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el poder de una ALIANZA en la iglesia Betania es un sello de Editorial Caribe ©2000 Editorial Caribe una división de Thomas Nelson, Inc. Nashville, TN —Miami, FL (EE.UU.) E-Mail: editorial@editorialcaribe.com www.editorialcaribe.com Título en inglés: The Power of Partnership in the Church ©2000 por INJOY Ministries Publicado por J. Countryman Traductor: Miguel A. Mesías Diseño interior: A&W Publishing Electronic Services ISBN 0-88113-616-6 A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, versión Reina Valera, revisión de 1960, propiedad de las Sociedades Bíblicas en América Latina. Usadas con permiso. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la debida autorización por escrito de los editores. Impreso en Estados Unidos de América Printed in United States of America Prólogo Es tanto el trabajo que hay para hacer que nunca lo lograremos solo. En estos tiempos, una alianza estratégica puede significar el éxito seguro de un proyecto o trabajo. Sin embargo, muchos le tememos a las alianzas por tener un concepto negativo al respecto. En su libro, “El Poder de una Alianza en la Iglesia”, el doctor Maxwell nos inspira a tener otra perspectiva al respecto de las alianzas. Nos da muchos ejemplos de los resultados que se obtienen cuando dos individuos tienen la suficiente creatividad para hacer trabajar sus ideas juntos. Trabajar en conjunto no es algo que requiere de mucha ciencia, solo compromiso. Cuando termine de leer este libro, sentirá inspirado de buscar cómo trabajar en equipo. Tendrá una fe renovada en que la tarea la podremos lograr juntos. Sentirá el deseo de hacer todo de su parte para que una alianza en la que se encuentra, funcione. Si no se encuentra ya en una alianza, tendrá el deseo de buscar las personas o grupos con quienes se tiene que asociar para poder desarrollar mejor el trabajo que tiene por delante. En tiempos como los actuales, no podemos darnos el lujo de trabajar solos. Nos necesitamos el uno al otro. “El Poder de una Alianza en la Iglesia” lo inpsirará, lo motivará y le mostrará un mejor camino por el que puede andar. Marcos Witt Tú puedes hacer lo que yo no puedo. Yo puedo hacer lo que tú no puedes Juntos podemos hacer grandes cosas. Madre Teresa Una alianza, una innovación … y mucha gente contenta En un caluroso día de verano ¿cuál es la golosina más refrescante en que usted puede pensar? Un helado. Esa da en el clavo. Eso es lo que la gente apetecería un día caliente, pegajoso, en el verano en 1904. La gente en la Feria Mundial en St. Louis había caminado por horas bajo el ardiente sol, y estaban listos para algo que los refrescara. Por eso hicieron la fila, que parecía kilométrica, frente al quiosco de Arnold Fornachou para saborear sus helados. El problema era que el helado de Arnold Fornachou era tan popular que pronto se agotaron los platos de cartón. El adolescente que trabajaba en el turno de la noche se esmeraba tratando de que sus clientes en potencia no se fueran, lavando y volviendo a usar los pocos tazones de loza que tenía a mano. Pero por más que se esforzaba, muchos se cansaban de esperar y se iban a comprar alguna otra golosina. En ese momento apareció el socio que menos hubiera esperado que pudiera salvar el día. Se llamaba Ernest Hamwi, pastelero experto que había crecido en Damasco, Siria. En el quiosco que estaba junto al de Arnold, Ernest vendía una golosina persa, delgada como una galleta, llamada zalabia. Ofrecía su producto, pero nadie lo compraba. Cuando Ernest vio el aprieto de su vecino, le vino una gran idea. Echando mano a una zalabia caliente, la enrolló como cartucho, y la espolvoreó con azúcar. Luego corrió al quiosco de Arnold, y se la ofreció. Todavía luchando por lavar tazones y servir a sus clientes, Arnold no comprendió lo que el viejo tenía en mente. Pero cuando Ernest puso una cucharada de helado encima de su cono azucarado y se la ofreció a un cliente, Arnold al instante captó el mensaje. Una gran sonrisa afloró a su rostro, y en cuestión de minutos ambos hombres estaban trabajando hombro a hombro: Ernest hacía los «tazones comestibles», Arnold los llenaba de helado. En ese entonces las llamaron cornucopias de la Feria Mundial, y fueron todo un éxito en la feria. Hoy, sencillamente las llamamos conos de helado, y todavía siguen siendo un éxito. Así que la próxima vez que esté buscando algún alivio en un día caluroso de verano, piense en Ernest y Arnold, y celebre su alianza llevando a algún amigo a comerse un cono de helado. Una alianza resuelve problemas, y todo el mundo sale ganando. Pasaje para una alianza Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto. —Eclesiastés 4.9-12. Principios de una alianza Ganas y disfrutas más cuando trabajas con un compañero. Te recuperas más rápidamente del problema cuando trabajas con un compañero. Recibes consuelo cuando lo necesitas cuando trabajas con un compañero. Eres más fuerte cuando trabajas con un compañero. Es mejor tenerr una persona trabajando contigo,, que tres trabajando para ti. Anónimo Tres voces: un corazón En años recientes los súper astros de la ópera, José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, han disfrutado al cantar juntos. Lo han hecho frecuentemente, pero antes de su primera presentación los tres tenores de fama mundial nunca habían cantado juntos en el mismo escenario. El número de noviembre de 1994 de Atlantic Monthly informó que antes de su presentación en Los Angeles, un periodista trató de hurgar en el espíritu de competencia entre los tres hombres, pero ellos pronto lo dejaron desarmado. —Uno tiene que concentrarse totalmente en entregarse de corazón a la música —dijo Domingo-. No podemos ser rivales al hacer música juntos. Un corazón franco no deja espacio para competencia malsana. Lo que está causando tanta desarmonía entre las naciones es el hecho de que algunos quieren tocar el tambor mayor, pocos quieren afrontar las consecuencias,, y nadie quiere ser segundo violín. Ex secretario de estado, henry kissinger Cuando se corre en la misma pista Durante una caminata en el bosque, una tropa de niños exploradores llegó a una sección abandonada de rieles del ferrocarril. Se turnaron tratando de caminar sobre el riel, pero a la larga cada uno perdió el equilibrio y se cayó. De súbito dos niños se dijeron algo al oído, y apostaron a todo el mundo que podían recorrer todo el largo de los rieles sin caerse. Desafiados a demostrar su jactancia, los dos niños saltaron a rieles diferentes, extendieron sus manos para equilibrarse el uno al otro, y recorrieron la sección entera de rieles sin ninguna dificultad. Allí está, en síntesis, un principio para los negocios modernos, la vida en la comunidad y un ministerio saludable. El día del ermitaño contento y del exitoso lobo solitario ya son cosas del pasado. Hacemos las cosas mejor, producimos más, y vivimos mejor al ayudarnos unos a otros. La persona que brinda una mano se beneficia a sí misma al mismo tiempo que ayuda a otros. Practicar el poder de una alianza puede marcar la diferencia entre una buena compañía y una mala compañía, o entre un ministerio eficaz y uno ineficaz. Una alianza facilita las tareas difíciles. Una alianza produce más alianzas El libro Through the Valley of the Kwai [Por el valle del Kwai], de Ernest Gordon, presenta el testimonio de los asombrosos efectos de una alianza. Angus McGillivray era un escocés preso en un campamento de prisioneros llenos de soldados estadounidenses, australianos y británicos; los mismos soldados que construyeron el famoso puente sobre el río Kwai. Durante el tiempo que Angus pasó en ese campamento, la atmósfera se tornó casi hostil puesto que los presos se robaban entre sí diariamente para sobrevivir. Para proteger sus pertenencias los presos escoceses desarrollaron un sistema de compañeros. Todo escocés tenía un socio conocido como el «compinche». A Angus le dieron un compinche que estaba muriéndose. Es más, todo el mundo ya había perdido las esperanzas. Pero Angus hizo todo lo que pudo para mantener con vida a su compinche, desde darle su propia frazada hasta saltarse comidas cada día. Milagrosamente, su compinche recuperó la salud. Pero poco después Angus se enfermó y murió como resultado del hambre y el agotamiento. La noticia de la muerte de Angus se regó, y los presos se conmovieron. Decidieron reunir sus talentos para mejorar el campamento entero. Un preso hizo violines, otro era carpintero, otro era un músico muy hábil, y otro era profesor. Pronto el campamento tenía su propia orquesta de instrumentos hechos a mano, y empezaron una iglesia a la que llamaron «La Iglesia sin Paredes». Los cultos eran tan conmovedores, que incluso los guardias japoneses asistían. Asombrosamente, en las semanas que siguieron los presos también empezaron una universidad, una biblioteca, y un hospital … todo como resultado de una alianza. Cuando una alianza muestra el camino, otras le siguen. ¡Una alianza significa trabajo! Quiere decir misión. Quiere decir trabajo en equipo. Quiere decir que trabajamos. ¿Recuerda usted cuando Edmund Hillary y su guía, Tenzing Norgay, culminaron históricamente su ascensión al Everest? Cuando descendían de súbito Hillary perdió el equilibrio. Norgay sostuvo la cuerda, y clavando su piqueta en el hielo evitó que los dos cayeran. Más tarde Norgay rehusó recibir crédito especial por salvar la vida de Hillary. Lo consideraba parte rutinaria de su trabajo. Como lo dijo: «Los escaladores de montañas siempre se ayudan unos a otros». Una persona que busca la gloria no logra gran cosa; todo lo que hemos hecho ha sido el resultado de trabajar juntos unidos para alcanzar nuestras metas comunes. Red Auerbach, Gerente general, celtics de boston. Compañeros en la oración El Dr. Wilbur Chapman suele contar lo que ocurrió cuando fue a Filadelfia para pastorear la Iglesia Wanamaker. Después de su primer sermón un anciano le esperó frente al púlpito y le dijo: —Eres muy joven como para ser pastor de esta gran iglesia. Siempre hemos tenido pastores de más edad. Me temo que no lograrás triunfar, pero predica el evangelio y yo voy a ayudarte todo lo que pueda. —Le miré —dijo el Dr. Chapman—, y me dije para mí mismo: «Le falta un tornillo». Pero el anciano continuó: —Voy a orar que el poder del Espíritu Santo venga sobre ti, ¡y otros dos han hecho un pacto conmigo para hacerlo también! El Dr. Chapman describió el resultado: —No me sentí tan mal cuando supe que iba a orar por mí. Los tres se convirtieron en diez, los diez en veinte, los veinte en cincuenta, y los cincuenta en doscientos. Se reunían antes de cada culto para orar que el Espíritu Santo viniera sobre mí. En otro salón los dieciocho ancianos se arrodillaban tan cerca de mí que yo podía extender la mano y tocarlos por todos lados. Siempre subí a mi púlpito sintiendo que tendría la respuesta a la oración de doscientos diecinueve hombres. Es fácil predicar; un verdadero gozo. Cualquiera puede predicar en esas condiciones. Cuando haces una alianza en la oración, la haces con dios. Debo cualquier éxito que haya alcanzado, en su mayor parte, a mi capacidad para rodearme de personas que son más listas que yo. Andrés Carnegie «No hay ni una sola persona en el mundo que pueda hacer individualmente un lápiz», dijo el columnista de Newsweek Milton Friedman, al empezar su nueva serie de televisión Libre para Escoger. «La madera tiene que venir de un bosque en Washington, el grafito de una mina en América del Sur, y ell borrador de una plantación de caucho en Malasia.. Miles de personas cooperan para hacer un lápiz». Pasaje para una alianza De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Mateo 18.18-19 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios … Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Hechos 4.23-24, 31 Principios de una alianza Una alianza mueve la mano y el corazón de Dios. La frase de acuerdo quiere decir hacer una sinfonía armoniosa. Hay poder en la unidad del pueblo de Dios. La presencia de Dios es prometida cuando su pueblo trabaja y ora en alianza. ¿es posible lograr lo imposible? A fines del siglo diecinueve, cuando la Iglesia Metodista celebraba la convención de su denominación, un líder se puso de pie y explicó su visión tanto para la iglesia como para la sociedad en general. Les dijo a los ministros y evangelistas que él creía que un día el hombre volaría de un lugar a otro en vez de simplemente viajar en el lomo de un caballo. Pero fue un concepto demasiado estrambótico para muchos en el público. Un ministro, el obispo Wright, se puso de pie y colérico protestó, gritando: «¡Herejía! ¡Solo los ángeles pueden volar!» Luego siguió diciendo que si Dios hubiera querido que el hombre volara, le hubiera dado alas. Claramente, ese obispo no podía captar la visión de lo que el otro estaba prediciendo. Cuando el obispo Wright terminó su breve protesta, llamó a sus dos hijos, Orville y Wilbur, y salió del local. Como lo oye. Sus hijos eran Orville y Wilbur Wright. Varios años más tarde, el 17 de diciembre de 1903, estos dos hijos hicieron lo que su padre tildó de imposible. Hicieron cuatro vuelos ese día. El primero duró solo 12 segundos, pero el cuarto duró 59 segundos, y cubrió una distancia de más de 259 metros. Pronto los hermanos Wright construyeron el primer aeroplano práctico del mundo, el Flyer [Volador] III, y para 1908, los hermanos habían demostrado un modelo mejorado en Francia que voló 90 kilómetros en menos de dos horas. Dos hermanos trabajando juntos para lograr lo imposible, y en el proceso, cambiaron el mundo. Con una alianza y visión, puedes cambiar el mundo. Dios está buscando [personas] por cuyo intermedio hacer lo imposible; qué lástima cuando planeamos solo las cosas que podemos hacer por nosotros mismos. A. W. Tozer Una ciega guia ciegos Probablemente usted esté familiarizado con la biografía de Helen Keller. Es una historia conmovedora de una muchacha sorda y ciega, que hubiera crecido con severas desventajas de no haber sido por una mujer compasiva llamada Ana Sullivan. Cuando las dos se conocieron, la joven Helen estaba en una jaula y todo lo que hacía era gruñirle a su nueva maestra. Pero Ana, casi ciega ella misma debido a una fiebre infantil, trabajó con Helen en todo aspecto de su vida: percepción, reconocimiento, hábitos personales, modales y manera de hablar. Con el tiempo, las dos se hicieron compañeras inseparables. Cuando Helen alcanzó la edad adulta ya era una mujer cambiada. Se comunicaba eficientemente, comía por sí sola, y atendía sus necesidades personales. Ana Sullivan había logrado una transformación absoluta en su protegida, ayudándola a convertirse en una mujer educada, que se valía por sí misma. Lo que tal vez usted no sepa es que Ana Sullivan más tarde sufrió su propia crisis. Cuando sufrió una recaída de su enfermedad infantil, quedó completamente ciega. Irónicamente, la «obradora de milagros» necesitaba de alguien que la ayudara. ¿Puede adivinar quién se brindó para llenar esa responsabilidad? ¡Hellen Keller! La mujer que recibió el estímulo e instrucción de Ana le extendió la mano a su antigua tutora. Helen pudo devolver algo a la misma persona que le había dado tanto. Una verdadera alianza quiere decir tanto dar como recibir. |