descargar 89.15 Kb.
|
"ESENCIAS DE COLORES, LA CURACION DEL ARCO IRIS" INFLUENCIA DEL COLOR EN NUESTRA VIDA EMOCIONAL Lic. Raúl E. Pérez INTRODUCCION La incidencia que el color produce en nuestros estados de ánimo, salud y hasta en los pensamientos ha sido objeto de estudio durante largos años por distintos científicos. Se cree que la preferencia de un color sobre otro puede relacionarse con el efecto sutil que ese color le hace sentir al individuo. Esto podría explicar la tendencia de algunas personas a utilizar, -por ejemplo en su vestimenta- determinado tipo de colores y a rechazar otros. El color es energía de luz visible, de cierta longitud de onda. Esta energía estimula todo nuestro cuerpo y no solo el sentido de la vista como algunas personas creen. Además, la energía del color estimula las glándulas pineal y pituitaria lo cual incide en la producción de ciertas hormonas las que a su vez tienen efecto sobre determinados procesos fisiológicos. Esta es una de las razones por las que el color tiene una influencia tan directa sobre pensamientos, estados anímicos y pautas de comportamiento. Asimismo, las investigaciones demostraron que ciertos colores estimulan la producción de hormonas y que otros la inhiben. También se ha descubierto que el dolor y la depresión mejoran cuando se aplica luz intermitente de colores brillantes. Se cree además, que el cerebro tiene respuestas específicas a diferentes frecuencias de luz intermitentes y de distintos colores. La experimentación señala que los trastornos del sueño pueden ser curados en poco tiempo con el sistema de la luz intermitente, mientras que la alteración de los estados de ánimo lleva alrededor de una a dos semanas. La cromoterapia es la utilización terapéutica de varias formas de color y luz para obtener el beneficio físico, emocional y espiritual del ser humano. Incluye la aplicación del color en diversas formas como el uso de luz colorida sobre determinadas zonas corporales, gemas y cristales de colores que son emisores naturales de rayos de luz, sistemas donde se combina la aplicación en puntos de acupuntura de rayos luminosos emitidos por aparatos especiales (cromoestimulador) y, modernamente, la utilización de elixires de luz, que contienen agua energizada por una fuente de color pura, de manera similar a otros remedios vibracionales que almacenan la información vibratoria de distintas energías. Sin embargo, puede extenderse el uso de la cromoterapia fuera del ámbito terapéutico, aprendiendo a utilizar la combinación de colores adecuados en la vestimenta, la iluminación del hogar o ámbito de trabajo, la decoración y pintura de los lugares que habitamos, e incluso combinar los colores de los alimentos que ingerimos. Ya se han mencionado distintas investigaciones sobre el color, y posteriormente seguiremos dando ejemplos y datos sobre las mismas. Sin embargo los orígenes de la curación por el color se los puede rastrear en el antigüo Egipto y otras sociedades como la Hindú y la China. Todas ellas tenían conocimiento del color y esto incluía su utilización en la curación. Había santuarios pintados de distintos colores que se usaban para realizar tratamientos. Esos templos de color estaban divididos en siete compartimientos y cada uno de ellos estaba pintado con uno de los siete colores del arco iris. Se colocaba a los pacientes en cada compartimiento de acuerdo a sus necesidades para la curación física o espiritual. El interés por la curación a través del color también se desarrolló en la Antigüa Grecia. Pitágoras, utilizaba y recomendaba el color para la curación. Todo este conocimiento y su desarrollo permaneció en estas culturas hasta la Edad Media, en la que, con el advenimiento del Cristianismo, estas prácticas fueron erradicadas y todos aquellos que utilizaban métodos de curación tradicionales fueron perseguidos. Estas artes se preservaron por medio de la tradición oral y secreta y pasaron así, solo de maestro a discípulo. Dos grandes médicos de la antigüedad utilizaban en su terapéutica el color. Uno de ellos fue Avicenna (discípulo de Aristóteles). Escribió un Tratado de Medicina donde estableció la importancia del color tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Utilizaba pociones de flores de distintos colores para el tratamiento. Por ejemplo: flores rojas para curar desórdenes en la sangre y flores amarillas o luz matinal para trastornos de la vesícula biliar. También advirtió los posibles peligros del color en el tratamiento, si se hace un uso inapropiado, de acuerdo a la dolencia.Por ejemplo una persona a la que le sangrara la nariz no debía exponerse a la luz roja u observar cosas de color rojo brillante porque esto podía estimular el flujo de sangre, mientras que el color azul podía suavizar y reducir el flujo. Más adelante, y ya en la Edad Media, Paracelso, utilizaba la luz y el color como elementos esenciales para recuperar la buena salud, junto a otros elixires, minerales y hierbas. Fue un respetado médico, astrólogo y alquimista. Después de la Edad Media, los conocimientos de Paracelso y otros alquimistas perdieron parte de su prestigio al surgir el racionalismo y la ciencia. Los racionalistas consideraban que todos los conocimientos debían seguros, evidentes y libres de dudas. Por ello todo lo que se relacionaba con lo sutil e intangible fue desechado del mundo científico. A finales del siglo XIX resurge el interés por la utilización curativa del color en Estados Unidos de América. En 1876 A. Pleasanton publica un trabajo donde informa sus descubrimientos sobre los efectos del color en animales, plantas y personas. Afirmaba que podía incrementarse el tamaño y calidad de las uvas si se las cultivaba en invernaderos con paneles azules y transparentes de vidrio. Tambien decía que la luz azul era adecuada para el tratamiento del dolor y la enfermedad en humanos. Su trabajo fue desestimado por los médicos de la época. Sin embargo otros médicos no solo investigaban sino que seguían publicando sus resultados. En 1877 Seth Pancoast publicó “Luces azules y rojas” y en 1878 E. Babbit publicó: “Principios de Luz y Color”. En 1896 realizó una segunda edición y atrajo la atención del mundo. Presentó una teoría de curación por el color y explicó el uso de colores como el rojo (estimulante de la sangre), amarillo y anaranjado (estimulantes nerviosos), azul y violeta (sedantes de todos los sistemas y antiinflamatorios). Desarrolló además artefactos, cabinas con vidrios coloreados y un tunel con filtros de colores especiales para aplicar luz en distintas partes del cuerpo. También estableció una correlación entre colores y minerales, a los que utilizaba como un complemento al tratamiento con luz coloreada. Además preparó elixires hechos con agua irradiada por luz solar filtrada a través de lentes de color, que luego se potentizaba en forma similar a los remedios homeopáticos. Es lo que hoy se conoce como Elixires de Luz y son utilizados por muchos cromoterapeutas. Finalmente la cromoterapia se expandió por Estados Unidos y Gran Bretaña y comenzaron a utilizarse aplicaciones de color en distintos malestares, de acuerdo a las investigaciones realizadas. A fines del siglo XIX la luz roja se aplicaba para prevenir la formación de heridas en casos de viruela. En cambio a los pacientes que sufrían de tuberculósis se los exponía a la luz solar y a rayos ultravioleta. A pesar de ello, los médicos de la época se manifestaban escépticos a las informaciones que surgían de estos trabajos. A principios del siglo XX en Europa, se comenzó a investigar por parte de los psicólogos que trabajaban en hospitales de salud mental, los efectos del color en los pacientes. Utilizando luces de colores, o pintando paredes de diferente color, se pudo apreciar que los pacientes depresivos puestos en habitaciones con paredes azules o verdes se calmaban notablemente. En esta etapa se produjeron interesantes descubrimientos en el uso del color. Rudolf Steiner, creador de la medicina antroposófica, sugirió que la cualidad vibracional de ciertos colores es amplificada por determinadas formas, y que ciertas combinaciones de forma y color ejercen un efecto destructivo o regenerativo en los organismos vivos. En las escuelas Waldorf, inspiradas por el trabajo de Steiner, las aulas se pintan para que estén en correspondencia con el estado de ánimo de los niños de acuerdo a los distintos estados de su desarrollo. En los espacios que ocupan los más pequeños, los colores son fuertes, magnéticos, cálidos, y a medida que van cambiando de aula, los colores cambian: el amarillo cuando ya tienen que estudiar más, los verdes y azules cuando empiezan a tener criterios propios y tienen que pasar por exámenes. Max Luscher profesor de psicología de la Universidad de Basle, afirmaba que la preferencia por determinados colores demuestran estados de la mente y/o desequilibrios glandulares, y que este puede ser un medio utilizado como diagnóstico físico y psicológico. De sus investigaciones surgió el Test de los Colores que actualmente se utiliza. Además de investigaciones en seres humanos, hubo fotobiólogos como el Dr. John Ott que demostró influencias del color en plantas y animales. DESCUBRIMIENTOS DE LA INFLUENCIA DEL COLOR EN LA CONDUCTA En la actualidad se utiliza la luz blanca de espectro completo para el tratamiento de anorexia, bulimia, insomnio, síndrome del jet lag, dependencia al alcohol y drogas, trastorno afectivo estacional o “depresión invernal” y para disminuir el uso de medicaciones en general. En una prisión pintaron cuatro sectores de la misma con colores diferentes. Al tiempo se comprobó que el comportamiento de los prisioneros variaba considerablemente de acuerdo al área donde estaba viviendo, aunque la selección del lugar fuese al azar. Los que estaban en los sectores rojo y amarillo, tenían una inclinación mayor a la violencia que los que estaban en los sectores azul y verde. Cabe remarcar, que en la prisión no se intentó realizar una experiencia, fue una observación de un hecho accidental, que sugirió interrogantes. Posteriormente, investigaciones experimentales dieron apoyo a las observaciones que ocurrieron en la prisión. Se demostró que observar luz roja incrementa la fuerza un 13,5% y extrae un 5,8% de mayor actividad eléctrica en los músculos del brazo. Actualmente se utiliza este descubrimiento para mejorar el desempeño de atletas. Sin embargo, la luz roja parece ayudar a los atletas que necesitan picos de energía cortos y rápidos, mientras que la luz azul ayuda a quienes requieren un nivel de energía más estable. Otras investigaciones encuentran que el color rosa tiene un efecto tranquilizante y calmante luego de varios minutos de exposición. Inhibe el comportamiento hostil, agresivo o ansioso. En Estados Unidos se utilizan celdas pintadas de rosa para reducir el comportamiento violento y agresivo de los prisioneros. Se ha informado una reducción de la fuerza muscular dentro de los 2.7 segundos de exposición a la luz de ese color. Las conclusiones indican que en un ambiente de luz rosada las personas no pueden ser agresivas porque este color agota la energía violenta. En cambio el amarillo debe ser evitado en ese tipo de ambientes por ser altamente estimulante. Se han llevado a cabo investigaciones sobre uniformes escolares. Para realizar este estudio y recopilar la información, se consultó a miles de escuelas y colegios en Inglaterra. En este trabajo se descubrió: que los niños que llevaban uniformes grises, tenían tendencia a emitir juicios de valor, se mostraban remisos a cooperar y los resultados de sus exámenes arrojaban un promedio bajo. En cambio los niños que llevaban uniformes azules cooperaban y ayudaban más, y obtenían mejores resultados en los exámenes Investigaciones dirigidas en otros campos demuestran que usar anteojos de color es muy efectivo en el tratamiento de dificultades de aprendizaje como la dislexia. La psicóloga Helen Irlen fue quien realizó este descubrimiento que fue tomado con escepticismo, hasta que investigaciones del British Medical Research Council lo confirmaron. En el año 1993 se desarrolló un artefacto óptico que se puso a disposición de los ópticos británicos para que pudieran detectar el color de tinta que ayudaba a la gente que normalmente lee las letras en el órden equivocado. Hasta hace poco tiempo se creía que la estimulación de la luz se relacionada ampliamente con el sentido de la vista. Sin embargo ha quedado establecido que aunque el color no sea visto, puede tener efectos psicológicos y fisiológicos bien definidos. Más aún, puede ser distinguido por ciegos, daltónicos y personas con otras dificultades visuales. El fenómeno llamado percepción dermo óptica o visión sin ojos, ha sido investigado desde los años 20. Pudo establecerse que sujetos con los ojos vendados podían describir bajo estados de hipnósis colores y formas colocados bajo un vidrio. En los años 60 se investigó en Rusia a Roza Kulesheva quién podía distinguir colores y formas con la punta de los dedos, así como podía leer de esta forma, teniendo los ojos vendados. Se demostró además que esta mujer no poseía condiciones excepcionales. Uno de cada seis sujetos sometidos a experimentación podía reconocer el color con la punta de sus dedos luego de un entrenamiento de solo media hora. Los ciegos, desarrollaban esta sensibilidad más rápidamente. Las claves para comprender cómo el color o la luz influyen en el organismo se relacionan con la investigación sobre el funcionamiento de la glándula pineal, considerada nuestro “reloj biológico” la cual regula una gran cantidad de ritmos del organismo. Esta glándula produce dos hormonas bien diferenciadas: la melatonina, un elemento químico por el cual los animales y el hombre responden a la luz y sincronizan sus funciones corporales con las variaciones diurnas, lunares y estacionales. La otra hormona es la serotonina, un neurotransmisor muy importante para el funcionamiento cerebral y cuya acción (cuando existen desniveles) se relaciona con perturbaciones mentales graves como la esquizofrenia y estados alucinatorios. La producción de serotonina se realiza durante el día, mientras que la de melatonina se incrementa cuando llega la noche y la oscuridad, por ello se favorece el sueño nocturno. Asimismo, la melatonina tiene un efecto generalmente depresivo. A la inversa, este se revierte cuando hay iluminación incluso artificial o durante el día, donde la producción de melatonina disminuye. Se ha comprobado que los cambios en la producción de melatonina en respuesta a la luz pueden influir a cualquier célula del cuerpo y que, muy especialmente los procesos reproductivos, son altamente sensibles a estas variaciones. Otra observación interesante: se han hallado niveles muy altos de melatonina en mujeres con problemas de ovulación y anorexia nerviosa, en hombres con baja cuenta de esperma y personas que sufren el Trastorno Afectivo Estacional o “Depresión Invernal”. Además, la depresión en general parece tener estrecha relación con los niveles de melatonina. Personas con este padecimiento muestran una rápida mejoría cuando son expuestos a luz natural o a terapia de luz usando lámparas de espectro completo. También se ha confirmado que ciertas zonas del cerebro no solo son sensibles a la luz sino que responden concretamente a las diferencias en la longitud de onda, o sea a diferentes colores. Estos estímuos interactúan con el sistema endócrino estimulando o reduciendo la producción hormonal. La cromoterapia más allá de poder utilizarse para el tratamiento de determinadas patologías, puede incorporarse a la vida cotidiana, a la industria, al hogar, y al arte. De hecho, vivimos sumergidos en un mundo de colores. Ejemplos: Se ha demostrado en experimentos que el tiempo de reacción muscular es mucho más rápido bajo el efecto de la luz roja que de la verde. Este conocimiento se ha aplicado con éxito en líneas de montaje en las fábricas. Asimismo, usando determinados colores en las paredes y maquinarias, se pueden mejorar la moral, eficiencia, presentismo y disminuir la tasa de accidentes en empleados. En el diseño de interiores también se aplican estos conocimientos para crear ciertas sensaciones y estados de ánimo o para influir en el comportamiento. Si se pinta un cuarto de color rojo, se puede causar una sobreestimación del tiempo. Esto es muy útil en lugares como restaurantes que quieren que las personas sientan que han estado allí más tiempo del real.Con esto se logra que más personas puedan estar en ese lugar durante un cierto período. Los cromoterapeutas afirman que los colores tienen vibraciones con propiedades curativas. La incorporación de estas vibraciones puede ser usada para estimular los poderes naturales de recuperación y sanación del organismo, así como para mantener la salud y el bienestar. En el espectro de luz visible (arco iris) hay siete colores “naturales”. Cada color vibra en su propia frecuencia. Asimismo, cada color se corresponde con uno de los siete chakras principales y estos a su vez están asociados a un órgano y/o glándula del cuerpo físico. Los rayos de colores pueden formar parte del espectro visible o invisible al ojo humano, pero aún así, ejercen su influencia. En realidad la influencia del color se extiende a toda la naturaleza y a los fenómenos de la vida, no solo al hombre. Por ello, aúnque no conozcamos nada sobre sus propiedades e influencia, todos estamos expuestos de una forma u otra a la acción del color. Más aún, se relaciona con todos los ámbitos de nuestra vida: elegimos el color de la ropa que compramos, del auto que conducimos, de los muebles que utilizamos, pintamos las paredes de un color determinado, etc. |