrir algo nuevo que es bello (en algún sentido) y útil para alguien, o de desarrollar algo que sorprenda (positiva o negativamente) a un público. JR: Yo creo que lo que impulsa a un sistema a crear es…que tiene que crear. Para un sistema cerebral como el tenemos, no es posible no crear. El cerebro en funcionamiento genera la mente, y la mente genera pensamientos. Somos seres simbólicos. Somos seres conscientes. Somos seres analógicos. Somos seres culturales. La ideación está en nuestra naturaleza. Y los procesos de realimentación y de autoorganización llevan sin remisión a la aparición de nuevas ideas. Lo interesante es saber qué es lo que nos hace crear más, qué es lo que propicia la aparición de ideas radicales. Y ahí aparece esa forma de energía que llamamos pasión. Y que a buen seguro tiene que ver con el placer de utilizar las capacidades que poseemos, y con la química del cerebro, ese enorme campo que se va desplegando a toda velocidad en los últimos años. A mi, personalmente, me llama mucho la atención la alegría con que dibujan los que saben dibujar. Lo bien que se lo pasan. El placer que les proporciona reproducir la realidad, e inventar realidades visuales inesperadas y originales. Creo que eso tiene que ver con el placer de explorar lo que somos capaces de hacer con lo que somos y tenemos. Y creo que ese placer se produce cuando lo que hacemos surge con facilidad. Cuando tenemos y utilizamos la inteligencia adecuada para lo que nos planteamos. Lo contrario genera frustración. Y es muy notorio cómo el placer se torna en frustración cuando no podemos – porque no podemos – hacer lo que queremos hacer. KT: Estoy muy de acuerdo con tu observación. Citas los conceptos de realimentación y de autoorganización y eso me lleva al concepto de la autopoiesis de los sistemas cognitivos. Esa capacidad del hombre de autorenovarse y autoorganizarse como sistema vivo es una característica que identificamos con la palabra griega "autopoiese" (autocreación). El hombre necesita ser creativo para proyectarse en el mundo y para construir en cada momento su propia visión del mundo. Incluso el acto de la percepción es autopoietico. Pero de la percepción podemos hablar mas tarde. Volviendo a los sistemas autopoiéticos... se trata de sistemas estructuralmente especificados: su estructura determina los cambios estructurales que se pueden permitir [Maturana y Varela]. En las Ciencias Cognitivas se ve el cerebro como un sistema auto-organizado y auto-referente, un sistema que se refiere también a si mismo. El neurocientífico Gerhard Roth define como auto-referencia del cerebro la capacidad de interactuar recurrente o circularmente con los propios estados (o patrones), siendo cada estado el resultado de la interacción con estados anteriores. La estructura cognitiva del hombre depende de la herencia genética, de las inteligencias especificas y de todas las experiencias de vida que han contribuido para la construcción de una nueva estructura cognitiva, cada día, cada minuto, cada segundo; o sea, depende de su ontogénesis individual y de su historia particular de interacciones sociales. Pero auto-referencia no significa aislamiento: el cerebro puede ser influido por acontecimientos de su ambiente por vía de la percepción sensorial, pero los efectos de las influencias exteriores son determinados por él mismo a través de su organización funcional. Consecuentemente, cada ser humano está solo en el mundo en cuanto sistema cognitivo autopoiético y tiene que existir en una realidad que depende del individuo mismo. Y solo dentro de esta realidad y de su sistema cognitivo, existe lo que llamamos "libertad creativa" [Maturana]. El hombre sólo puede pensar y crear, lo que es capaz de pensar y crear. O dicho en negativo: el hombre no puede crear, lo que no es capaz de crear. Los límites de nuestra estructura cognitiva, de nuestras habilidades de pensamiento y de nuestro conocimiento adquirido son los límites de nuestra capacidad de crear nuevos mundos visuales. Hoy, con las nuevas tecnologías digitales, y no solo en el ámbito visual, en principio todo se puede realizar. Ahora sólo depende de la capacidad creadora de la persona, de su equipaje socio-cultural, de sus experiencias de vida, de su formación, etc. Y es justamente esa perspectiva de vida subjetiva individual lo que vuelve interesante la vida de cada persona, y lo que hace posible la creación de algo nuevo; algo nuevo sobre todo para otras personas con otras experiencias de vida y otro perfil genético. Pienso que la capacidad de crear algo sorprendente se encuentra en la diferencia de los desarrollos ontogenéticos y biográficos que aportan la materia prima al individuo para crear algo nuevo en un determinado campo especifico del conocimiento. Juan, tu mencionaste "el placer de explorar lo que somos capaces de hacer con lo que somos y tenemos". Es exactamente lo que pienso. El artista plástico, el diseñador o dibujante sienten ese placer del que te maravillas porque su actividad de trabajo se funde en sus herencias genéticas, en sus inteligencias especificas, en sus vivencias y experiencias culturales, educativas, sociales, políticas, etc. Cuando crean, hacen lo que son capaces de hacer. Y por eso mismo, les da placer. Cuentan a su público historias que son las historias de sus experiencias y mundivivencias. Y sienten placer en el proceso de contar, y también en la admiración y fascinación de su público. Y esas sensaciones de placer probablemente les da la necesaria energía para dedicarse a una tarea hora y horas, días y días. Alguien que ejerce una actividad solo por razones económicas u otras razones forzadas, pero sin la sensación de placer, evidentemente no tiene la misma dedicación al asunto… Y ahora pensando en algunos de mis amigos artistas que me hablan a veces de los momentos de desesperación que sienten en sus procesos creativos, pienso que incluso en esa sensación de sufrimiento cuando un trabajo no avanza como les gustaría, está presente el placer: el placer de vencer un bloqueo y llegar finalmente al tan deseado resultado. Y así volvemos al tema de la pasión. Pasión para mi tiene que ver sobre todo con dedicación. Con el gusto y la motivación de dedicar mucho tiempo a un asunto, incluso cuando a veces no avanza. Con la intensa dedicación a una tarea, el hombre se abstrae de si mismo, del tiempo y del espacio cuando está inmerso en una actividad que disfruta. Csikszentimihalyi llama a ese momento una experiencia "flow". Se trata de una experiencia que se basa en la motivación autotelica (por el 'amor' a la cosa en si). Toda la atención disponible de una persona esta completamente invertida en la actividad momentánea. Según Csikszentimihalyi, la percepción de una tarea y la existencia de las capacidades necesarias para enfrentar el desafío percibido, son la condición indispensable para que surja una experiencia flow. Un desafío demasiado exigente puede llevar a estados de recelo, de inseguridad o incluso pánico, o sea, emociones y sentimientos negativos que bloquean el proceso de pensamiento. Si las capacidades de un individuo están a la altura del grado de exigencia de un determinado desafío y el grado de exigencia es suficientemente estimulante, la calidad de la experiencia mejora de modo significativo, porque el individuo está motivado para dedicar la totalidad de su atención a la tarea. Es la voluntad del propio individuo la que mantiene la atención fija en una determinada área del estímulo, en vez de dejarla vagar por otros objetos. Si, por el contrario, los objetivos no son claros, los desafíos son demasiado exigentes y el feed-back escaso, el proceso creativo puede verse rápidamente bloqueado. La decisión de alguien en realizar alguna tarea depende además de sus prioridades, que remontan a sus necesidades. JR: Lo que viene a plantear Csikszentimihalyi es algo perfectamente lógico y válido para prácticamente cualquier actividad. Es la consecuencia de la realimentación que hace que experimentemos refuerzos positivos o negativos como resultado de nuestras acciones. Y que aparezcan, o no, las frustraciones. Y el cansancio. Y el abandono. Si no somos capaces de saltar 1,75 metros... dejaremos de intentarlo con toda probabilidad. Si no somos capaces de memorizar lo suficiente, dejaremos de estudiar materias que requieran mucha memoria. Y si no lo dejamos voluntariamente...el entorno nos empujará a dejarlo. La frustración del logro esperado actúa como un refuerzo negativo para cualquier acción. La gratificación desde el entorno, por el contrario, genera una carga de refuerzo positivo que predispone a la repetición. Esto vale para prácticamente cualquier comportamiento o acción que interactúe con un entorno, tanto de forma finalista como arbitraria, azarosa o errática. Y vale también para la generación de ideas. Para la acción de ideación. Por eso me parece especialmente importante el ejercicio creativo. La ideación sin finalidad ni motivo aparente. Porque de la misma forma que se desarrollan los músculos y las habilidades que nos permiten saltar más y mejor, y de la misma forma que podemos ejercitar la memoria, podemos practicar y perfeccionar las habilidades del pensamiento creativo, y prepararnos para soportar las incertidumbres de cualquier actividad que nos plantea el reto de lograr algo difícil. Incertidumbres y resistencias al cambio que todos los sistemas poseen, y que en la mayoría de los casos tienen que ser superadas con energía y persistencia. Manteniendo la intensidad. Manteniendo la tensión entre lo que tenemos y lo que queremos tener. Entre lo que hacemos y lo que queremos hacer. Cuando esa tensión es suficiente, y cuando se mantiene, se activa el sistema para resolver el problema en el que se trabaja. Hace falta energía. Hace falta trabajo. Hace falta ilusión. Motivación. Identificación. Confianza. Implicación. Y hace falta tiempo. Dedicación. Y Perseverancia. No todos los creadores lo consiguen. Y todo ello repercute en la capacidad de generar ideas. Aumentándola. O disminuyéndola. KT: Te doy toda la razón en que el pensamiento creativo y las actitudes que lo facilitan, pueden y deben ser desarrollados y mejorados. Aunque hoy en día toda la gente valora el cuidado y entrenamiento del cuerpo y sus músculos (cada día hay más fitness estudios), hay muy poca gente que reconoce la necesidad de mayor “entrenamiento” de los músculos del cerebro ¿Por qué nadie abre un “mental fitness Studio”? - ¿Que tal Juan, no seria un proyecto bonito para nosotros? Tendríamos que buscar o inventar unas máquinas que sirvieran para entrenar las habilidades del pensamiento creativo. O contentarnos con las herramientas que ya existen y que en la mayoría de los casos funcionan bien: El Brainstorming para la activación intensa de la memoria y para un pensamiento intuitivo y emocional, para dejar fluir las ideas. El Mapa Mental para la flexibilidad del pensamiento y para desarrollar la habilidad de alternar entre análisis y síntesis, y para encontrar conexiones entre diversos asuntos. La Sinéctica para la producción de analogías, para cruzar conocimientos de varios dominios simbólicos. La confrontación semántica y aleatoria para la producción de asociaciones infrecuentes. … Porque alguien que ya ha realizado muchas analogías, desarrollará, con el tiempo, una gran capacidad para pensar analógicamente, de la misma manera que alguien que ya ha pintado muchos cuadros a óleo desarrolla una gran facilidad para trabajar esa técnica. Y es exactamente la interacción entre contenidos semánticos de un dominio simbólico (p.ej. pintura) y determinadas operaciones cognitivas (p.ej. pensar con analogías) lo que caracteriza el proceso de pensamiento creativo. Esta interacción conduce a la creación de algo nuevo. Cada persona concibe permanentemente nuevas combinaciones simbólicas a través de la conexión de elementos del conocimiento almacenados en la memoria y activados por la percepción. Para eso sigue procedimientos mentales, que pueden ser descritos separadamente, pero que discurren casi siempre de forma combinada y simultánea en los procesos del pensamiento. A estos procesos mentales generativos pertenecen la evocación de estructuras existentes en la memoria, la creación de asociaciones con estas estructuras o sus combinaciones, la constitución sintética de nuevas estructuras, la transformación de estructuras existentes en nuevas, la transferencia de información por analogías de un área a otra, y la reducción categórica, a través de la cual las estructuras existentes son conceptualmente reducidas a estructuras mas simples. JR: Ahí está, implícitamente, el fenómeno central de todo proceso de generación de ideas: La recombinación del conocimiento. La remezcla en nuevas síntesis significativas. La reorganización de los estímulos y conocimientos para formar nuevas totalidades. Nuevas Gestalts. Nuevas percepciones con significado y totalidad. Nuevos sistemas de conocimiento. Este es realmente un área apasionante. De todas las escuelas psicológicas, la de la Gestalt es, para mí, la más útil para pensar en el fenómeno de la ideación. Porque viene a demostrar que la percepción es un proceso creativo en el que generamos nuevas formas de ver y de comprender. Creamos con lo que conocemos, con lo que sentimos, y con lo que finalmente percibimos. Y, esto es lo bueno, también creamos lo que percibimos. Porque aunque todos veamos, sintamos, notemos, olamos, toquemos, y oigamos lo mismo, podemos no percibir lo mismo. No construimos lo mismo. Porque de la misma forma que sólo creamos lo que podemos crear, sólo percibimos lo que podemos percibir. Y todos percibimos de forma diferente. Eso está en la base de la ideación. KT: Coincido plenamente. El pensamiento creativo realmente tiene mucho que ver con la percepción humana. Porque pensar creativamente significa ocuparse fundamentalmente de las posibilidades, “con aquello que podría ser”, y por eso está estrechamente ligado al proceso perceptivo. Pensar creativamente significa mirar a las cosas por otro ángulo; ver lo que otros no ven. Y ahí entra el papel fundamental de la percepción, de la manera de ver, oír, sentir, oler nuestro medio-ambiente. La manera de estructurar y construir nuestro mundo, los estímulos e informaciones recogidos por nuestros sentidos. Ya en los años cincuenta Rudolf Arnheim entiende que la percepción visual no es sólo un registro mecánico de las impresiones sensoriales, sino un verdadero entendimiento creativo de la realidad: fantasioso, imaginativo, inteligente y bello. Y quince años mas tarde señala en su obra "Pensamiento Visual" la separación jerárquica entre percepción y pensamiento, y defiende que no existe ningún proceso cognitivo que por lo menos en principio no resida en la percepción. Para los psicólogos gestaltistas, el pensamiento creativo comienza con la percepción de algo, con la tentativa de organizar las estructuras sensorialmente percibidas en un todo con sentido (“buena configuración”), muchos investigadores de la creatividad ven precisamente en la tendencia al “cierre inmediato de la forma” (premature closure of Gestalt) uno de los mayores bloqueos del pensamiento creativo. Varios ejercicios demuestran que muchos errores de pensamiento son, en realidad, errores de percepción, muchos bloqueos cognitivos son bloqueos perceptivos. Si la aplicación de las leyes de la Gestalt en la creación de imágenes conduce, por un lado, a una mejor perceptibilidad de las informaciones visualizadas (lo que puede, a su vez, ampliar la velocidad de recepción, de reacción y de decisión del observador), son sin embargo estos mismos principios de la percepción visual simplificada los que dificultan el pensamiento creativo, una vez que, aquí, la búsqueda de originalidad presupone evitar modelos y combinaciones conocidos. Por eso, me parece que la capacidad de jugar con imágenes e ideas inacabadas durante bastante tiempo, y de no llegar precozmente a una decisión definitiva, es una característica específica de personas muy creativas. Pues solo una percepción no estereotipada y la resultante de la unión de dos matrices de percepción, o de un pensamiento distante, puede conducir a ideas nuevas y originales. Una percepción automática, inconsciente y no dirigida normalmente bloquea la creación de nuevas ideas o imágenes, porque el individuo tiene la tendencia de organizar mentalmente los estímulos del ambiente de la manera más simple, más rápida, más familiar. Por esta razón, las ideas diferentes solo pueden emerger a través de tres tipos de fenómenos perceptivos: 1. a través de un error perceptivo, 2. a través de un mal funcionamiento de partes del cerebro (como por ejemplo en casos de esquizofrenia o de alucinaciones provocadas por el consumo de drogas) y 3. a través de una percepción consciente, atenta y conducida. Independientemente de los actos defectuosos del aparato perceptivo, un proceso perceptivo intencionalmente dirigido a determinados intereses puede evitar, sobre todo en este caso, una percepción estereotipada y ser así parte de un proceso de pensamiento creativo cuando la persona dedica a un área determinada toda su atención y concentración. Algunos investigadores del cerebro que se ocupan del fenómeno de la percepción consciente y de sus perturbaciones, defienden la tesis de que la percepción consciente es una especie de actitud de focalización del cerebro en procesos internos propios, particularmente importantes en un determinado momento [Roth]. Debido a las experiencias ontogenéticas y a la auto-referencialidad del individuo, ese enfoque podrá ser limitado, pero es todavía flexible, en la medida en que se constituye de acuerdo con los sentidos, con las emociones y con la memoria. En relación al “entrenamiento” de la percepción consciente y dirigida (o mejor conscientemente dirigida), me gustaría recordar la existencia de métodos y técnicas de la heurística sistemática que implican directamente el cambio de conceptos y percepciones estereotipadas. Técnicas de Confrontación Visual o Relaciones Forzadas son, por ejemplo, herramientas valiosas en el entrenamiento de una percepción más creativa. Pienso que voy a proponer a los participantes en la charla presencial en el Macuf un ejercicio que ilustra la forma como puede ser desarrollada nuestra percepción, y así también nuestra capacidad creativa. JR: Una de las más nuevas herramientas es la que desarrolló Tony Buzan sobre la idea de los mapas conceptuales: Los Mapas mentales. Para los procesos de ideación es una técnica de gran utilidad, y de una sencillez insuperable. Recuerdo que te gustaba mucho utilizarla. ¿Continúas usándola? KT: Utilizo muchísimo esa herramienta. En contextos personales y profesionales. Por ejemplo preparo mis clases y presentaciones en conferencias con Mapas Mentales. Y en mis clases expongo frecuentemente materia teórica a través de un Mapa Mental. Pero también utilizo el Mapa para estudiar de una manera más lúdica y visual una materia temática concreta con mis hijas. El resultado de nuestros estudios, luego queda como decoración en las paredes de nuestra casa o en la escuela. Y sobre todo recurro al Mapa Mental cuando necesito explorar un asunto en la busca de nuevas ideas o conceptos. Esa técnica gráfica para mi es el mejor ejemplo de cómo se cruzan el placer de la creación de mundos visuales con el placer de mirarlos después. Es una herramienta del proceso creativo que se puede transformar en un trabajo artístico, en una publicidad o en un soporte de presentación temática. Es una técnica de visualización del pensamiento que representa gráficamente (en una combinación de palabras y imágenes) la conexión entre ideas, conceptos e informaciones. Desde una estructura radial a partir del centro, faculta una visión holística y sistémica de un asunto o de un proyecto. Aparte de incentivar la fluidez y flexibilidad del pensamiento, apoya paralelamente los procedimientos analíticos, asociativo-combinatorios y sintéticos. JR: Durante nuestra charla, en diferentes momentos, indirectamente ya hablamos del placer de mirar nuevas propuestas artísticas y otros tipos de imágenes. ¿Quieres profundizar un poco más? KT: Pienso que cada uno de nosotros siente diariamente que nuevas propuestas visuales, sean esas imágenes de la publicidad, de la televisión, de Internet o de exposiciones de pintura en museos, atraen nuestra atención con la energía de un imán. Son ideas fuertes visualmente, estéticamente bien compuestas, historias y curiosidades bien contadas, imágenes con humor o con poesía que provocan en nosotros momentos de bienestar y fascinación. La causa de ese placer es la oportunidad de escapar por un momento a un mundo diferente que permite todo. Y que alarga nuestras experiencias perceptivas y conceptuales, no solo al nivel visual, porque también activan los otros sentidos. Podemos saborear, oler u oír el sonido de un color, una forma o un patrón. Cada nuevo mundo visual nos entretiene, sorprende, entusiasma, o choca, y así, nos hace reflexionar sobre varios aspectos de la vida, en una perspectiva cotidiana o existencial. Y da alas a la fantasía y los sueños diurnos que a su vez son una fuente para nuestro pensamiento creativo. Buscamos nuevas imágenes para estimular nuestra creatividad. Pero sólo nos sorprende y agrada lo que no es repetición de algo ya visto, ya conocido. Es esa la razón por la que los especialistas en un dominio ya no sienten tanto placer en mirar las obras de otros autores en su dominio. Un pintor raramente se siente apasionado con la pintura de otro pintor y lo mismo vale para un escultor, un diseñador o un escenógrafo. Para el público en general, no especialista, es mucho más fácil entusiasmarse con obras artísticas que para los propios artistas. Estos, frecuentemente, se sienten maravillados por conocimientos o imágenes de otras áreas de conocimiento, como por ejemplo, por la biología, la física o las ciencias cognitivas. Pues cada observador busca en los nuevos mundos visuales, nuevos estímulos para su propio universo de reflexión y creación. Y por eso siente tanto placer cuando encuentra algo nuevo para él, algo que le emociona, algo que provoca cambios internos o incluso rupturas. JR: Únicamente nos llama la atención lo que es diferente. Lo que destaca. Esto también está en la base de la psicología de la percepción, cuando explica los conceptos de figura y fondo. El fondo es lo difuminado, lo confuso, lo borroso. La figura es lo que destaca. Pero la repetición convierte a todo en fondo y se agota y se pierde en la confusión de los estímulos difuminados. La repetición hace que las cosas desaparezcan. Y que pierdan valor y significación. Lo nuevo destaca. KT: Ya comentamos antes que el observador tiene un papel importante en la evaluación de lo que es considerado diferente, original o innovador. Sobre todo la biología cognitiva ha hecho una gran contribución a esa comprensión. El concepto del determinismo de las operaciones cognitivas del hombre nos explica lo siguiente: cuando un individuo y el contexto en que está son conocidos por el observador, entonces el individuo es un sistema previsible para el observador, y este no encontrará originalidad en lo que observa. Pero cuando una persona y su ambiente son sistemas desconocidos para el observador, entonces el observador parece encontrar nuevas combinaciones originales. Y como la persona observada y su ambiente son sistemas operacionalmente independientes para el observador, este no consigue prever el curso de las próximas interacciones. En este caso, el observador traslada su desconocimiento, y así piensa que el individuo puede elegir libre y creativamente entre varias alternativas y combinaciones posibles. Esta perspectiva cognitiva nos ofrece una comprensión complementaria de la creatividad y la originalidad: algo nuevo es algo visto en un contexto en el cual no podía ser previsto por quien lo observa. O sea: una creación nueva sólo puede ser reconocida como tal, si uno o varios observadores/críticos, basándose en su respectivo estado de conocimiento, lo afirman. Solo quien no podía esperar una determinada solución, evalúa ésta como nueva y original... JR: Por supuesto el entorno evalúa las “propuestas” de los sistemas que interactúan en él. Y por supuesto sólo lo inesperado puede parecer nuevo. Y también por supuesto el observador influye en lo observado. Pero no estoy muy seguro de entender en su totalidad lo que quieres decir. ¿Podrías expresarlo como un principio general, o con un ejemplo, o con una analogía? Creo que me ayudaría a comprender lo que creo que se me escapa. KT: Bueno... me explico con un ejemplo visual del universo infantil. Imagina dos niños en una clase de arte. El tema que el profesor propone es pintar la historia de un instrumento. Los dos niños realizan un dibujo en que están representados un piano y un animal, lo que en si ya es una combinación no evidente para un adulto, pero algo que se puede esperar del mundo de los niños. El primer niño dibuja una escena en que se ven unas seis teclas en dimensión gigante y un ratón por encima de una tecla barriendo el polvo entre las teclas. Una perspectiva no muy común para un niño de 8 años. Independientemente del primero, el segundo niño dibuja una cebra danzando al sonido de un piano, representado al lado. Los dos niños como sistemas creativos generaron una situación poco común. Fueron creativos. ¿Pero quien de los dos niños fue más creativo? ¿Que motivo es más original? Según la evaluación del profesor probablemente será el primero, porque la situación del ratón con la basura y la escala de las teclas es más sorprendente. Pero lo que el profesor no sabe, es que el primer niño tiene un piano en casa que ya toca hace tres años. Y además, el día anterior ha leído con su madre la historia del "Ratito Bemol", un rato que vive dentro de un piano y que le gusta tener su casa limpia. O sea, el primero niño “sólo” ha reproducido desde su memoria unas teclas del piano que tenia en su casa y una escena del libro que había visto el día anterior. Pero el segundo niño que no sabe tocar ningún instrumento, ni tiene un piano presente en su vida cotidiana, ha aplicado su imaginación y las habilidades del pensamiento creativo. Ha cruzado dos situaciones y ha realizado una combinación infrecuente. Había combinado su experiencia de una ida al jardín zoológico con el tema del instrumento. Una semana antes había admirado la belleza de la cebra y su manera de moverse, que lo pareció una danza preciosa. El tema del instrumento fue el estímulo para recordar esta observación. Las rayas en negro y blanco de la cebra las asocio con el piano. Y al lado del piano dibujó entonces la cebra bailarina. En tanto que el primer niño es elogiado por su creatividad, la capacidad de pensar creativamente del segundo niño pasa desapercibida o poco valorada. Si el profesor conociera el libro del "Ratito Bemol", comprendería que el primero niño sólo había reproducido una imagen de este libro, mientras el segundo niño había creado una combinación nueva a partir de su conocimiento, produciendo una analogía visual directa entre la cebra y el piano. Claro que en este ejemplo no estoy considerando ni la capacidad gráfica de los niños, ni otros criterios que también proporcionan informaciones sobre sus capacidades creativas, sino sólo el aspecto del motivo del dibujo. JR: El ejemplo me parece muy interesante, y creo que aclara bastante lo que quieres expresar. En todo caso creo que podrás profundizar en ello en la conferencia presencial. KT: Juan, pienso que por hoy nos quedamos aquí. Fue un placer cambiar y desarrollar ideas contigo. Espero que los lectores de nuestro dialogo, también encuentren algo nuevo, estimulante o sorprendente en nuestras reflexiones e intercambio de conocimiento. JR: A mi me gustaría cerrar con algunas consideraciones a modo de resumen. La primera es sobre la importancia del foco en nuestra actividad. Porque la cuestión no es si somos o no somos creativos. Lo somos. Lo somos si creamos y cuando creamos. Y estamos en sistemas que generan conocimiento sin parar. La cuestión es tener y desarrollar comportamientos creativos mejores y más eficaces. Para ser más lo que somos, y para poder ser lo que queremos ser. Siendo creativos. Siendo generativos. Generando innovaciones. La segunda, aunque a veces me parece que es la misma, es que la creatividad, nuestra capacidad para generar ideas, es la mejor herramienta que tenemos para hacer del mundo un lugar mejor. Para todos. Y para eso tenemos que empezar a convencernos que somos nosotros quienes creamos nuestras intenciones. Que las ideamos. Que las elegimos. Y que los retos que nos planteamos son los que definen, finalmente, la potencialidad de nuestras posibilidades de ideación. Y una tercera y final. En el proceso creativo humano se suceden y se superponen problemas y soluciones que se alimentan y se realimentan de los procesos individuales, grupales y culturales que se producen a través del tiempo. Todos los procesos ocurren en el tiempo. Y tenemos que considerar que cualquier proceso creativo individual participa en un proceso creativo más amplio, que se desarrolla en un tiempo y en un espacio que supera los límites de la temporalidad y los espacios individuales. Una pregunta formulada puede ser resuelta siglos después, cerrando el proceso sin participación de quien o de quienes lo iniciaron. Los procesos grupales, o individuales, son fases, momentos, periodos de esos procesos globales. Y eso está en el centro de un acercamiento sistémico a la creatividad. Vivimos en un proceso creativo global. Y todas y cada una de las personas somos y han sido importantes. Porque somos parte de sistemas creativos, y entorno de otros sistemas de generación de ideas. Y no podemos, ni aunque queramos, quedarnos al margen de ese proceso creativo que desarrolla la humanidad. Y ya está, Katja. Para mi también ha sido un placer este intercambio de conocimiento. Espero que en algún lugar y en algún momento esto sirva para que emerja alguna nueva idea. |